Todos escuchamos hablar frecuentemente de alimentos antioxidantes y diferentes productos con esta propiedad, pero verdaderamente son pocos los que saben de qué se trata. En este artículo vamos a aclarar estos conceptos y dar algunos consejos al respecto.
Los radicales libres son unas moléculas que se producen de forma natural como consecuencia del propio metabolismo de nuestras células (en la obtención de energía, la eliminación de residuos, la formación de compuestos…). Son sustancias muy reactivas e inestables que buscan su estabilidad oxidando a otras moléculas de nuestro organismo. Dicha oxidación consiste en perder un electrón, que es lo que necesita un radical libre para poder ser una molécula estable. Se trata de una verdadera competencia dentro de nuestras células para alcanzar un estado óptimo de equilibrio.
Por su parte, los antioxidantes son sustancias presentes de forma natural en nuestro organismo y cuya función es evitar que se produzcan estas reacciones de oxidación celular actuando a modo de ‘policías celulares’. De esta forma se consigue retrasar el proceso de envejecimiento natural. Los deportistas, por su intenso metabolismo, producen más radicales libres y necesitan un aporte extra de antioxidantes para satisfacer sus necesidades. Aunque existen diversos suplementos nutricionales, estos se pueden conseguir de forma natural con una dieta equilibrada cuya base sean alimentos frescos como frutas y verduras.
Para comprender la importancia de estos procesos vamos a hablar de una molécula conocida por todos: el colesterol. Cuando los radicales libres actúan sobre el colesterol, este se oxida y tiende a engancharse en las paredes de nuestras arterias provocando lesiones como las placas de ateroma. Como consecuencia de este evento, aumenta nuestro riesgo de padecer enfermedades como infartos, ictus o embolismos.
Existen alimentos que, de forma natural, están cargados de antioxidantes y que no deberían faltar en tu dieta. Ahí va una lista para que los coloques en la puerta de tu frigorífico y nunca los olvides:
AJO: contiene alicina, que además de aportarle su característico olor y sabor es un buen antioxidante.
FRUTAS ROJAS: arándanos y bayas de Goji son ricas en ácido elágico. Buen antioxidante y antitumoral.
PIMIENTOS, CHILES Y CAYENA: presentan un porcentaje nada desdeñable de capsaicina. Poderoso antioxidante con propiedades analgésicas (es utilizado para tratar algunos dolores) y antitumorales.
ZANAHORIA, TOMATE Y NARANJA: contienen abundantes carotenoides que son precursores de la vitamina A y actúan como antioxidantes.
TÉ VERDE Y CACAO: ricos en catequinas, moléculas antioxidantes y activadoras del metabolismo celular.
BRÉCOL Y KIWI: ricos en vitamina C, uno de los más potentes antioxidantes que puedes tomar en tu dieta. No debe faltar en tu despensa. Seguro que tu abuela te lo ha inculcado.
VINO TINTO: rico en taninos. Nada como disfrutar de una buena copa de vino conociendo estas estupendas propiedades.
Intenta introducir estos alimentos en tu dieta para que tu cuerpo no se oxide y esté protegido frente a las agresiones diarias. Incluye el té verde en tus sobremesas e ingiere mínimo 2 piezas de fruta al día y 3 raciones de verdura o ensalada. No olvides preparar platos con mucho colorido y variados. Condimenta tus platos con especies para hacerlos más apetitosos y saludables. Date algún capricho en forma de chocolate negro 70% cacao. Ayudará a mejorar tu estado de ánimo y a que no te oxides fácilmente. Acompaña todos estos consejos con una buena actitud y un pensamiento positivo.