Manon, de Jules Massenet, es una ópera muy ligada al Liceu de Barcelona, teatro al que llegó solo diez años después de su estreno parisino en 1884. El teatro de Las Ramblas de Barcelona tiene mucha historia entre sus (maravillosas) paredes. Michael Fabiano puede presumir de formar ya parte de ella. Y de hacerlo con letras mayúsculas.
Tras participar en la gala del 175 aniversario del coliseo barcelonés, el tenor estadounidense –una de las estrellas indiscutibles de la ópera actual, solicitado por los mejores escenarios del mundo– debutó ‘oficialmente’ en el Liceu con Tosca, también en esta temporada 2022/23. Ahora regresa con esta Manon que desde el Liceu definen como “un historia de deseo, transgresión y sed de vida. Manon es una mujer que es una femme fatal icónica de la ópera”. Y es también una ópera que Fabiano conoce a la perfección, y que le pilla en plena transición vocal, como él mismo nos cuenta.
“Es mi quinta producción de Manon”, nos dice este cantante, habitual de las páginas de nuestra revista por su activismo LGTBI en todas las entrevistas que le hacemos. “Siento que Des Grieux [su personaje] es un hombre muy normal. Muy educado, que vivía una vida tranquila. Es un hombre que estudia, que tiene sus ideas políticas y sociales, y cree que una persona se puede enamorar de otra persona. Es alguien muy normal, muy equilibrado”, continúa.
Para Fabiano, Manon es una ópera importante en su carrera, aunque ya nos avisa de que pronto dejará de cantar a Des Grieux. [Fotos posadas: Elena Cherkashyna]
“Oliver Py hace una producción que nos enfrenta a la vida de hoy. Y vemos también desde el principio que Manon es una prostituta. Y todas las demás mujeres, también. Muy bien, es una idea de un director. Creo que si no se explica bien trivializa un mensaje muy importante. Ella es una chica de una ‘buena familia’, que la mete en un convento para terminar su educación. Tras dos actos, se convierte en una cortesana. Esto es lo que se cuenta en el libro original [en el que se basa el libreto de la ópera]”, nos asegura Fabiano. Y acto seguido nos dice, rotundo: “Pero el hecho de que yo no esté de acuerdo [con esta visión del regista] no invalida al director, las ideas son muy importantes. Él tiene su posición, y mi trabajo como artista es ejecutar una visión que se está presentado con mi cara. Respeto ese proceso, incluso cuando estoy en desacuerdo. Eso es lo que es un artista tiene que hacer. Yo tengo mis ideas, un director tiene las suyas. Ser artista es confrontar”.
“Son muchas las personas se han sorprendido de que vuelva a cantar Manon cuando estoy ya transicionando hacia otros papeles más spinto«
Fabiano tiene claro cuáles son sus límites con los directores de escena: “Solo cuando me pidan que haga algo más allá de lo que es aceptable, lucharé por mi arte. En esta producción me parece que ella es una esclava sexual. Es importante decir que esto es aún un gran problema en todo el mundo. Él [Oliver Py] piensa que es una prostituta. Ella sale de su vida, conoce a un hombre que muy cariñoso con ella, se enamora de él y se convierte en una cortesana”.
La novela original de Abate Prévost fue condenada por escandalosa cuando se publicó en 1733. Y ha servido de inspiración para óperas (por ejemplo Manon Lescaut, de Puccini) y ballets. Por ello, muchos directores de escena de hoy ven a la protagonista de esta ópera de Jules Massenet como una especie de mujer prostituta, pero empoderada. Es el planteamiento que hace Oliver Py en esta obra, que llega al Liceu tras triunfar en su estreno en el Grand Théâtre de Genève. Una producción ya legendaria.
Dos momentos del montaje de Manon que se estrena en el Liceu de Barcelona [Fotos de escena: Toni Bofill ]
“El libro no dice que ella sea una prostituta. Cuando empieza la historia, ella es una mujer de quince años que disfruta la vida. Es una mujer con mucha personalidad. Una mujer infantil, que hace cosas divertidas. Y la familia decidió meterla en un convento. Yo sé que me estás preguntado sobre la libertad sexual. Dirías que en Manon hay una historia sobre este tema, que es de actualidad en todo el mundo. No solo en esta ópera. Somos muy afortunados de poder hablar hoy de ello. Es un tema complicado para mí, porque en el tercer acto es una cortesana, no una prostituta. Como en La Traviata. Además, ser una prostituta, una escort, no necesariamente indica libertad sexual; más bien al revés. Demuestra la poca libertad o empoderamiento que esa mujer tiene. Hoy en día sigue habiendo un tráfico sexual violento y brutal. Ella tiene quince años, y podría ser una esclava sexual. Eso es todo lo contrario a la libertad sexual. Cuando un director decide que Manon es una mujer así, es todo lo contrario a la libertad. Por eso creo que se tiene que explicar bien”.
