En cuestión de tres años, todo ha sucedido de manera vertiginosa para Belén Cuesta, andaluza afincada en Madrid desde hace una década. A raíz del estreno del musical La llamada, de Javier Ambrossi y Javier Calvo, fue cuando comenzó realmente a crecer el culto a una actriz que tiene una enorme capacidad para aportar un toque tierno y naïf incluso al mayor disparate cómico que tenga que decir por exigencias del guion.
Continúa encarnando a la novicia Milagros todos los fines de semana en Madrid, porque La llamada tiene cuerda para rato, y en los últimos meses la has podido ver en las series Vis a vis y Buscando el norte, además de en películas como Ocho apellidos catalanes, Tenemos que hablar y El pregón.
En una de las cinco historias que hablan de distintas filias sexuales en Kiki, el amor se hace, Paco León le da la oportunidad de lucirse interpretando a Belén, una locuela lesbiana que en pleno momento de desengaño amoroso aparece en casa de una pareja de amigos suyos [Paco León y Ana Katz] y revoluciona la sexualidad de ambos. “Para mí el rodaje fue una experiencia única, lo digo aunque suene a tópico”, afirma Belén. “Paco tiene una forma de trabajar peculiar, el guion no tenía una estructura al uso, y te hacía muy partícipe del proceso creativo. Encima, tuve la suerte de participar en la historia en la que actúan Ana Katz, que es brutal, y Paco, lo he disfrutado muchísimo”.
SHANGAY ⇒ ¿Eres consciente de que tu personaje está loquísimo?
BELÉN CUESTA ⇒ Sí, loca, loca. Es una de esas personas que no tienen filtro ninguno, que no ven la maldad ni la picardía. Pusimos en común anécdotas de personas que Paco y yo conocemos que son así, que pueden llegar a unos amigos que son pareja y confesarles que la noche anterior tuvieron un sueño erótico con uno de ellos, algo que puede resultar muy incómodo… Es que ella habla de todo y no se corta.
SHANGAY ⇒ ¿Tú eres así?
BELÉN CUESTA ⇒ No, yo tengo filtros [risas]. Me considero muy alegre y optimista, pero no como ella, que es tan disparatada.
SHANGAY ⇒ ¿Has trabajado alguna vez en un club de sexo, como tu personaje?
BELÉN CUESTA ⇒ Nunca. He trabajado de camarera, y vestida [risas]. Es curioso, porque hace poco hemos estado grabando la serie [Buscando el norte] en Berlín y fui a cada sitio… Me dio mucha pena no haber estado en ellos antes de rodar Kiki. Llegábamos y estaban todos desnudos, del modo más natural, y pensaba “mi personaje habría trabajado estupendamente en un club así”.
SHANGAY ⇒ ¿Y cómo es que acababais en clubs de ese tipo?
BELÉN CUESTA ⇒ Salíamos a tomar algo después de grabar y como es tan fuerte Berlín, tan liberal y tan divertido… [risas].
“¿Por qué si uno tiene ciertas fantasías sexuales que quiere cumplir se va a autocensurar por una moral extraña?”
SHANGAY ⇒ Tu personaje se queja en la película de que Madrid no es tan moderna como se dice. ¿Estás de acuerdo?
BELÉN CUESTA ⇒ Un poco sí. Supongo que depende de las expectativas de cada uno, y de la edad, pero creo que todo el mundo tiene un bajón cuando lleva mucho en Madrid. Al principio llegas con tanta ilusión, lo vives todo tan a tope… y en algún momento sientes cierta decepción. Madrid es muy moderna, sí, pero hay momentos en que no te lo parece.
SHANGAY ⇒ La historia en la que participas, dentro de las cinco que componen Kiki, trata abiertamente la bisexualidad. Y hace muy poco del revuelo mediático que se montó cuando Paco León habló de su bisexualidad en prime time…
BELÉN CUESTA ⇒ ¡Qué arte tiene! ¿Ves? Me resulta muy antiguo que la gente se haya sorprendido tanto. Hoy día se debería poder decir eso sin más y que a nadie le importara… Me ha pasado a mí algo parecido en la serie, donde hago de lesbiana. Cuando llegó la hora de la promoción, dije que yo no iba ni a mencionar ese hecho, porque me parece una estupidez empezar vendiendo que tu personaje es homosexual. ¿Qué más da? Tiene que haber visibilidad, es buena para que la gente se acostumbre y no pase nada cuando Paco diga que ha sido bisexual, pero redundar en eso me parece que implica intentar darle una falsa naturalidad.
