Alaska Thunderfuck da toda una lección. Encontrar ejemplos de homofobia y plumofobia dentro del mundo LGTBI+ es, desgraciadamente, relativamente sencillo. No es ninguna novedad, el discriminado hace tiempo que se ha convertido en discriminador. Muy triste, pero es así. Este emotivo vídeo pone los puntos sobre las íes sobre este tema. Esta famosa drag (o travesti, como nos gusta llamarlas) nos saca los colores. Pero también ‘pasa lista’ al mundo hetero y recuerda el acoso que nuestro colectivo sigue viviendo desde fuera.
Como dice la conocida drag en el funeral, hay motivos para no vestir de rojo y tener que ir de negro. De luto. Este tipo de discriminación entre nosotros mismos, que ya era una tendencia habitual en el mundo ‘analógico’, se ha acomodado perfectamente a este nuevo mundo online de las apps y las redes sociales. Es más: ha aumentado. Pero no solo la plumofobia, sino también la gordofobia o la xenofobia en el mundo gay.
La impunidad que da el anonimato de las redes y las aplicaciones para ligar permite dar rienda suelta para soltar auténticas barbaridades. Los casos de homofobia entre los mismos gays se han multiplicado. Los de bullying aumentan proporcionalmente con ellos.
Marc Gómez, uno de los blogueros más sensibilizados con este tema, define la plumofobia como «miedo y rechazo a la pluma» o «miedo y rechazo a los hombres afeminados».
Una nueva serie de Impulse Los Angeles llamada Gay-Ish, con tan solo tres capítulos en YouTube, nos deja una emotiva escena que debería hacernos pensar sobre cómo tratamos a los demás, y sobre cómo nosotros mismos nos perjudicamos. Y nos hace ver la realidad y la gravedad del asunto.
La escena del entierro se ha hecho viral, ya que la travesti protagonista no para de decir verdad tras verdad. Y las verdades duelen. Es evidente que todos nos equivocamos, y que a veces hacemos daño a los demás sin querer. Pero este vídeo nos recuerda lo cuidadosos que debemos ser siempre con este asunto.
Un estudio en el que participaron 280 homosexuales de Estados Unidos y Reino Unido, dejaba poco lugar a la duda. El 37% de los gays que se autodefinía «sin pluma» afirmaba que «los gays con pluma manchan la imagen de los homosexuales en general».
Aun más llamativo era el dato que indicaba que el 35% de los homosexuales que no se veían en absoluto afeminados se identificaba más con la comunidad heterosexual al considerarla «menos extravagante».
Por si esto fuera poco, en las conclusiones de este informe se podía leer que cuatro de cada diez gays que aseguraban no tener pluma renegaban por completo de la lucha contra la homofobia.
La escena de la que hablamos, que puedes ver en el vídeo de arriba, está en el minuto 2:30 de este otro vídeo, por si quieres ver aquí el resto del capítulo de la serie.