Ayer, en el programa Espejo Público, Santiago Abascal dijo cosas tan sorprendentes como que «hay muchas personas [LGTBI] que tienen la posición de Vox» o que desde su partido «respetan los derechos civiles y la igualdad de las personas ante la ley». Tal vez a Abascal se le haya olvidado el punto de su programa político en el que proponían acabar con el matrimonio homosexual en nombre de la religión católica; o el punto en el que deseaban que la operación de cambio de sexo dejase de ser subvencionada por ayudas públicas; o las recientes declaraciones de su compañero de partido Espinosa de los Monteros en las que amenazaba con prohibir el Orgullo de Madrid.
Para el líder del partido de ultraderecha, los derechos LGTBI no son patrimonio de la izquierda. «Los lobbies LGTBI dan cabida a los comunistas, dan cabida a aquellos que han perseguido siempre a los homosexuales, (…) aquellos que simpatizan con regímenes en los que los ahorcan. A ellos no se los excluye», afirmaba Abascal en esta conexión con Susana Griso, en la que el político trataba de mostrar una imagen victimista ante el nulo apoyo recibido por la comunidad LGTBI.
El presidente de Vox vuelve a referirse a nuestra comunidad como un lobby que conspira con la izquierda… Nos encantaría que Abascal utilizase un poco el pensamiento crítico y, finalmente, se percatará de que sus declaraciones contra el colectivo LGTBI han sido las causantes del gran molestar social que ha provocado con nuestra comunidad.
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