Nunca olvidará que en 2019 visitó por primera vez Europa este chileno de 23 años al que el adjetivo ‘trapero’ se le queda corto. Lo demuestra con su recién editado primer álbum, Yin Yang, que inmediatamente ha convertido a Gianluca en un nombre de la música urbana a seguir de cerca.
Gianluca [Abarza] estudiaba artes visuales en la universidad, pero al año y medio dejó la carrera y se volcó en la música. “Es una bendición todo lo que me ha dado la música en los dos últimos años”, dice en tono pausado. “Me está llevando a países como España, Estados Unidos, Canadá, México… No puedo estar más feliz”. Todo comenzó con Quemando billetes, una canción que le hizo ver claro su camino. “Estaba convencido de que me iba a ir bien; y al fin y al cabo no dejaba las artes, solo la universidad”.
Nunca antes había compuesto una canción, pero desde los trece años hacía música electrónica con Fruity Loops (“pasé de los videojuegos a hacer música, pero era un hobby”). Cuando compuso la letra de Quemando billetes, sintió algo especial. “Podía expresarme abiertamente. En Chile, el arte, en general, es súper burgués. La transversalidad de la música hace que sea más directa y que llegue a mucha más gente, sea de cualquier edad o condición social”.
Apareció en el momento justo, porque ahora mismo “la música urbana se ha convertido en el nuevo pop mainstream”. Gianluca forma parte de la avanzadilla que permite exportar esa música urbana chilena, porque hasta ahora han sido artistas como Javiera Mena, Álex Anwandter o Gepe los que nos han ido llegando con regularidad. “Cuando ellos empezaron era mucho más difícil salir de Chile y darse a conocer. Las nuevas generaciones lo tenemos más fácil, y es evidente que la internacionalización de artistas chilenos es mayor”. Ayuda que el español se haya convertido en el idioma por antonomasia de la música pop en el último año. “Creo que el español llegará a destronar al inglés”, afirma Gianluca. “Para mí es más complejo y más lindo”.
«Cantar para mí es un acto de catarsis, entrego algo que sale de mí»
En Yin Yang (“siempre estoy buscando el equilibrio”), Gianluca ha querido mostrarse tal cual es, huyendo de poses que son habituales en la música urbana actual, y que en ocasiones rozan el machismo. “Me muestro como soy, me sale así. Gianluca no es un nombre inventado, es el mío, y canto lo que vivo”, explica. “Cantar para mí es un acto de catarsis, entrego algo que sale de mí, y digo cosas a través de la música que de otra forma quizá no compartiría”. Y se alegra de ver que las cosas van cambiando poco a poco. “El mundo sigue siendo súper machista, pero veo cómo avanza el feminismo en Chile, con una lucha constante, y eso es muy positivo. Por otro lado, a mí me inspiran artistas que hablan sin tapujos de sus sentimientos, como Frank Ocean. También me encanta la música vacía y banal, pero la que más me llega es la de artistas que comparten emociones que me llegan. Soy muy sensible”.
Su primer álbum es de lo más variado, e incluye incursiones rotundas en el pop bailable como el tema que le da título, en el que colabora Javiera Mena. “Tenía ganas de hacer algo que se acercase al house noventero desde el pop, y una vez tuve la maqueta, pensé que en esa canción tenía que estar Javiera. Soy muy fan de ella, la escuchaba desde adolescente”, recuerda. “Cuando me dijo que sí me hizo muy feliz. La experiencia fue increíble, aprendí mucho de ella cuando estuvimos juntos en el estudio”.
«La música que más me llega es la de artistas que comparten emociones. Soy muy sensible»
Javiera Mena fue para Gianluca un ejemplo de visibilidad cuando crecía. “Era abiertamente lesbiana, y que artistas como ella lo dijeran me ayudó a ver que eso no importaba, que lo importante era su música”. Gianluca está encantado de contar con muchos seguidores LGTBI. “Empecé a darme cuenta en mis conciertos. Y también muchos me escriben por privado para decirme cómo les impacta mi música”. Él es heterosexual, y comprobar que lo que comparte llega a todo tipo de personas le hace feliz. Además, sabe lo que es recibir insultos homófobos. “Cuando empecé a pintarme las uñas me decían continuamente ‘qué gay’. Aún me lo dicen, pero cada vez menos. Y cuando invito a la gente a que me hagan preguntas, siempre salen ‘¿eres gay?’, ‘¿eres bi?’… Cuando llevo unos días sin hacerme las uñas, como ahora, me veo raro, pero es que no está mi país como para que me las pinte”.
Gianluca está viviendo con la preocupación lógica la situación que vive Chile en la actualidad, aunque a la vez se siente esperanzado. “Mi país está dolido, viviendo una gran crisis social, se están violando muchos derechos humanos, y Chile es uno de los países con mayor desigualdad del mundo, pero a la vez está cambiando”, afirma. “Quienes no hemos vivido la dictadura no tenemos miedo a manifestarnos. Todo lo que ha sucedido comenzó gracias a marchas masivas, frente a las que Piñero, que es un fascista de mierda, lo que hizo fue poner el toque de queda y sacar a los militares a la calle y decir que estábamos en guerra”.
«Expresar libremente mis sentimientos siendo hombre es en cierta forma una acción política»
Aunque su música no tenga un componente político, siente que por el mero hecho de ser un artista contribuye a generar ese cambio que tanto ansía. “Solo expresar libremente mis sentimientos siendo hombre en una sociedad donde no son tantos los que lo hacen, ya es en cierta forma una acción política. Esto no puede parar; el Gobierno dice que hay que volver a la normalidad, pero la normalidad no existe”.
EL ÁLBUM YIN YANG ESTÁ EDITADO POR QUEMASUCABEZA/ALTAFONTE