Anier, nacida en Barcelona, lleva una carrera fulgurante sin haber necesitado el apoyo de una gran discográfica. Su empeño, y la ayuda de las redes sociales, la han convertido en una artista que cuenta con una fiel, y creciente, legión de fans que aman tanto su música como su filosofía vital.
Estuvimos con ella en su reciente concierto en Madrid y pudimos comprobar que es protagonista de un fenómeno quizá sin precedentes. Decenas de fans lesbianas y queer –muy jóvenes– llevaban apostades en la puerta de la sala muchas horas antes del show, escuchando sus canciones, besándose y nervioses. Lo que provoca Anier en sus fans es muy especial; Anier lo sabe, y lo celebra.
«Estoy orgullosa de ser un referente para muchas chicas», asegura, «y de que la gente que viene a mis conciertos, sabiendo cómo está la situación, se sienta superlibre y contenta, en familia. Me encanta leer comentarios en mis redes del tipo «¿jugamos a darnos un beso cada vez que veamos a una lesbiana en el concierto de Anier?». Y la complicidad de Anier les reconforta. «Vienen a los meet and greet chicas que han sufrido mucho por ser como son. Están cambiando las cosas, y veo a la gente cada vez más atrevida y segura, pero he conocido a personas que lo han pasado muy mal, y lo comparten conmigo. Me enorgullece que sientan que mis conciertos son espacios seguros«.
Nos encontramos a una Anier muy distinta de la imagen que da en sus vídeos y sobre el escenario. Con un punto de timidez y una dulzura que choca con el poderío que despliega de cara al público. Es una buena ocasión para conocerla mejor, gracias a que por fin parece sentirse cómoda abriéndose un poco más. «He tenido épocas en que me han costado un montón las entrevistas», confiesa. «Ahora me abro más porque me siento más segura, y tiro para adelante con todo. Estoy mejor anímicamente, tras haber vivido momentos en que no disfrutaba nada de la música. Me vino todo muy de golpe, y mi cabeza iba más rápido de lo que podía asimilar», cuenta. «Mi inminente disco es el primer proyecto que he podido disfrutar de verdad».
ESCRIBIR PARA VIVIR
«Siempre me ha gustado escribir. Desde muy pequeñita escribía diarios, y lo volcaba todo en ellos: cómo me sentía, lo que hacía, dibujaba, contaba todo lo que vivía en las vacaciones con mi familia… En el colegio empecé a escribir poemas y algún cuento. De repente, con un clic, descubrí la música, y me dije ‘¿Por qué no?’.
Empecé a componer canciones cuando estaba haciendo bachillerato, incluso escribía letras en los libros de texto. Estaba hasta el coño de las clases y del sistema educativo, era súper rebelde y antisistema. Veía que me salían cosas guapas y ya un día me puse a escribir del tirón».
EL RAP MAMADO A SU MANERA
«No era de escuchar tanto rap creciendo; la gente a mi alrededor tiene influencias que yo no he mamado. Me preguntas por grupos de la vieja escuela e igual no tengo el mismo conocimiento que otra mucha gente, que es algo que puede sorprender. Escuchaba música muy variada de pequeña, de distintos géneros. Y no tenía ídolos.
A día de hoy, igual; escucho de todo para bucear en lo que se está haciendo, soy muy de ponerme los veinte primeros temas a los que he dado like en Spotify, renuevo muchísimo todo el tiempo. Empecé a escuchar discos enteros de rap de gente como Natos y Waor, de una generación por encima de la mía, y con la que ahora coincido en festivales».
VISIBILIDAD SIN EXPLICACIONES
«No hablo mucho de mi sexualidad. He estado con chicas y lo he publicado en mis redes, pero ahora cuido mucho lo que comparto en cuanto a mis relaciones; de hecho, no subo nada. Pero no hay vez que no me pregunten ‘¿te gustan los chicos? ¿te gustan las chicas’… Crea muchísima expectación. Y siempre digo que me gusta todo, abiertamente. No tengo problema en compartirlo, pero no es algo que remarque, nunca he necesitado hacerlo.
No me pongo etiquetas, ni de cara a la sociedad ni a mí misma. No creo que haya que hacerlo, ni sabría cómo. Nunca he tenido problemas por ello, ni sufrí bullying de pequeña, y eso que por mi perfil lo normal es que me hubiera pasado, porque era diferente, iba con la cabeza rapada… He leído, quizá en Shangay, entrevistas a muchos artistas que sí lo sufrieron, y que se han sentido apartados.
Yo nunca he tenido problemas de ese tipo. Quizá porque tengo un carácter especial, muy fuerte y muy mío; he ido siempre a mi bola. Y si alguien intentó hacerme bullying en algún momento, o no se atrevió a hacerlo a la cara o lo he borrado de mi memoria».
MENUDO CARÁCTER Y MENUDA SUERTE
«He tenido mucha suerte con la gente que he tenido siempre alrededor. Mi familia me ha apoyado en absolutamente todo. Recuerdo decirle a mi madre de pequeña que quería comprarme ropa de chico, que era la que me molaba. Nunca me dijo nada al respecto. Y seguro que habrá otras personas que se sienten igual y por solo decirlo su vida se convierte en un infierno. Tengo un hermano mayor, siempre he estado rodeada de chicos, jugaba al fútbol…, he hecho en todo momento lo que he querido.
También tendrá que ver mi carácter. Siempre mostré mucha fuerza, y ocultaba mis debilidades tras una coraza. Ahora estoy cambiando, aflora mucho más lo que llevo dentro. Estás conmigo unos minutos y ya ves que no soy tan dura y ruda como parezco. Antes te costaba más descubrirlo; tenía que querer yo que lo vieras. Soy supersensible y emocional, pero hasta ahora me guardaba esa parte para mí, por miedo a que me hicieran daño. Así que lo escribía y lo lloraba a través de mis temas».
