Sin lugar a dudas, puede decirse que Ricky Merino es el artista más versátil de Operación Triunfo. Originario de las islas Baleares, amante del crossfit, de los animales y muy amigo de sus amigos. Merino es un artista que aunque habla de su orientación sexual sin tapujos ni prejuicios, cree que siguen existiendo muchos sesgos dentro de la industria de la música hoy en día. Para hablar de todo ello, se ha pasado por La Tragaperras de Josemola dispuesto a llevarse el premio gordo.
LA TRAGAPERRAS ⇒ ¿Qué se siente al ser uno de los artistas más sexualizados del panorama de la música en español?
RICKY MERINO ⇒ (Risas) No lo llevo ni bien ni mal. Me lo han dicho, pero no hago mucho caso. De hecho, me sorprenden las críticas hacia los artistas que muestran su cuerpo, ya sea un cuerpo normativo o diverso y les acusan de vanidosos o creídos. Pero en mi caso, no me desnudo por sexualizarme, lo hago porque siempre me ha dado igual el cuerpo. Crecí sin tabúes. La carne de la cara y la del culo es la misma.
LA TRAGAPERRAS ⇒ En la anterior entrevista de La Tragaperras, Malbert reclamaba que lo sexualizasen más…
RICKY MERINO ⇒ ¡No te creo! Fíjate que es uno de los que más me ataca y me dice que me sexualizo porque quiero llamar la atención (risas).
LA TRAGAPERRAS ⇒ ¿Es más fácil la carrera musical de un artista si es hetero?
RICKY MERINO ⇒ Una vez sacaron una frase mía de contexto con eso y muchos maricones me dieron de hostias. A lo que me refería era a que, como artista gay, tengo otras oportunidades que son diferentes a las que tienen los artistas heterosexuales. La música que se consume es mayoritariamente hetero y Spotify no mete mis canciones en listas de reproducciones convencionales. En cambio, en las listas del Orgullo de cada año, ahí sí que estoy, ¡y lo agradezco y me encanta!
LA TRAGAPERRAS ⇒ ¿Seguimos estando encasillados y etiquetados?
RICKY MERINO ⇒ Tenemos una labor de reeducar que es jodida. No podemos pretender que la sociedad cambie de la noche a la mañana. Por ejemplo, el otro día estaba comiendo con un grupo en el que todos eran heterosexuales, hablábamos del colectivo, uno dijo que nosotros buscamos aislarnos de los demás. Tuve que explicarle que no era así, que más bien buscamos un grupo en el que sentirnos aceptados y cómodos. Lo que queremos es que la sociedad no nos relegue sino que nos respete.
LA TRAGAPERRAS ⇒ El colectivo LGTBI busca y necesita espacios seguros…
RICKY MERINO ⇒ Exacto, y quien no lo entienda es por ignorancia. Y no creo que debamos enfadarnos ante estas situaciones, sino más bien hacernos entender. A mí me llamarón «maricón» durante toda la adolescencia, crecí pensando que era algo malo. Muchos heteros han crecido en un entorno de privilegios porque formaban parte de lo normativo. También entiendo que, como nunca lo han sufrido, no lo entiendan. Pero cuando se lo explicas, entran en razón, o al menos mis amigos lo hacen.
LA TRAGAPERRAS ⇒ Cuando presentaste Smalltown Boy, hablabas de la homofobia interiorizada, ¿cómo gestionaste el tema de tu pluma?
RICKY MERINO ⇒ De pequeño tenía muchísima pluma porque me relacionaba con mujeres, mis referentes son mujeres y lo femenino siempre me ha sido más acogedor. Pero es verdad que llegó un momento de mi adolescencia en el que intenté luchar por controlar mi pluma porque cuanta más tenía, más me insultaban. Es más, hasta mi padre, que siempre me aceptó, me dijo una vez cuando vino a recogerme al colegio que controlase la manita. Supongo que era su modo de querer protegerme para que no me machacasen por esa parte femenina.
LA TRAGAPERRAS ⇒ Y entonces, ¿qué opinas de que los artistas tengan que salir o no del armario?
RICKY MERINO ⇒ Me parece que es muy necesario. Lo guay sería que directamente un artista nazca y se dé a conocer siendo homosexual, bisexual o lo que sea. Cuando entré en OT sabía que no iba a ocultarlo porque llevo siendo maricón muchos años, y hablé de manera natural de mí, de mi novio y de los chicos que me gustaban. Molaría que todos los artistas de ahora naciesen de esa manera tan libre. Si no ha ocurrido hasta ahora y hay artistas dentro del armario, bienvenido sea el momento en el que decidan salir. Yo aplaudí a Pablo Alborán, porque al final: ¿Qué es mejor?, ¿que siga en el armario o que salga?
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