Como decimos, este es un papel que Michael Fabiano conoce muy bien. Des Grieux es un rol que ha interpretado varias veces y que es muy complicado para un tenor: “Son muchas las personas se han sorprendido de que vuelva a cantar Manon en un momento como este cuando estoy ya transicionando hacia otros papeles más spinto. Las cosas las hago de una manera muy meditada. Hablé en su momento con el maestro [Antonio] Pappano sobre este tema de las óperas francesas, y me dijo que Des Grieux era el más completo para mí. En los primeros actos es un tenor más ligero, pero después de [la escena de] Saint Sulplice, es un tenor spinto. Por ello es una obra muy buena para un tenor en un momento de transición. Yo lo había estado cantando durante cinco años. Y en este tiempo en el que, como te digo, estoy en esa transición, me viene muy bien para mi voz . Además, en esta producción ese cambio está todo tras el descanso. Des Grieux de Manon es un buen papel para mí en este momento, pero no por mucho tiempo más”.
El tenor estadounidense regresa al Liceu de Barcelona tras participar en la gala de 175 aniversario del Grand Teatre y la Tosca de esta misma temporada.
A nivel vocal, está viviendo un momento muy bueno, en el que está incorporando varios papeles nuevos: “La transición para cada cantante es muy diferente. Es un momento muy sereno el que estoy viviendo. Estoy listo para continuar en mi camino. He cantado Un ballo in maschera, Don Carlo, Madama Butterfly, Tosca… Ahora, en este cambio llegarán Manon Lescaut, Il trovatore, Andrea Chenier en los próximos cinco años. Es que cumpliré los 40 en un segundito”, bromea.
«España es mucho más avanzada que Estados Unidos en materia LGTBI, mi país es muy puritano. Vivimos mucho en el pasado»
Siempre está la duda de si abandonar esos papeles con los que ha triunfado por el mundo dejará un poso de pena. “No, en absoluto. Dejo esos papeles con todo mi corazón. Por ejemplo, Alfredo [La Traviata] y el duque de Mantua [Rigoletto] ya están terminados. Es posible que vuelva cantar un aria, un dueto [en algún concierto], pero no la ópera completa. Ya son para otras personas. Y no, no me da pena. He cantado Alfredo más de ochenta veces, y el duque de Mantua más de cien. Ya no da pena. ¡Doce producciones de Traviata son suficientes! Hay otros tenores jóvenes”, nos dice. Le decimos si, como en La Traviata, entona un Addio al pasato cuando piensa en esos roles: “¡Sí, tal cual!” nos contesta entre risas
Como ya hemos dicho, es uno de los cantantes más solicitados por los mejores teatros del mundo. Y las ofertas tanto para que no abandone esas óperas como para que debute en otras (que él considera que no son las adecuadas para su voz) deben ser muy tentadoras: “Soy una persona muy sensata, y no tomo las decisiones sin pensar. Lo he hablado mucho con mis asistentes, profesores, coaches… Cuando tomo la decisiones, son pensadas”.
En esta Manon tenemos a Marc Minkowski en el foso. El director es un gran conocedor de la ópera francesa, y un gran estudioso de este repertorio, del que tiene muchas grabaciones: “Trabajé por primera vez con Marc hace diez años en mi primer Faust, en Ámsterdam. Él tiene sus ideas sobre la ópera francesa, y yo las mías, pero estoy feliz de esta estar con él”.
Comparte reparto con Nadine Sierra, que da vida a Manon. Sin duda, un primer cast de grandes estrellas, de primeras figuras de hoy, para un ópera que trata temas atemporales. “Para mí es cantar con una amiga. Ella es muy libre en la escena. Claro que sé que es una estrella muy importante en este mundo, pero no pensamos en ello cuando cantamos. No es un tema que nos importe. En este asunto, no pienso en mi posición en el mundo lírico, solo en mi voz”.
Es uno de los tenores más solicitados por los mejores teatros del mundo. Ahora regresa al Liceo con Manon, de Massenet.