MÚSICA Y AMOR SANADORES
«Me sanaba escribir sobre lo que sentía, y ahora compruebo que es lo que reconforta a mi público. Veo que me dicen las niñas ‘escribes lo que necesito para levantarme por las mañanas; si no, no podría con esta vida. Tú me salvas’. Y pienso que, joder, qué suerte. Porque a mí no me salvó nadie, solo lo hacía lo que escribía. Y he tenido la suerte de vivir de la música desde que di mi primer concierto, que fue antes de cumplir los 18. Empezaron a salirme cosas, también festivales, y tuve la suerte de que la gente con la que estaba trabajando apostó por mí.
Cuando me salió el segundo concierto, llamé al restaurante en que trabajaba y les dije que lo sentía pero que me iba, no podía dejar pasar esa oportunidad. Me ha pasado todo tan rápido que me ha costado muchísimo asimilarlo. Ahora es cuando estoy trabajando de verdad en serio, y sé que este año va a ser fundamental para mí. Hasta ahora componía, grababa videoclips, actuaba en festivales, me iba de fiesta… Ahora me estoy focalizando de otra forma, y también me cuido más a nivel de salud, que me está sentando muy bien. No pienso echar por tierra todo el trabajo anterior».
UNA RAPADA REBELDE
«Empecé a raparme la cabeza siendo chiquitilla, en la ESO. Le pedí a mi hermano que me rapara la nuca. Después seguí con un lado de la cabeza, después el otro… y acabé con un mohicano gordo. Me pregunto qué cojones pasaba por mi cabeza cuando empecé a raparme, porque ahora mismo no lo sé, tendría que pararme a pensarlo. Quizá era otra forma de rebeldía. Siempre la he liado un montón; pero era una liante pequeña [risas].
No me metía en peleas o cosas así. Pero en casa siempre fui conflictiva, y en el cole también. Todo viene de allí, porque en el colegio siempre iba más rápido que los demás, era un culo inquieto y estaba súper en contra del sistema educativo, y eso me llevaba a dar por saco por todos lados».
EN SU PROPIO AMBIENTE Y SIN BANDERAS
«Tuve una época en que salía mucho por el ambiente en Barcelona, a locales como Arena. También me iba a Valencia, que allí también hay mucho ambiente… Tenía grupos de colegas que me llevaban de acá para allá, aunque ya no voy a ese tipo de sitios. Que si estoy con gente que quiere ir, perfecto, pero no siento que necesite cobijarme en ellos.
Espero que esto no siente mal a nadie, pero es que nunca he sido persona de ponerme una bandera, no exteriorizo lo que siento de esa manera. Por eso no lo remarco como artista. De hecho, es la primera vez que hablo abiertamente de esto en un medio. Ni siquiera lo he hecho con mi público.
No tengo ningún problema en hacerlo, pero es que como siempre he sido tan libre en ese aspecto… Entiendo que haya gente que lo haya pasado tan mal en ese sentido que sí lo habla cuando está en una posición de visibilidad, para ayudar al colectivo y reivindicar. Yo podría hacer más trabajo en ese sentido y no lo hago, es algo de lo que soy consciente. Pero como artista actúo como lo siento, y no me sale».
CLAROS Y OSCUROS
«Lo pasé muy mal durante una etapa: llegué a tener mucha ansiedad, manía persecutoria, no podía salir a la calle, me encerré en casa. Cuando empiezas a tener reconocimiento, o llenas tu ego y te subes para arriba o te tira para abajo, que fue lo que me pasó a mí. Sentía mucha presión. Yo siempre iba a tope con todo: cuando jugaba a hockey, cuando hacía skate… Al ver de golpe que se ponían expectativas tan altas en mi nombre, me entró una gran inseguridad por miedo a no cumplirlas.
He tardado mucho tiempo en darle por culo a las expectativas de otros. Que sé que es un problema al que se enfrenta mucha gente, porque es hipercomplicado luchar contra eso, en la música y en el día a día. He ido a terapia desde pequeña, y ahora hace tiempo que no voy; ya me llevo sola, me voy conociendo. En su momento, con las cosas que me estaban pasando y la edad que tenía, hubiera necesitado un coach que me ayudara a asimilarlo todo.
También me di mucho a la fiesta, demasiado. Tuve problemas con la gente con que trabajaba, sentí que la industria era una mierda y durante más de año y pico no hice nada de música. Yo que pensaba que esto iba a ser un camino de rosas, comprobé cómo la vida me empezaba a dar hostias y me hacía mucho daño emocionalmente. Y cuando parecía que empezaba a remontar, llegó la pandemia y me volvió a hundir bajo tierra.
Durante dos años no he colgado temas, y la Anier que hay en YouTube es muy distinta a la que se va a ver ahora con el disco. Siento que perdí dos años, y no me va a volver a pasar«.
Acaba de lanzar Más x menos, el single que avanza el que será en marzo su primer álbum, el único proyecto hasta la fecha que asegura haber disfrutado de principio a fin. Un paso importante en la carrera de una Anier dispuesta a sorprender no solo con su nueva música, también con la manera de mostrarse públicamente.
Que tras un tiempo sin dar entrevistas haya accedido a abrirse como lo hace en esta es de agradecer. Porque hemos descubierto a una Anier distinta a la que han mostrado sus vídeos y sus redes hasta ahora. Seguro que nos seguirá dando sorpresas.