«Antes muerto que dominado por quien sea». Estas fueron las últimas palabras que dejó por escrito la víctima antes de suicidarse arrojándose al vacío desde la ventana de su casa, en A Coruña, en octubre de 2019. El joven estaba siendo extorsionado por un hombre que había conocido en una aplicación de móvil para gais y le amenazaba con revelar su homosexualidad a su familia si no le pagaba una determinada cantidad de dinero. Ahora, el extorsionador ha sido condenado a dos años y medio de prisión y a pagar una sanción de nueve mil euros a los familiares de la víctima.
La Justicia gallega ha confirmado en la sentencia las amenazas que el joven recibió a través de Whatsapp, a las que ha tenido acceso elDiario.es. «¿Tú quieres que me olvide de ti y no le diga a nadie que eres gay? A mí nadie me vacila. Pues ahora ya veremos. Me voy a chivar a toda Coruña», le dijo el condenado a la víctima, que llegó a pagarle cien euros a cambio de no revelar su orientación sexual.
Tras ese primer pago, el condenado continuó exigiéndole dinero a pesar de que la víctima le asegurara que no disponía de él. Le confesó claramente que tenía intención de quitarse a vida: «Si no te hablo más me maté. No aguanto más». Pero el extorsionador le respondió despreciando sus intenciones de suicidio: «Mira, a mí chantajes emocionales no. Conmigo eso no funciona». El joven llegó a pedirle unas semanas más hasta que cobrase el sueldo y poder hacer frente al nuevo pago, pero él fue tajante: «No voy a esperar».
El 8 de octubre de 2019, pocos días después de que lo conociera por la app de móvil, el joven se lanzó desde la ventana de su casa de madrugada y cayó sobre un coche. Antes dejó una nota donde explicaba que la extorsión que estaba sufriendo «lo colmó» y que prefería estar «antes muerto que dominado por quien sea». El acosador, que tardó en enterarse del fallecimiento de su víctima, siguió enviándole mensajes una vez fallecido para que le pagara más dinero: «Mira chaval, me voy a encargar de amargar tu vida», fue el último mensaje que recogieron los magistrados.
La sentencia ha revelado que el joven se suicidó porque estaba siendo «presa de la desesperación y angustia en la que se hallaba sumido». Los jueces rechazaron el recurso del condenado que alegaba que la víctima ya había tenido otros intentos de suicidio. «La presión continuó, la reiteración de la petición de dinero tras haber recibido el primer pago fueron suficientes para llevar a la víctima a tomar una decisión irreversible y gravísima», confirma la sentencia.
El acusado estuvo ocho meses en prisión provisional hasta la celebración del juicio en octubre de 2020. La condena resultante ha sido firme, ya que la defensa del acusado no ha recurrido al Tribunal Supremo, así que deberá cumplir dos años y medios en prisión y pagar una sanción de nueve mil euros al tío de la víctima. Finalmente, los jueces explicaron que «la identidad sexual de una persona forma parte de su núcleo básico de intimidad, sobre el que tiene derecho a mantener un pleno dominio y goza de pleno poder de decisión sobre la forma, las personas y el medio de darlas a conocer».
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