Las malas noticias se han confirmado. Hace unos días, la hija de Mila Ximénez regresó desde Ámsterdam (donde vive) a España para estar junto a su madre, que días antes había recibido el alta de la Clínica de La Luz, donde había estado ingresada. La colaboradora televisiva ha muerto tras un año luchando contra el cáncer de pulmón.
Mila fue una grande de la prensa del corazón. Son muchos, especialmente los más jóvenes, los que la conocieron por su última etapa como colaboradora de Sálvame. Pero ella era mucho más que eso. Vivió en primera persona la época dorada de Marbella por su matrimonio con Manolo Santana, padre de su hija, Alba. Y como periodista contó, también en primera persona, esos años de glamour en la legendaria ‘mesa camilla’ desde la que Encarna Sánchez pontificaba en la Cope.
Muchos años más tarde –es decir, ahora– se repetía la historia. Volvía a vivir y a contar en primera persona lo que estaba pasando. Y al contrario que muchos colaboradores televisivos, Mila no solo sabía de lo que hablaba sino que, en la mayor parte de los casos, había vivido eso de lo que se estaba hablando. Y sí, estaba –otra vez– protagonizando esta nueva y diferente etapa del mundo de corazón.
Mila volvió a primera línea de actualidad por Isabel Pantoja, tras llevar unos años ‘en el olvido’. La tonadillera siempre tiene algún tema de actualidad, y la Ximénez dio su versión de cómo era para ella la cantante, una mujer a la que conoció muy de cerca en sus años de colaboradora de Encarna.
A partir de ahí, se convirtió en una estrella de Telecinco. Si a eso le unimos que era una mujer culta, sarcástica y divertida, pues tenía los ingredientes para el mejor de los cócteles que se agitaban en esa coctelera que es Sálvame…
Jorge Javier Vázquez, que siempre se ha declarado gran admirador de la periodista, supo sacar su mejor lado. En muy poco tiempo se convirtieron en amigos inseparables. No hay duda de que juntos nos han regalado algunos de los mejores momentos de la televisión de los últimos años.
Mujer cercana, Mila Ximénez siempre estaba ahí. Con un simple mensaje de whatsapp que le mandaras al plató, si podía echarte una mano, siempre lo hacía. Es lo que tiene vivir en primera persona lo que otros solo cuentan de oídas. Y no hacer gala de ello.
Nosotros queremos recordarla como era, llena de color, con esta foto de cuando desfiló para Agatha Ruiz de la Prada. Descanse en paz.