Seis años le ha costado a Arantxa Echevarría ver Carmen y Lola, su primera película como directora, convertida en una realidad. Lo que todavía no termina de digerir es el impacto que está teniendo un proyecto de tan bajo presupuesto, que tanto esfuerzo le costó sacar adelante, y que hoy le permite estar como nominada en Sevilla en la gala de los Premios Goya 2019.
Ha sido candidata a mejor película del año a los recientes Premios Forqué, logró cuatro nominaciones a los Premios Feroz y tiene ocho a los Goya. Un enorme éxito que se une a los muchísimos mensajes de cariño que la directora está recibiendo de jóvenes lesbianas que se han sentido identificadas y/o inspiradas por la historia de cuenta: el primer amor de dos jóvenes gitanas y lesbianas que se tienen que enfrentar a un mundo que no las comprende ni las acepta.
Arantxa está muy orgullosa, lógicamente, de que su película haya llegado a la final de los Goya. “Es un puntazo que la Academia se haya fijado en películas pequeñas e independientes. Y la mía es una primera película, no me conocía ni el tato”. Recuerda haber tenido una sensación parecida cuando supo que Carmen y Lola había sido seleccionada para la Quincena de los Realizadores en el último festival de Cannes, que supuso el pistoletazo de salida de su sorprendente recorrido. “Mandé un DVD, sin más, como a todos los festivales. Cuando me llamó el seleccionador, que hablaba muy bien español, pensé que era un amigo que me estaba tomando el pelo”.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que está sucediendo todo esto con Carmen y Lola?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Porque por fin se ve una relación de amor lésbica con un final esperanzador. Estoy harta de ver películas en las que el chico gay termina suicidándose, o le abandonan. Mira que me gustó Call Me By Your Name, pero ¿por qué tiene que acabar así? Hablo de un tema universal, el amor; da igual que seas homosexual, intersexual, bisexual… Todos hemos vivido un primer amor, y te acuerdas de lo que sentiste.
SHANGAY⇒ ¿Tú recuerdas bien el tuyo?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Perfectamente. Me enamoré de una amiga, y atesoraba cualquier cosa suya: pelos suyos, sus miradas, tiraba un papelito a la basura y yo lo recogía… [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Por qué apostaste antes por el romanticismo que por una sexualidad explícita?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Recuerdo La vida de Adèle, que me encantó. Lo que pude llorar con la secuencia de la cafetería… Pero me resultó una película muy masculina en las secuencias de sexo; me encanta que la gente folle en pantalla, pero ese ‘rollo bollo’ no me convenció. Quería hablar del amor adolescente desde el punto de vista de la fascinación que provoca en las dos personas que lo viven.
“Por fin se ve en el cine una relación de amor lésbica con un final esperanzador”
SHANGAY⇒ Cuentas que en un chat de chicas encontraste a una que te ayudó enormemente a documentarte. ¿Estas investigando o ligando?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ [Risas] Investigando. Cuando empecé a escribir vi que no sabía nada de lesbianas gitanas adolescentes de hoy. Fui a preguntar a COGAM, a asociaciones gitanas… y no encontraba nada. Estuve a punto de paralizar el proyecto, porque no quería escribir del tema como si fuese ciencia-ficción… Un día se me ocurrió la brillante idea de entrar en todos los chats LGTB de España, con el nick ‘gitanawapa’. Ligué como en mi vida, lo recomiendo [risas]. Un día, una chica me preguntó “¿de qué familia eres?”, y me di cuenta de que eso no lo dice una paya. Enseguida vi de que no quería ligar, sino compartir su historia con alguien como ella. A la media hora le conté toda la verdad, y de primeras se asustó. Al final, estuve dos años hablando con ella y otras quince chicas, que me fueron asesorando según escribía, me decían si veían las situaciones creíbles o no, si eran demasiado heavies o no… A esa primera situación le hice un homenaje en la película [en la secuencia en que una de las protagonistas va a precisamente a un locutorio para conectarse a un chat].
SHANGAY⇒ ¿Por qué sigue habiendo tanta invisibilidad de la mujer lesbiana en todos los sectores de la sociedad?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Viene de dentro del propio colectivo. Todo el mundo tiene una tía que ha vivido toda su vida con una señora. En mi caso, por lo menos. Y le decía a mi madre: “Mamá, es que son bolleras”. Y ella me decía: “Hija, ¿por qué? Si son amigas”. Las mujeres han sido más cobardes que los hombres gays en ese sentido, vosotros habéis salido a reivindicar vuestra libertad sexual, nosotras no. Ahora que la mujer ha conseguido una serie de hitos, se empiezan a escuchar voces de mujeres homosexuales. Pero nos queda un camino muy largo… Eso sí, ni un paso atrás. Por eso me da tanto miedo Vox…
SHANGAY⇒ ¿Y por qué hay tan pocas mujeres abiertamente lesbianas en nuestro cine?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Haberlas, haylas. Y como no marquemos referentes, ¿a dónde vamos? Lo que no me gustan son las típicas listas de “Las lesbianas más no sé qué”, porque en ellas la gente solo busca a ver quién es bollera. Si lo que toca es reivindicar derechos para mi colectivo, ¿cómo voy a negar que lo soy? Toda mi vida lo he llevado con total normalidad. Estoy casada, tengo dos hijos… Es muy raro que alguien que me conozca no sepa que soy lesbiana [risas]. Es que no hay que esconder nada.
