El jugador argentino de baloncesto Sebastián Vega, de 31 años, publicó hace unos días en su cuenta de Twitter una carta en la que hablaba sobre su mayor secreto: su orientación sexual.
«Me acuerdo del momento con exactitud: yo tirado en la cama, absolutamente a oscuras… Acababa de estar con un hombre por primera vez y no lo podía aceptar. Aquella noche fue una de las peores que recuerde». Así comienza su emotiva carta, donde habla de cómo tuvo que aprender a vivir dentro del armario por temor a decir la verdad. Vega se ha convertido en el primer jugador de la Liga Nacional de Baloncesto argentina en reconocerse abiertamente gay.
Siguiendo los pasos de Facundo Imhoff, jugador de voleibol que hace algunos meses hizo pública su homosexualidad, ha querido sumarse a la todavía corta lista de deportistas que un buen día deciden pegarle una patada al armario. “Es un tema bastante tabú, pero creo que planté una semillita para que todo pueda empezar a cambiar y se viva con naturalidad», ha declarado. Tanto Vega como Imhoff quieren romper las barreras que separan la orientación sexual de la libertad para practicar cualquier deporte sin ningún prejuicio ni miedo.
Personas importantes dentro del mundo del baloncesto han apoyado a Vega. Uno de ellos ha sido Manu Ginóbili, el mejor jugador argentino (y sudamericano) de la historia, cuatro veces campeón de la NBA con San Antonio Spurs y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004. También su compatriota Facundo Campazzo, jugador del Real Madrid, y el actual seleccionador argentino, Sergio Hernández. E incluso la Confederación Argentina de Básquetbol, desde la que declararon lo siguiente: «Es importante que todos vean que estamos evolucionando como sociedad y que no hay que tener miedo a vivir libremente«.
Sebastián Vega ha confesado sentirse muy identificado con Facundo Imhoff. «Yo tenía las mismas preguntas, la misma incertidumbre: quedarme sin trabajo y que el club me cierre las puertas. Esos miedos no me los pudo sacar nadie hasta que no lo dije, porque no tenía ningún referente”, comentó Imhoff. Sin embargo, a día de hoy puede sentirse muy orgulloso de su decisión, ya que sirvió de ejemplo para muchos hombres más. Y el ejemplo está aquí:
Vega e Imhoff consideran que es cuestión de tiempo que en el deporte se visibilice más a deportistas LGTB. El siguiente paso debería ser el mundo del fútbol, donde todavía ningún jugador de élite se ha atrevido a dar el paso. Ante este debate, el jugador de voleibol se muestra encantado de admitir que pertenece a una «generación bisagra», ya que la educación que recibieron por parte de sus padres y la que ellos quieren enseñar a las generaciones venideras ha cambiado, y en sus manos está ese cambio. Cualquiera firmaría las palabras de Vega: «Vale la pena. Yo elijo vivir mi vida con libertad».La verdad nos hace libres! pic.twitter.com/oKv4vUuOeg
— Seba Vega (@_sebavega) March 10, 2020