No está aquí por ser ministro del Interior, que sería motivo más que suficiente. Pero no, su ‘pedigrí LGTBI’ para formar parte de los personajes que forman la bandera arcoíris en nuestro 25 aniversario viene de mucho antes. En concreto del año 2006. Ese fue el momento en el que el entonces Juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, uno de los personajes más respetados del momento, salió del armario en una entrevista que dio a Rosa Montero en El País y que aún se recuerda.
A partir de ese momento, el reputado juez se convirtió en todo un referente LGTBI. No solo en España, sino también fuera de nuestras fronteras. Y precisamente por ello recibió uno de nuestros Premios Shangay. Hoy que nuestra revista cumple 25 años vuelve a nuestras páginas para ser uno de los ‘colores’ que forman nuestra bandera de apertura. Una bandera de la que estamos más que orgullosos.
Grande-Marlaska vino a la redacción de Shangay buscando, y esto es literal, un hueco donde no lo tenía. Su agenda cambia según se sucede la vertiginosa actualidad. Y últimamente es muy vertiginosa. Quizá demasiado. Pero hizo lo imposible para formar parte de nuestra bandera. Y se lo queremos agradecer. Porque, si cuando recogió nuestro premio era un personaje destacado, hoy tenemos en nuestra redacción a todo un ministro del Gobierno de España. Y titular de una de las carteras más potentes, la de Interior.
Y habló de todo. De derechos; de su más que mediática salida del armario, vista desde la óptica de hoy; de la situación del país; de una posible involución, y hasta de las ‘letras’ más marginadas, por nosotros mismos, dentro de esa diversidad que hay bajo el arcoíris que engloban las siglas LGTBIQ. Ni una cortapisa: “Pregunta por lo que quieras, de verdad”, dijo nada más comenzar.
La primera pregunta fue de una cuestión de formas. En Shangay, siempre, entrevistamos de tú a tú a los personajes, porque nuestros entrevistados son –también siempre– nuestros amigos. Da igual que sea Madonna o un artista que quiera promocionar su primer trabajo. Un activista, o un personaje destacado sea cuál sea su ámbito laboral o personal. Son 25 años de periodismo/amistad.
Es un ‘contrato’ que nunca hemos roto ni prostituido, pues sacar información del personaje no está reñido (o no debería estarlo) con ganar su enemistad. Ni con faltarle al respeto. Por ello, era obligado preguntar: ¿Cómo se entrevista a un ministro: de tú o de usted? “No, de tú. De tú, de tú…”, insiste hasta cuatro o cinco veces. Y nosotros, por supuesto, respetamos su decisión.
SHANGAY ⇒ Son 25 años de Shangay, pero también un cuarto de siglo clave en la vida LGTBI de nuestro país…
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Estos 25 años, si echamos la mirada hacia atrás, podemos decir que son, casi, los años en los que empezó a nacer, de cara a la sociedad, el movimiento LGTBI en España. Nos hemos hecho mayores de edad. Y con todas las de la ley. Son, además, los años que yo llevo, en cierta medida, siendo consciente de la necesidad de la lucha, de la necesidad de mostrar a la sociedad una parte de esa misma sociedad: el colectivo LGTBI. Unos años en los que vosotros os adelantasteis, fuisteis conscientes de ello. Estos 25 años, pues, coinciden con la consciencia por parte de todos nosotros de que teníamos que empezar a hablar. Pero hacerlo en el foro, en la plaza pública, por así decirlo. Empezar a reclamar nuestro reconocimiento. Antes ya lo habían hecho otros. Y esos otros habían padecido la respuesta de una ley autoritaria, ajena a los derechos humanos, y me refiero a la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, vigente hasta el año 79. Por ello no quiero obviar a todas esas personas que, previamente, habían luchado. Sí, creo que estos 25 años de Shangay coinciden con los de tomar conciencia de nuestro sitio en el mundo; pero de nuestro sitio en el mundo con reconocimiento.
«Siguen siendo necesarios referentes LGTBI. Hay muchas personas que no salen abiertamente del armario, pero es que no tienen que hacerlo, porque han creado un lenguaje, una cultura… No necesitan decirlo»
SHANGAY ⇒ Sin duda, tu testimonio, tu salida del armario, es uno de esos momentos clave en estos años. Un punto de inflexión por el puesto que ocupabas en aquel momento, con un gran impacto social. Hasta entonces lo habían hecho muchas personas, del mundo del ‘artisteo’, por decirlo de una manera clara. ¿Eras consciente de ello en aquel momento?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ No, no lo era. Sabía que iba a tener su impacto. Pero no de lo ‘importante’, entre comillas, que pudo ser para el colectivo, para muchas personas. Porque es cierto lo que dices, aunque antes que yo ya habían salido otras personas, y quiero recordar a aquí a Pedro Zerolo, un político, pero un activista también. Sobre lo del ‘artisteo’, yo siempre le doy mucha importancia, a ese mundo. Y también a otro, al de la pluma, pero voy a ir más allá. Siempre le doy mucha importancia porque fueron las primeras personas que se hicieron, por así decirlo, presentes. Que reclamaron un espacio por nuestros derechos. Hicieron mucho y nos adelantaron el camino a los demás. Por eso tengo muchísimo respeto por ellos. Era más cómodo estar, nosotros, los de traje y corbata, más en la sombra, y disfrutar la vida, pero sin implicarse en la lucha verdadera. Igual me estoy perdiendo, pero quizá por eso, cuando yo salí del armario, pudo tener su impacto, por ser una persona, por así decirlo, del estamento oficial. Pero no era consciente de que pudiera tener el impacto que tuvo. Y sí que lo tuvo, porque recibí comentarios, mensajes, cartas de gente, y de personas muy dispares, anónimas. Y han pasado doce años, fue en junio de 2006, y todavía hay gente que me lo recuerda. Es de las cosas que más satisfecho estoy de haber hecho.