¿Qué significa para Belén haber hecho tres personajes lésbicos tan seguidos? ¿Tiene alguna filia sexual curiosa? Pasa página
SHANGAY ⇒ En poco tiempo has interpretado a tres lesbianas, es algo llamativo, en La llamada, Buscando el norte y Kiki…
BELÉN CUESTA ⇒ Muy seguidas sí, pero muy diferentes entre ellas. Es un dato, sin más, porque he interpretado a muchas más heterosexuales en mi carrera [risas]. Confío en que mi trabajo ayude a ver que, más allá de la sexualidad de cada personaje, lo que importa es su carácter. Esa visibilidad es aún más importante para las mujeres, porque la homosexualidad femenina sigue estando algo estigmatizada.
SHANGAY ⇒ Kiki, desde luego, es una celebración de la sexualidad a través de filias no muy extendidas…
BELÉN CUESTA ⇒ Hay muchas más de las que imaginamos. ¡Al rodaje nos llegaron con una lista de filias sexuales que madre mía! De nuevo, me parece muy bien mostrarlas. Y el subtítulo de la película hace mucha justicia a lo que quiere contar Paco, porque ‘el amor se hace’. Es decir, el amor se cuida, y las relaciones sexuales, que tan importantes son, hay que cuidarlas. ¿Por qué si uno tiene ciertas fantasías que quiere cumplir se va a autocensurar por una moral extraña? Si a ti te pone cachondo tocar un trozo de tela, ¿por qué no lo vas a compartir con tu pareja? La película no habla solo de sexo, también de lo importante que es la honestidad aplicada a él.
SHANGAY ⇒ ¿Se hablaba mucho de sexo en el rodaje, o al contrario?
BELÉN CUESTA ⇒ Sí, claro, iban saliendo anécdotas continuamente. Fue un rodaje muy de desinhibirse, de cero tapujos.
SHANGAY ⇒ ¿Alguna filia sexual curiosa que compartir?
BELÉN CUESTA ⇒ La verdad es que soy bastante sosa en ese sentido… Claro, leí que hay gente, por ejemplo, a la que le pone cachonda ver a la otra persona muy abrigada. Que es lo opuesto a lo que solemos asociar al sexo, la carne, el desnudo… Nada, en ese sentido soy más bien aburrida [risas].
“Confío que mi trabajo ayude a ver que, más allá de la sexualidad de cada personaje, lo que importa es su carácter”
SHANGAY ⇒ ¿Qué tal viviste tu trío en la ficción?
BELÉN CUESTA ⇒ Me gustó que Paco apuntara al principio del rodaje una realidad: que los tríos que solemos ver en cine son entre dos tíos y una tía, y el nuestro muestra una variedad menos plasmada. Nos echamos muchas risas, trabajando desde un deseo que casi se podía cortar con un cuchillo en el set. Y con cero pudor ni cuando tenía que ir en bolas. Llegó la secuencia en que tenía que estar en tetas en la terraza y pensé “¿para qué agobiarme por eso?, ¡qué tontería!”. El problema es de quien se pueda escandalizar; si le pasa, que se lo haga mirar [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Eres consciente de que vivimos un momento en que la gente se ofende con facilidad por cosas que a muchos nos parecen de lo más normales?
BELÉN CUESTA ⇒ Ahora mismo hay tanta libertad como susceptibilidad, ¿verdad? ¡Hay que andar con un cuidado! Cuantos pasos para atrás de repente… Creo que el problema tiene que ver con las redes sociales, que están muy guays, pero que permiten que se hagan públicas visiones disparatadas. ¡Me encuentro a gente tan maleducada! Veo en general poco respeto por las opiniones de las demás.
SHANGAY ⇒ ¿Has utilizado alguna vez aplicaciones para ligar?
