En 1978, la bandera del arcoíris fue creada para el Día de la libertad homosexual, un evento que el 25 de junio de ese año inspiró lo que hoy conocemos como la celebración del Orgullo LGTBI, y que tuvo lugar en la Plaza de las Naciones Unidas, en el centro de San Francisco.
Desde ese momento, se convirtió en un símbolo que ondea en todos los rincones del mundo, recordando a todos los que antes lucharon por nosotres. Es, en definitiva, un elemento fundamental en nuestra manera de concebir la lucha por los derechos y la visibilidad del colectivo LGTBI.
La bandera arcoíris fue diseñada por Gilbert Baker, y en un principio contaba con ocho colores, aunque finalmente tuvo que eliminar dos porque su fabricación resultaba demasiado costosa.
Baker fue un estrecho colaborador del activista Harvey Milk, conocido por ser el primer hombre abiertamente homosexual elegido para un cargo público en los Estados Unidos, y que fue asesinado por defender los derechos de homosexuales lesbianas, bisexuales y trans. El famoso diseñador murió, tras una vida de lucha, el 31 de marzo de 2017 en NuevaYork a los 65 años.
Aunque la bandera diseñada por Baker es un símbolo mundial del Orgullo lésbico, gay, bisexual, trans, intersexual, queer y más, a partir de ella se han creado otras banderas de la diversidad sexual. Banderas que representan diferentes identidades, orientaciones sexuales y formas de diversidad corporal. Son varias, y podemos identificarlas por sus colores y los símbolos que incluyen.
La agencia Presentes nos explica en un vídeo muy interesante algunas de ellas:
«La bandera lésbica fue creada en 1999 por Sean Campbell, un diseñador gráfico gay, para una revista de California. El hacha blanca, situada en el centro de la bandera, fue un símbolo de las sociedades matriarcales de Europa y Asia. El color violeta fue elegido porque durante el siglo XX las mujeres lesbianas usaban violetas como símbolo identificativo. El triángulo negro invertido, como un símbolo de solidaridad, ya que fue una de las figuras utilizadas durante el holocausto para marcar homosexuales, lesbianas y cualquier otro tipo de diversidad sexual.
La bandera trans fue creada en 1999 por Mónica Helms, una mujer trans. Destaca por la simetría en la disposición de los colores azul, rosa y blanco. Según Helms, de esta forma “el orden en que se ondee la bandera no importa, siempre será correcto. ¿Por qué esos tres colores? El azul y el rosa, tradicionalmente colores de niños y niñas, y el blanco por las personas que se encuentran en transición o consideran que su género es neutro o fluido.
La bandera bisexual fue creada en 1998 por Michael Page. La forman tres colores. El rosa, representa la atracción por alguien del mismo género; el azul, la atracción por alguien con una identidad diferente a la propia. El morado es el resultante de los otros dos colores, como símbolo de ambas atracciones.
La bandera intersexual la creó en 2013 la Organización Internacional Intersexual de Australia. Se diseñó con los colores amarillo y el símbolo del círculo violeta para salir de los tradicionales azul y rosa. Sin adornos ni agregados, el círculo representa la totalidad y la plenitud, el derecho a elegir quiénes somos y cómo queremos ser.
Otras banderas como la asexual, la pansexual, la no binaria, la del género fluido… y banderas LGTBI+ que desde hace algunos años visibilizan a las personas racializadas con franjas marrones y negras».