Viaja a los Siete Reinos con 'Juego de tronos. La exposición oficial'

Temas: Exposición, Juego de tronos, Madrid

Aviso: Juego de tronos. La exposición oficial conviene verla acompañado o en grupo. Pensada para dar rienda suelta a los instintos autorreferenciales más narcisistas, la cantidad de espacios ubicados para la foto que acabará en Instagram es muy variada: unos te obligan a ponerte en extrañas posiciones, y muy pocos son aptos para el selfi si no vas con palo.

Para disfrutarla plenamente, ve con alguien dispuesto a disparar tu móvil cada vez que se lo supliques. A modo de introducción, un vídeo resume ágilmente la serie en muy pocos minutos.

En las muy variadas salas de las que consta Juego de tronos. La exposición oficial a partir del hall introductorio, dispuestas en modo laberinto, pasarás de un ambiente de los Siete Reinos a otro, generalmente usando a los personajes principales como hilo conductor.

Es admirable la disposición del vestuario y atrezo original de la serie, porque permite comprobar el nivel de realismo, lujo y gran trabajo artesano en la confección de un vestuario que ya es historia de la televisión (están presentes míticos looks de Daenerys Targaryen, Cersey Lannister, Arya y Sansa Stark), pero también de las armas, mobiliarios y pequeños objetos relevantes, incluida la mano de Jaime Lannister.

Capítulo aparte merecen las ambientaciones: de rotundos éxitos escenográficos como la calavera de dragón a tamaño natural o el muestrario de rostros para uso de Aria Stark en la Casa de Negro y Blanco –donde incorporas el tuyo sin problemas– a decepciones como el Trono de Hierro, mediocre aproximación al visto en la serie, a no ser que su impacto visual en televisión lo consiguiera solo la luz que lo iluminaba, aquí inexistente.

El sexo, que tanto dio que hablar, se limita a un par de empuñaduras con vestales desnudas de Daario Naharis, y la palpable desaparición de los personajes gais de la serie tiene difícil explicación. Ni siquiera la abiertamente lesbiana Yara Greyjoy tiene maniquí propio, y apenas se la entrevé en los vídeos. Al bisexual Oberyn Martell le conceden un vestido, pero lo colocan junto a esa prometida a la que le ponía los cuernos con cualquier hombre que se le cruzara.