Mola sacar de su zona de confort a Carolina Durante, y ellos aseguran agradecerlo. Es lo que muestran cuando nos visitan para presentar su segundo álbum, Cuatro chavales, en el que refuerzan las bases de su característico sonido y entregan una nueva colección de hits en potencia que están deseando presentar en directo en su giras y en los festivales de verano.
Han vuelto a la carga Diego Ibáñez, Martín Vallhonrat, Mario del Valle y Juan Pedrayes con su proyecto común, Carolina Durante. Su nuevo disco es una muestra más de su descaro punk-pop, marca de la casa, que también visibilizan en una entrevista con la que demuestran las ganas que tenían de volver al ataque.
Diego –que ha debutado como actor en la serie Cardo– y Martín son los principales interlocutores del cuarteto, cuya química resulta innegable en Cuatro chavales, un álbum que supone un paso adelante en su carrera. Aseguran estar contentos por cómo les ha tratado la prensa hasta ahora. «Se nos quiere, y estamos agradecidos», dice Diego. También están felices por arrancar tras el frenazo que supuso la aparición de la pandemia. «Y si el disco ha salido tan bien, creo que ha sido gracias a las circunstancias que hemos vivido en esta etapa. Nos esforzamos por que no nos saliera un disco grisáceo, digamos». Y lo han logrado.
En octubre de 2020 entraron al estudio, tras lograr ponerse de acuerdo en los temas que iban a grabar y en el número de canciones que entrarían en el disco, a pesar de que Diego no estaba muy de acuerdo con el resto de sus compañeros sobre la decisión común que iban a tomar a ese respecto. «Diego es el más neurótico del grupo», chiva Martín. Y el susodicho asiente. «Soy una persona obsesiva, dudo mucho, cambio de opinión continuamente… Soy un poco coñazo».
«Nos hace mucha gracias que nos sigan cayetanos»
Confiesa Ibáñez que, como el disco ha reposado casi un año hasta que ha visto la luz, le ha dado tiempo a escucharlo entero unas ciento cincuenta veces. «Según la época del año, me parecía que era muy guay o no tanto». Suerte que una vez en la calle está encantado con el resultado. Y con el título del álbum, que llegó en el último minuto.
Según Martín, «al final, después de muchas vueltas, nos decidimos por Cuatro chavales porque está en la letra de una de las canciones». Algo que hacían mucho Mecano. «Ojalá ser Mecano», dice, a la vez que Mario, que no los soporta (en realidad, a ninguno les gusta especialmente), le dirige una mirada asesina. «¿Sabes que fui a clase con una sobrino de Ana Torroja, Jaime?». En qué momento lo recuerda, porque Diego dispara: «Martín Torrojo», y claro, llegan las risas.
Los cuatro escuchan música muy distinta, pero no dudan al nombrar al grupo que más les ha unido mientras grababan Cuatro chavales: Bestia bebé. «Es EL grupo, el que nos hace sentir la hermandad», dice Diego mientras el resto asiente. Una hermandad que hay que desengrasar de cara a los nuevos conciertos, porque aseguran que el parón de los dos últimos años no ha sido fácil. «En 2019 habíamos llegado a un punto en que tocando en el escenario nos sentíamos como en el salón de tu casa», recuerda Martín. «Estábamos muy cómodos y presentes. Ahora las canciones nuevas nos exigen más (era un objetivo explícito que nos habíamos propuesto) y tenemos que engrasar la maquinaria«.
«Nos esforzamos por que no nos saliera un disco grisáceo»
¿Cómo llevan gustar a tantos cayetanos que antes eran su principal objeto de mofa? «Nos hace mucha gracia», dice Diego. «Tengo amigos dentro de ese espectro cayetanil a los que les gusta mucho el grupo. Que en nuestros conciertos se mezcle todo tipo de gente, de diferentes edades y tribus urbanas, mola«.
¿Y cómo han llevado el interés de las marcas, a raíz de su éxito inicial, por contar con ellos en todo tipo de eventos? «Empecé siendo el único que iba, porque me dejaban ir con colegas», continúa Ibáñez.»Esta peña no se venía, macho», y de nuevo risas colectivas. «Estábamos en ese periodo de ser cutres, y yo les recordaba ‘¡comida y bebida gratis!’… Al final todo el mundo va por eso, ¿no? Sí, a dejarse ver también, pero lo importante es lo otro. Y llevarte una bolsita con un regalo al salir». Claro, llegó la pandemia y recuerda Martín que su visión cambió. «Cómo echábamos de menos esos eventos a los que nunca queríamos ir…».
También se tendrán que replantear ahora con qué actitud aceptarán ser contratados para pinchar en fiestas, porque tienen recuerdos peculiares de las experiencias vividas en ese sentido, tal y como cuenta Diego. «Nunca nos lo tomábamos muy en serio, éramos desastrosos«, asegura. «Al final, pinchábamos para nosotros mismos, no para la gente. Como una vez en Valencia, que fuimos Juan y yo, y nos dio por poner Lendakaris Muertos, Ekorbuto, Yung Beef, Cecilio G, Barricada… Y claro, al rato nos invitaron a abandonar la cabina».
Sienten que algunas circunstancias aún se les hacen extrañas. «Como cuando nos invitaban a fiestas de pueblo, y nosotros encantados de la vida, pero descubríamos que esperaban que tocáramos hora y media, como una orquesta, y a los treinta y cinco minutos habíamos acabado, porque no teníamos más canciones». Ahora ya cuentan con un segundo disco y más repertorio. «Pero seguimos siendo fans de tocar hora y cuarto máximo», dice Martín. «Y ya sobra media hora», apostilla Juan… Son cuatro chavales fieles a sus principios.
EL ÁLBUM CUATRO CHAVALES DE CAROLINA DURANTE ESTÁ DISPONIBLE EN TODAS LA PLATAFORMAS, EDITADO POR SONIDO MUCHACHO/UNIVERSAL MUSIC
CAROLINA DURANTE ACTÚA EL 27 DE ENERO EN EL WIZIKN CENTER DE MADRID