SHANGAY⇒ Has hablado en numerosas ocasiones de cómo tus dos protagonistas, Zaira Romero y Rosy Rodríguez, mostraban actitudes homófobas antes de empezar a rodar. ¿Estás orgullosa de haber contribuido a que abrieran su mente gracias a esta experiencia?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Eso fue muy importante para mí. El personaje de Rosy tenía que odiar a Zaira y lo que representaba al principio de la película. Como no son actrices profesionales, necesitaba que sintieran las cosas de verdad. Zaira sí había conocido a alguna chica lesbiana antes, pero Rosy era de las que dicen que un gitano no puede ser gay, y eso me servía para el arco dramático de su personaje. Lo que pasó con ella fue muy bonito, no me canso de contarlo. En el casting me dijo que tenía un primo maricón al que no le abriría la puerta de su casa ni aunque estuviese muriéndose…. En la cuarta semana de rodaje, cuando ya habían pasado también seis meses de ensayos y yo había estado ahí pico y pala, pico y pala con ella, vino y me dijo: “Esta noche voy a invitar a mi primo a cenar, y me gustaría que vinieras. Quiero pedirle disculpas y decirle que soy una inmadura”. ¡Qué cosa más bonita! Y eso pasó no solo con las protagonistas, ten en cuenta que teníamos ciento cincuenta figurantes gitanos…
«Siempre he llevado mi homosexualidad con normalidad. Estoy casada, tengo dos hijos… Es raro que alguien que me conozca no sepa que soy lesbiana»
SHANGAY⇒ Has puesto un tema sobre la mesa del que hasta ahora no se hablaba. ¿Cómo llevas haberte convertido en un referente?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Bueno, a veces también digo barbaridades que no sé si vienen bien a la comunidad LGTBI… [risas]. No soy muy activista, no suelo ir a manifestaciones y tal, aunque siempre apoyo de alguna forma. Porque el activismo cultural también es político. En este caso, tengo una herramienta superpotente, esta película… Por ejemplo, una chica lesbiana de quince años me escribió para decirme que le había encantado la película y que al día siguiente iba a llevar a su madre para hablar después con ella y decírselo. Cosas así me ponen los pelos como escarpias.
SHANGAY⇒ Si ganas un Goya, ¿a quién se lo quieres dedicar?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ A Vox y a sus simpatizantes. Porque quiero que digan “vamos a ver la película que nos ha dedicado esta chica”, y que se pasen hora y media en el cine viendo una historia de amor de dos mujeres lesbianas gitanas… Si gitanos homófobos han cambiado de actitud una vez la han visto, ¿por qué no votantes de Vox? Sería la leche.
SHANGAY⇒ ¿Cómo llevas verte nominada a tanto premio e ir de gala en gala en estas fechas?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Fatal, porque estoy gordita y soy bajita [risas]. Parece una gilipollez, pero no. Mi amatxu tiene 89 años, y siempre me dice “ya vas a salir otra vez como una mamarracha”, o me la imagino viéndome por la tele y diciendo “¡yérguete!” [risas]. Bueno, en realidad lo vivo como algo maravilloso para la película y para el cine español. Porque contribuye a que se escuchen nuevas voces de mujeres, no solo del mundo LGTBI.
«La industria del cine español es machista, porque es un reflejo de la sociedad»
SHANGAY⇒ ¿Podemos decir que la industria del cine español es machista?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Totalmente. Es un reflejo de la sociedad. En la película trabajé con una directora de fotografía, Pilar Sánchez Díaz, ¡y solo hay veintiuna profesionales en su campo en España! Imagínate, para llegar a donde están no es que luchen el doble, es mucho más.
SHANGAY⇒ Este año sois tres mujeres nominadas a Mejor dirección novel en los Goya…
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Algo que no pasaba desde 1990… Esto tiene que cambiar.
SHANGAY⇒ ¿Tenías claro que tu primera película tenía que ser algo parecido a Carmen y Lola?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ Desde que tengo uso de razón habré rodado en mi cabeza como ciento cincuenta películas… Y como en tu primera película pones las entrañas y te va la vida en ella, tienes que rodar una en la que creas al máximo, contar una historia que te apasione. Cuando en 2009 pensé hacerla, no me atreví; por pudor, por el lío que iba a suponer, no me sentía con fuerzas. Cuando fui madurando como persona y como directora dije “a tomar por culo los miedos, el cielo está hecho para los valientes y para los locos”. Y hasta aquí.
SHANGAY⇒ Cuando veas en los Feroz y en los Goya que gracias a ti va a haber una clara visibilidad lésbica en la galas, ¿qué crees que vas a sentir?
ARANTXA ECHEVARRÍA ⇒ No sabes lo que supone para mí… Que programas que yo veía de pequeña, como Días de cine, o los Goya, te premien y te nominen es para emocionarse, lo veo como un milagro. Y me da vértigo, porque sé que represento a mucha gente con esta película. Que las jóvenes lesbianas adolescentes que estaban muy perdidas, de pronto, tengan referentes en cine, es un lujo.