Ayer, 28 de junio, se celebró el Día Internacional del Orgullo LGTBI. Y también los 50 años de los sucesos de Stonewall. Por ello, el Instituto Cervantes de Madrid organizó un acto en el que participó Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior en funciones, que una vez más reivindicó la visibilidad trans, un tema en el que está volcado.
Grande-Marlaska aseguró que los que abrieron el camino no fueron las personas como él, los «de la chaqueta y corbata, sino los y las trans». También contó cómo, para él, los libros fueron una vía de escape: «Me sirvieron de refugio y referente en mi juventud obras como Retorno a Brideshead o El beso de la mujer araña«.
No es la primera vez que el ministro del Interior da la cara en público por el colectivo trans, reivindicando su papel en la lucha LGTBI. En una reciente entrevista por el 25 aniversario de Shangay nos decía sobre la plumofobia que existe dentro de nuestro mismo colectivo: «Reivindico a los de la pluma, fueron ellos los primeros en dar la cara. Quizás, entre nosotros, no nos identificamos plenamente con todas las letras LGTBI. Y digo identificar en el sentido de haber tenido todos que pelear un poco por nuestros derechos. Y no, no me gusta la fobia en alguna de la letra con respecto a otra. Pero sí, pienso que no hay la suficiente identificación. ¿A qué me refiero con lo de la ‘suficiente identificación’? Pues a que todos hemos tenido que pelear, en mayor o menor medida, por reconocer nuestra dignidad como personas. Y si digo, e insisto, lo de la ‘pluma’, es porque fueron los primeros. Y si recordamos la gente de Stonewall, es decir, los que se enfrentaron, cuando vemos los documentales, pues son gente con pluma. Y en España, en la primera manifestación de Barcelona del 77, pues igual. La mayoría lo eran. Fueron ellos los primeros que dieron la cara. Por eso es algo que yo siempre tengo absolutamente claro».
Ayer se reiteró en ese discurso, pero en un acto institucional en el Instituto Cervantes, que estuvo presidido por su director, Luis García Montero, y en que también participó la poeta Elvira Sastre.
«El Cervantes es una institución de visibilidad real, donde las singularidades conviven con el máximo respeto. Esta institución debe encarnar el sentido democrático de la sociedad y España, en el respeto a la homosexualidad, a la singularidad, ha sido muy avanzada», dijo su director en el acto.
«libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido».
Grande-Marlaska cierra el acto con este poema de Cernuda. pic.twitter.com/WfUTJNHYdn— Instituto Cervantes (@InstCervantes) June 28, 2019