«Querido Twitter. A Jon le encanta pintarse las uñas, pero en el cole han empezado a decirle que eso es de chicas«. Así comienza el tuit que Cristina Megachix, usuaria logroñesa de Twitter y madre del pequeño Jon, ha publicado, y que ya cuenta con casi veinte mil retuits gracias al apoyo de la gente.
— Cristina Megachix QUIERE UNA DRAGONA UNICORNIO. (@Megachix) February 11, 2020
La respuesta de los usuarios ha sido positiva y satisfactoria. La madre de Jon se ha mostrado muy agradecida, y ha contado que su hijo «se ha asegurado de que no nos dejábamos ni un solo tuit sin darle al corazoncito.». La intención de Megachix y el apoyo que ha conseguido es un claro ejemplo de la lucha por romper los estereotipos que aún marcan la sociedad en que vivimos.Las de mis niños y niñas de mi clase 🤩🤩 «Vivan las uñas de colores». pic.twitter.com/KwTtSjBlh3
— konchita_76 (@konchita_76) February 11, 2020
Pintarse las uñas no es cosa de chicas es cosa de persona a la que le gusta llevarlas pintadas. Si a tus compañeros no les gustan las uñas pintadas… pues que no se las pinten! pic.twitter.com/jhmvWSgC6F
— danigomezart (@danigomezart) February 11, 2020
Lo que te haga feliz, que no te lo impida nada ni nadie. 💖 pic.twitter.com/XffWhQghBG
— Quinn Fabray (@CesarTeo) February 12, 2020
Megachix ha invitado a todo el que le apetezca a publicar fotos con las uñas pintadas, con la intención de demostrar a su hijo (y a todo aquel que se lo cuestione) que «todo el mundo es libre de hacer lo que quiera, sin distinciones entre femenino y masculino«.
La respuesta de los usuarios ha sido positiva y satisfactoria. La madre de Jon se ha mostrado muy agradecida, y ha contado que su hijo «se ha asegurado de que no nos dejábamos ni un solo tuit sin darle al corazoncito.». La intención de Megachix y el apoyo que ha conseguido es un claro ejemplo de la lucha por romper los estereotipos que aún marcan la sociedad en que vivimos.
Estos, y muchos más tuits, son los que Twitter no deja de compartir bajo el mismo mensaje de tolerancia. Porque si hay algo que le haga feliz a alguien, nadie debe juzgarle por ello, y mucho menos ridiculizarlo por no ser lo socialmente aceptado. Personas como Cristina y su hijo Jon hacen, con pequeños gestos, grandes acciones para fomentar el respeto a todos en nuestra sociedad.