BELÉN CUESTA ⇒ No, nunca. Pero hay en ocasiones un cortejo indirecto por las redes, cuando estamos pendientes de los ‘me gusta’ y de si te sigue o no alguien que está ahí, claro. No puedo vivir ajena a la importancia del like [risas]. Pero también hay días en que me enfado con las redes, porque me dan más igual los ‘k’, que no dejan de ser números, y tampoco entiendo a veces por qué tengo que subir una foto para que la gente sepa lo que llevo puesto…
SHANGAY ⇒ ¿Está siendo fácil de digerir un año tan bueno como el que llevas?
BELÉN CUESTA ⇒ Sí, estoy tranquila. Ahora estoy mucho más expuesta con la serie y las películas que he hecho, y sobre todo lo que estoy es contenta. Hasta ahora solo había hecho cine más independiente, y este año eso ha cambiado radicalmente. La popularidad no es algo en lo que piense, me importa más saber si el curro gusta, y si saldrá más trabajo.
¿Se siente un ‘icono bollo’? ¿Qué ha significado para ella Ocho apellidos catalanes? ¿Y La llamada? Pasa página
SHANGAY ⇒ ¿Qué ha supuesto para ti Ocho apellidos catalanes?
BELÉN CUESTA ⇒ Una experiencia increíble. Primero, por que me llamaran para la secuela de la película española más taquillera de la historia, y segundo por trabajar con la Machi, con Karra [Elejalde], Dani [Rovira], Clara [Lago]… Me daba vértigo entrar en una familia que ya estaba hecha, ser una de los nuevos. Pero son todos tan majos y nos acogieron tan bien… ¡Lo que lloré cuando terminó el rodaje!
SHANGAY ⇒ ¿Y La llamada?
BELÉN CUESTA ⇒ Sigue imparable. Continuamos llenando, yo alucino. Ahora tengo muchas ganas de que arranque la película, es como un sueño que se vaya a hacer en cine también. No podía esperarme una respuesta así ante la obra, ni que fuéramos a estar tanto tiempo con ella. Feliz de ir de la mano de los Javis [Ambrossi y Calvo] en esto, porque tienen un talento maravilloso y no se achantan ante nada. La llamada ha sido un regalo, y todo el trabajo que me ha salido a raíz de ella creo que ha sido gracias a la visibilidad que me ha dado la obra.
SHANGAY ⇒ ¿Qué tiene tu personaje, esa novicia que se enfrenta a lo que siente por otra chica, que enamora a quien lo ve?
BELÉN CUESTA ⇒ Todos hemos tenido algún momento en que tenemos que afrontar un cambio, con la vulnerabilidad que conlleva. Atreverte a según qué cosas en la vida lleva un proceso, pero si eres valiente, tienes tu recompensa. Milagros, además de que es tiernecilla, decide asumir lo que es, por eso la gente empatiza con ella.
SHANGAY ⇒ La llamada también transmite ese mensaje de normalidad a la hora de vivir un proceso de salida del armario…
BELÉN CUESTA ⇒ Esa misma normalidad que se ve, en otros sentidos, en Kiki. Hay que escucharse a uno mismo, que no siempre lo hacemos, y hace falta.
“Ahora mismo hay tanta libertad como susceptibilidad”
SHANGAY ⇒ ¿Te hace sentir el público LGTB muy icono lésbico?
BELÉN CUESTA ⇒ La verdad es que no [risas]. Pero me hacen muchas gracia los comentarios que leo sobre el ‘drama bollo’ de mi personaje, por ejemplo, eso sí. Noto ante todo mucho cariño, pero sentirme icono bollo, como que no.
SHANGAY ⇒ ¿Es una obviedad preguntarte qué esperas que haga la gente cuando salga de ver Kiki?
BELÉN CUESTA ⇒ Espero que vaya a echarse unos dancings, a tomar unas copas y después a hacer el amor, claro. Quiero que la gente diga “voy a darme una alegría p’al cuerpo”, en cualquier sentido, según entienda la expresión cada cual.
LA PELÍCULA KIKI, EL AMOR SE HACE SE ESTRENA EL 1 DE ABRIL. MÁS INFORMACIÓN EN VERTIGOFILMS.ES