Una pareja de chicos gays son agredidos por un joven de 24 años los llamó escoria y «maricones de mierda». Una agresión homófoba que los ha marcado. La homofobia sigue campando a sus anchas en 2018.
Ambos sufrieron el ataque en Fuenlabrada. Desde entonces, sienten miedo por el simple hecho de ser agredidos por ser ellos mismos. Por ser libres. «Tengo miedo. Cuando voy en el metro o en el cercanías, voy mirando a todos los lados por si alguien me agrede», asegura uno de ellos.
Recuperar la normalidad para una víctima no es sencillo. El más joven de la pareja explica que lo peor no es el dolor físico. Al menos en su caso.
Según cuenta lo peor es «el daño psicológico que me han credo al atacarme solo por mi orientación sexual». De hecho, seguir viviendo en Fuenlabrada no mejora la situación. Los dos sienten miedo a posibles represalias por el hecho de haber denunciado la agresión homófoba.
«En cuanto pueda, se va a salir de allí y se va a venir a vivir conmigo» cuenta el más mayor de la pareja.
Esta es una más de las 186 víctimas que van ya en 2018. Una cifra alarmante sin ningún tipo de duda. ¿Se está retrocediendo en cuestiones como el respeto? ¿Quién dice que todo está conseguido?
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