La británica Tilda Swinton es un incontestable icono queer. Andrógina y huyendo siempre de las tradiciones asociadas al género, es una actriz única, cuya imagen y estilo, tan propios, han hecho de ella un referente de libertad, y no solo de talento.
La protagonista del reciente cortometraje de Pedro Almodóvar La voz humana, todo un éxito en la taquilla española, no ha dejado de sorprendernos a lo largo de las décadas. Tilda Swinton es una actriz original como pocas, que siempre se ha mostrado muy alejada de los estándares asociados a las grandes estrellas del celuloide, sobre todo de aquellas surgidas en Hollywood.
Swinton ha apostado siempre por huir del encasillamiento, y por abrazar el riesgo profesional. Por eso es tan admirada, y referente interpretativo de quienes huyen de los lugares comunes. También escapa, no sabemos si consciente o inconscientemente, de las estructuras tradicionales del género, que nunca le han interesado. ¿Por qué? Pues tendrá que ver su reciente declaración de que siempre se ha considerado queer.
En una entrevista con la edición británica de Vogue, Tilda Swinton afirma: «Para mí, ser queer tiene que ver con la sensibilidad«. Y continúa: «Siempre me he sentido queer; buscaba mi circo queer, y lo encontré. Y al encontrarlo, vi que es mi mundo. Ahora tengo una familia con Wes Anderson, tengo una familia con Bong Joon-ho, tengo una familia con Jim Jarmusch, tengo una familia con Luca Guadagnino, con Lynne Ramsay, con Joanna Hogg”.
Son muchas las personas que, como Swinton, consideran que el término ‘queer’ va más allá de la sexualidad, que es más una manera de ver el mundo. De ahí que haya personas homosexuales que, por ejemplo, prefieren identificarse antes como queer que como ‘gay’, un término que no convence a quienes huyen de la homonormatividad. Es algo que viene de lejos, porque, décadas atrás, queer también se utilizaba para referirse a puntos de vista alternativos y no necesariamente a preferencias sexuales.
Es lo que parece sugerir Tilda Swinton en sus declaraciones. Y no hay que olvidar que en su trayectoria profesional ha establecido grandes vínculos con cineastas queer como Derek Jarman, Luca Guadagnino o, más recientemente, Pedro Almodóvar. Es evidente que ha demostrado con hechos que se siente queer, y se agradece que lo visibilice no solo en su faceta profesional, sino también en la personal.