“Una vez decidido que un progenitor quiera darle el nombre que corresponda al niño o niña, lo que haremos será aceptar el nombre que el progenitor quiera para que en el colegio se le conozca y se le identifique por ese nombre y no por el nombre oficial que pueda estar en el registro”. Con estas palabras, el consejero de Educación e Investigación de la Comunidad de Madrid, Rafael van Grieken, confirmaba que la región distribuirá en sus centros educativos un protocolo de intervención y atención educativa a la identidad de género del alumnado LGTBI que se pondrá en marcha en este curso escolar que comienza en septiembre.
Esta iniciativa no es más que un refuerzo para la ley de protección integral contra la LGTBIfobia y la ley de transexualidad, cuyo objetivo es “regular los principios, medidas, instrumentos y procedimientos para garantizar el derecho de toda persona en la Comunidad de Madrid a no ser discriminada por razón de su orientación o diversidad sexual o por su identidad o expresión de género, reales o percibidas, a no sufrir presiones, desprecio o discriminaciones por ello, así como el derecho a su integridad física y psíquica, en todas las fases de su vida y en todos los ámbitos de actuación, tanto públicos como privados”, y que se puso en marcha en el año 2016.
El documento, tal y como recoge la normativa internacional, «pautará las acciones para una correcta integración de los alumnos LGTBI en materia de inclusión, protección, acompañamiento y asesoramiento al alumnado, a sus familias y al profesorado», afirmaba van Grieken durante durante una visita al nuevo Instituto de Educación Secundaria (IES) Antonio Fraguas en Arganzuela.
Y no es una cuestión baladí, ya que según el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia, la comunidad registraba 174 agresiones hasta agosto en lo que va de año, y la friolera de 2 violaciones y 35 episodios homófobos durante la semana del pasado Orgullo. Así que toda ayuda es necesaria y bienvenida…