SHANGAY ⇒ ¿No te arrepentiste en algún momento?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ En absoluto. Nunca. Sí que al principio hubo un poco de sensación de vértigo, sobre todo antes, hasta que decidí hacerlo. Lo que pasa es que tuve la suerte de dar la entrevista a una persona, Rosa Montero, de mucho nivel, con unas buenísimas aptitudes, no solo intelectuales, sino también personales, y una gran empatía al entrevistado. Y, sobre todo, yo creo que ella era consciente, mucho más de lo que lo era yo, de lo que podía representar. Me ayudó tanto que nunca podría haberme sentirme mal por haberlo hecho. Nunca. El resumen es este: al principio, un poco de vértigo hasta que decidí darla; cuando hicimos la entrevista, ya había pasado esa sensación y eso ayudó mucho. Imagínate como fue, y lo que ella me ayudó, que a partir de ahí, Rosa y yo nos hicimos muy, muy, muy amigos. Más que amigos, de hecho.
SHANGAY ⇒ Es que ese momento de abrir los armarios de los de la ‘chaqueta y corbata’, como dices, es muy importante…
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Sin duda.
SHANGAY ⇒ Has contado muchas veces que lo más duro fue dar el paso en casa, con tu madre…
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Cuando te ‘enfrentas’ a ello en casa, en familia…, y sobre todo lo enfrento a mi madre, que tuvo sus consecuencias –como ya he contado mil veces y no me quiero repetir, que eso ya se sabe todo [risas]–, ya se puede hacer en cualquier sitio. Ese paso fue importante.
SHANGAY ⇒ Sin embargo, hay muchas personas LGTBI, que se sabe que lo son y deciden no dar el paso, cuando podrían convertirse en referentes. Y es una opción exactamente igual de válida que la de quien lo da.
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Es que muchos de esos a los que te refieres no tienen que hacerlo, pues han creado un lenguaje, una cultura… Han hecho tantas cosas, que no necesitan decirlo. Ya lo dicen con su actitud profesional, su actitud artística. Creo que es algo tan simple como que lo importante es que la gente no lo oculte, que lo manifieste. ¿Cómo lo decimos? Pues con normalidad expresiva: que cada uno lo diga como quiera. Esa es una forma, ahora, de ser referente. Que el colectivo LGTBI, los que somos afortunados, lo hagamos. Porque al final hay muchos sitios –en España, quiero decir, donde somos unos privilegiados–, donde todavía no es fácil. Para críos, para niños, etcétera. Pues para esa gente, a esos niños, esos críos, sí que es importante ver algún tipo de referente. Y no hablo solo de dar entrevistas para salir del armario, sino que ese ámbito personal, en una entrevista, salga con normalidad. Considero que la gente que podemos ser más pública se lo debemos a la sociedad. Pero no sólo a la sociedad LGTBI, sino ‘a la sociedad’. Todas esas formas de manifestarlo con tranquilidad, pues no me gusta usar la palabra ‘normalidad’, no solo van a ayudar al colectivo, que eso como primer objetivo está muy bien, sino que también educa al resto de la sociedad.
SHANGAY ⇒ ¿En algún momento has considerado que tu nombramiento como ministro pudiera corresponder a algún tipo de ‘cuota’?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Nooo. ¡En absoluto!
SHANGAY⇒ ¿Te lo han recriminado alguna vez?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Nadie lo ha hecho. No, no, no. Es que, además, creo que tengo una trayectoria profesional suficiente, y no me quiero tildar de soberbio, para poder ser ministro del Interior. Lo cual no quiere decir que esa trayectoria la tengan también dos mil personas más. Y que esas dos mil, o tres mil, personas pudieran ser, igual que yo. Me ha salido la bola a mí. Pero no ha sido por una cuestión de cuota LGTBI, de cuota de diversidad sexual, sino por cumplir la cuota de los requisitos necesarios para ello.
