Samantha Ballentines y Estrella Xtravaganza rumbo a Marbella: la Odisea de las travestis

Dos drags y un destino: ver a Christina Aguilera en el Starlite de Marbella. Pero la carretera no les puso las cosas fáciles. Y Samantha nos cuenta cómo fue esta delirante odisea.

Samantha Ballentines y Estrella Xtravaganza rumbo a Marbella: la Odisea de las travestis
27 julio, 2022
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Si Homero hubiese sido travesti, sin duda Samantha Ballentines y Estrella Xtravaganza habrían sido las protagonistas de su Odisea. Pero la realidad supera a la ficción, y como en Las aventuras de Priscilla, estas dos reinas nos cuentan el largo peregrinaje por las carreteras andaluzas para ver a la diosa Xtina.

Semanas antes del concierto, Samantha daba por hecho que la búsqueda de un coche para llegar a su destino iba a ser fácil. Pero como era de esperar, en el último momento todos los viajes estaban completos y las reinas se las vieron y se las desearon para encontrar a alguien dispuesto a llevarlas.

Y es cierto que la fama tiene sus cosas buenas, pues en el último momento, un admirador que iba a Torremolinos se ofreció a llevarlas hasta allí. Con el viaje asegurado, las reinas descansaban tranquilas…, tan tranquilas que la mañana del concierto Samantha se quedó dormida.

Media hora más tarde de lo previsto –según Estrella–, llegaron hasta el coche del fan chófer, momento en el que las cosas empezaron a torcerse. En un principio el viaje iba bien, pero cuando les quedaba aproximadamente una hora para llegar a Torremolinos…

«El coche empieza a tambalearse hasta que se para. Se había pinchao la rueda y estábamos allí tres maricones que no sabíamos cambiarla. No había ni rueda de repuesto, ni gato, ni nada. A pleno sol», cuenta Samantha Ballentines.

Samantha Ballentines y Estrella Xtravaganza rumbo a Marbella: la Odisea de las travestis

Deciden llamar a emergencias, y tras un rato de espera aparece la grúa y un señor que, según ellas, no era muy simpático. Seguidamente, después de que llegara la policía, un taxi las recogió y las llevó a un pueblo del que no recuerdan el nombre, para que el coche pasara por un taller.

Así define Samantha su estancia en el pueblo: «Eso era un pueblo fantasma, allí no había ni una persiana subía. Mientras cambiaban la rueda, fuimos compran unas empanadas y unos refrescos para recargar las L. Casei Immunitas«.

Con el coche arreglado, continuaron su travesía hacia Torremolinos. Al llegar allí, el coche que iba a llevarlas hasta Marbella las esperaba justo en la otra punta de la ciudad, por lo que tuvieron que cruzar todo Torremolinos a mediodía, andando y a pleno sol.

Con Estrella quemada a parches, que según Samantha “tenía en el pecho un escudo como Superman”, pararon a comer y a refrescarse. “Me eché agua por la cabeza y con lo colorá que me pongo parecía un bebé que acababa de salir de un chocho”, cuenta.

A Samantha, el coche que las esperaba le pareció “como un 600 lleno de mierda». No tenía aire acondicionado, la música sonaba en un altavoz portátil y en el maletero no cabía nada. Con todo y con eso, ahora que se habían unido los primos de Estrella, eran cinco personas en ese coche dirección Marbella.

Al llegar, después de ducharse y ponerse guapas, las reinas marcharon como locas al concierto que se celebraba en el Starlite. «Aquello era como una verbena pero pija, como la feria, con albero y todo», define Estrella. «Parecía que estábamos en una excursión del Imserso o en Portaventura», añade Samantha.

Samantha Ballentines y Estrella Xtravaganza rumbo a Marbella: la Odisea de las travestis

Ya en el recinto, Samantha, vestida de Christina Aguilera en los 2000, fue perseguida por una ola de fans e incluso quisieron hacerle una entrevista. «Al menos invitadme a un cubatita, que yo no he venido a trabajar«, señalaba la reina durante el revuelo.

Una vez en el concierto, ambas destacan lo guapa que estaba Xtina, pero coinciden en que estuvo «modo automático«. En las canciones en español, la voz en directo brilló por su ausencia, pero «cuando cantaba, cantaba muy bien», puntualiza Samantha.

Samantha Ballentines describe la salida del concierto «como si bajáramos del Monte Sinaí, de cuando Moisés fue a buscar las tablas«. Y es que a referencias bíblicas no le gana nadie.

 

Pero después de descansar, emprendieron su viaje de vuelta a Madrid y la historia ha resultado con un final feliz. Las reinas están sanas y salvas en su casas, y así lo han hecho saber vía Twitter.

Ahora les toca recuperarse y poner el broche final en las últimas funciones de El Gran Hotel de las Reinas en la capital, antes de comenzar la gira por España.

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