Claudia Vega: "El Orgullo no se puede tocar"

Temas: Rosalía

Apuesta por la multiculturalidad porque le sale natural. Claudia Vega es española con raíces sefardíes, se ha criado hablando distintos idiomas, viajando mucho, y eso es evidente que se refleje en su música. En su primer EP, Feeling Warm Again, ya lo mostró. «Hasta ahora, como buena autodidacta, me lo hacía yo todo. Y cada canción me salía en el idioma que me inspiraba, fuese español, francés o inglés».

Claudia vivió cuatro años en Inglaterra; se fue con diecisiete a estudiar, y entre medias pasó un tiempo también en Corea del Sur. Tiene cierto espíritu nómada, como se ve, y le nutre a la hora de concebir su música. «Empecé a componer a los doce», revela. «Aunque estudié una carrera [artes liberales], siempre supe que terminaría dedicándome a la música. Además, mis mejores amigos [como Ana Perrote, de Hinds] son músicos, así que he crecido viéndolo como lo más natural».

Aprovechó la carrera para reforzar sus conocimientos de cara a la composición de letras, que tanto le interesa. «Cogí muchas asignaturas de literatura, filosofía, etnomusicología, antropología…». Este año ha empezado a estudiar música. «Cante flamenco, concretamente. Es curioso, porque mi música no tiene nada que ver con el flamenco, pero es mi mayor inspiración. Y casi todos mis músicos son flamencos. En mi disco se va a ver, claro, sobre todo a nivel de instrumentación y ritmos».

Dada su pasión por la literatura, no sorprende que el primer single que ha lanzado se titule Master & Margarita, inspirado en la novela de Mijaíl Bulgákov. Una referencia nada habitual para una canción pop, y menos de una artista millennial. «Cuando vivía en Seúl, vino a verme una amiga desde Jerusalén, y El maestro y Margarita era el libro que se había leído en el viaje. Me lo dejó, y me encantó. Hay una escena que cuenta una cena con el diablo, en Viernes Santo, que deriva en orgía… Tenía un montón de elementos que me inspiraron a crear una canción, con imágenes surrealistas y grotescas. Fue complicadísimo escribirla, eso sí», reconoce.

Cuando llegó la hora de rodar el vídeo, dirigido por Keane Show –y con su amiga Ana ‘Hinds’ como ayudante de dirección–, la orgía que narra la canción se transformó en algo distinto. «Quise recrear una cena de sabbat con mi familia, como las que tenemos todos los viernes». Y efectivamente, en el clip contó con sus tíos, sus primos… y también con bailarines. «Es el complemento perfecto a la canción, con una visión distinta».

Master & Margarita supone un paso adelante a la hora de ir definiéndose como artista. «Lo más complicado es saber realmente cuál es el mensaje que quieres transmitir», explica. «Para empezar, lo que quiero es ser yo quien lleve las riendas de mi carrera, tener el control sobre lo que quiero expresar. Quiero seguir aprendiendo y evolucionando».

Para Claudia Vega es muy importante que la multiculturalidad que tanto le inspira juegue un papel protagonista en todo lo que hace. «Cuanto más aprendo, más me acerco a mis raíces. Quiero combinar las culturas de ambas partes de mi familia. Mi padre nació en España, y mi madre, en Casablanca, de ahí mis raíces sefardí-marroquíes. Todo eso quiero que salga de manera muy natural en lo que hago».

Escucha muchísimo flamenco («desde Juan + Yerai a La Niña de los Peines») y también música urbana («me encantan Rels B, Dellafuente, Lin Cortés»), y hasta hace poco no dejaba de ponerse a Rosalía, «pero es que su música la han quemado, es una faena». Así que cabe esperar combinaciones interesantes en Spanish Manners, el álbum que publicará a finales de verano. «Hay varias canciones en que fusiono sonidos urbanos electrónicos con árabes, y esos son los que voy a presentar en el Orgullo».

Conoce bien el Orgullo de Madrid, y está feliz de formar parte de su programación este año. «Es un evento icónico de Madrid; cuando vivía en Londres me enorgullecía mucho al ver que todo el mundo lo conocía». Participar activamente le alegra, porque siente que es importante estar ahí. «Es que los resultados de las últimas elecciones me preocuparon mucho…. Y el Orgullo no se puede tocar».