SHANGAY ⇒ En estos 25 años, ¿cómo has visto la evolución del colectivo?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Pues como la evolución normal de estos años. Tampoco me ha parado mucho a pensarlo, la verdad. Creo que el colectivo ha ido creciendo, madurando. Adquiriendo esa tranquilidad fruto de los años, de la pelea diaria. Ha adquirido la tranquilidad y consciencia de lo mucho que ha realizado, de lo mucho que ha participado en el reconocimiento de todos nosotros. Y que ahora ya lo vive de otra forma.
«Tengo una trayectoria profesional suficientemente sólida para que nadie pueda pensar que soy un ‘ministro cuota’ por ser gay»
SHANGAY ⇒ ¿Qué falta por conseguir?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ No quiero ser pesimista, porque hemos conseguido mucho. Pero que haya más sitios ‘amigables’ para la gente. Y cuando digo amigables quiero decir donde los que formamos el colectivo nos podamos sentir, realmente, como en casa. Manifestarnos como en casa. Es decir, más ‘chuecas’. Pero no Chueca como tal, sino ese tipo de sitios… No me gusta la palabra hostil, pero me refiero a que podamos sentir como nuestros todo los sitios públicos, y que nos protejan. También en los lugares de trabajo. ¿A qué me refiero? Pues a que nos podamos manifestar con la tranquilidad de ser uno mismo. Y me dirás, ¿y eso no se puede ya? Pues no. Aún hay mucha gente que no lo vive como tal. Aunque sí que me doy cuenta de que se está haciendo hincapié en ello, en la diversidad. Y me refiero a grandes empresas, que tienen sus departamentos de igualdad. Todas esas cuestione son importantes. Se está haciendo más de lo que creemos en otros ámbitos, como los de la administración, pero también en los de las empresas privadas. Pero aún queda, porque hay mucha pequeña y mediana empresa que…
SHANGAY ⇒ Antes hablaste, muy claro además, de la ‘pluma’. ¿Consideras que dentro de la diversidad LGTBI sigue habiendo determinadas letras más rechazadas que otras, incluso por nosotros mismos? Tengo la sensación de que, demasiadas veces, somos plumófobos, tránsfobos; que nos consideramos unos ‘mejores’ que otros…
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ No mejores, pero, quizás, no nos identificamos plenamente con todas las letras. Y digo identificar en el sentido de haber tenido todos que pelear un poco por nuestros derechos. Y no, no me gusta la fobia en alguna de la letra con respecto a otra. Pero sí, estoy contigo, en que no hay la suficiente identificación. ¿A qué me refiero con lo de la ‘suficiente identificación’? Pues a que todos hemos tenido que pelear, en mayor o menor medida, por reconocer nuestra dignidad como personas. Y si digo, e insisto, lo de la ‘pluma’, es porque fueron los primeros. Y si recordamos la gente de Stonewall, es decir, los que se enfrentaron, cuando vemos los documentales, pues son gente con pluma. Y en España, en la primera manifestación de Barcelona del 77, pues igual. La mayoría lo eran. Fueron ellos los primeros que dieron la cara. Por eso es algo que yo siempre tengo absolutamente claro.
SHANGAY⇒ ¿Crees que es posible una involución?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA⇒ No. Creo que ya… Bueno, espero que no. No me gusta cómo están últimamente algunos países de Europa. Pero no lo creo. Quizá no tenemos motivos para ser muy optimistas, pero creo que aquí está ya muy consolidado. Esto son derechos humanos. No creo en una posibilidad de involución en nuestro país.
SHANGAY ⇒ Ministro del Interior del Gobierno de España. ¿Podemos poner una coma y añadir a la pregunta ministro del Interior del Gobierno de España, el país más LGTBI del mundo?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Pues sí. Y si no es el más –porque no está bien creernos los mejores, pues todavía tenemos mucho que aprender en materia de derechos humanos, y esto es una cuestión de eso, de derechos humanos– uno de ellos. Sí somos es de los países más LGTBI que hay en el mundo. Sin duda. Y Madrid es, también sin duda, una ciudad LGTB.
SHANGAY ⇒ Volviendo a nuestro aniversario, ¿cuáles son tus primeros recuerdos relacionados con nuestra revista?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Bufff, pues yo creo que desde el principio… Vosotros habéis formado parte del ambiente urbano de Madrid desde hace 25 años. Pues un fin de semana esos que vendría. Y paseando, entrando en alguna librería, o en algún bar o cafetería, allí estaba vuestra revista.
SHANGAY ⇒ Además, eres premio Shangay…
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Sí, es cierto. Fue cuando se publicó la entrevista en la que salí del armario.
SHANGAY ⇒ ¿Consideras que sigue siendo necesaria una revista de temática LGTBI?
FERNANDO GRANDE-MARLASKA ⇒ Por supuesto. Creo que sí. Porque trata los temas y las preocupaciones del colectivo de una forma distinta, que capta la necesidad del propio colectivo de una manera que es imposible que una publicación generalista pueda hacerlo.