Esa amistad que tienen hará que salten chispas en escena. Dos grandes estrellas frente a frente ante una ópera que, musicalmente, es una verdadera maravilla. “Hace un par de días hablé con Nadine precisamente sobre este tema de la visión de su personaje como una prostituta. Cuando miramos a nuestros hijos, me preocupa lo que puedan ver en las plataformas de Internet, ¡y ni siquiera soy padre! A medida que crezcan, su idea de inocencia será diferente a la nuestra. Cuando hacemos una obra en la que se muestra una sexualidad así, tengo un poco de miedo. Manon y Des Grieux son personas que están en un nivel más amplio que el de la esclavitud sexual. Es una historia muy complicada, llena de color. Esta producción tiene ese color, tiene un camino muy claro. Y puede ser que no se esté de acuerdo con ella, pero eso no significa que no me guste”.
Con el caballero Des Grieux, regresa al Liceo tras Tosca, que como ya hemos apuntado, fue su debut en ese escenario en una ópera completa. Poco antes participó en los actos del 175 aniversario de este emblemático coliseo barcelonés. ¿Qué tiene este teatro con tanta historia que engancha?: “Conozco muy bien a todos los grandes cantantes que han pasado por este palco escénico. Tebaldi, Caballé, Carreras, Aragal, Domingo…, todos cantantes que son historia de la ópera. Me sentiría un privilegiado si llego a ser un diez por ciento de lo que ellos han sido. Es un teatro fantástico, con un escenario impresionante, una compañía muy profesional, que ama la ópera. Está claro que España ama la cultura en general, pero la ópera en particular: el Liceu y el Real están entre los diez mejores teatros del mundo”.
Cada vez está más vinculado a España, un país en el que se siente muy querido. Tanto, que ya se ha comprado casa en Madrid, y muy pronto se instalará en nuestro país: “Sí, tengo muchos planes aquí. Tengo más contratos en España que en otros países del mundo. Y debutaré aquí en algunos de esos nuevos papeles que ya he comentado, Manon Lescaut, Il trovatore, Andrea Chenier. Pero no puedo decir dónde ni cuándo”, nos confiesa entre risas.
«La historia de los escorts de la comunidad gay hoy no es la misma que en 1733. Para mí es muy triste que haya personas que piensen que su único camino sea usar su cuerpo para ser pagado»
Además de todo esto de lo que hemos hablado, Michael Fabiano es un abanderado de la visibilidad LGTBI en la ópera. Por eso no hay ni una sola vez de todas en la que le hemos entrevistado en la que no quiera aportar su granito de arena por la causa. Le preguntamos por cómo ve hoy en España la realidad del colectivo, y si tiene alguna relación con la ópera que ahora protagoniza en el Liceu. “Es una pregunta muy compleja, porque la historia de personas que tienen que trabajar como escorts en la comunidad gay no es la misma que la situación de 1733, cuando se escribió la novela. La idea es diferente. Pero para mí es muy triste que haya personas que piensen que su único camino sea usar su cuerpo para ser pagado. Pero esto existe desde hace más dos mil años. Esta es la realidad, pero no es el tema de Manon”, asegura.
“Sobre la realidad del colectivo LGTBIQ hoy en España, es una pregunta también compleja. Es muy diferente que en mi país, los Estados Unidos. Como estadounidense, veo que mi país es más extremo. En España, en Europa, es todo más equilibrado. Ha pasado la transición LGTBQ, está todo más normalizado. Pienso que en mi país hay grandes conflictos. Los que creen que hay binarismo entre hombre y mujer, y los que piensan que hay gender fluid en todas las personas. Tenemos que respetar que hay opiniones diferentes y los dos lados tienen su ideas válidas. Es un debate muy importante, intelectual; muy potente. En España no se está discutiendo esto como en Estados Unidos. Este tema de los derechos trans también afecta directamente a los niños. Y aunque creo firmemente en la igualdad para todos, también creo que es una responsabilidad social proteger a los niños, permitirles permanecer inocentes y no inyectarles drogas para realizar cirugías irreparables que algún día podrían resentir”.
Él, por otro lado, tiene muy claro cómo se siente: “Yo soy un hombre que ama a otros hombres. Ser masculino es importante. Necesitamos ‘hombre machos’ en nuestro mundo. Estoy también cansado de que se quiera acabar con la masculinidad. El mundo necesita hombres fuertes, masculinos y seguros de sí mismos. Estoy cansado de presenciar el ataque directo a la masculinidad por parte de fuerzas más grandes”, nos dice rotundo.
Ha sido portada de Shangay y es un habitual de nuestras páginas, por lo que esta estrella mundial de la ópera es ya uno más de la ‘familia Shangay’. Cuando se lo comentamos, se ríe abiertamente: “Me siento afortunado. Y muy cómodo de poder explicar mi sexualidad con libertad. Conozco bien la dificultad que existe en otras personas. He tenido mucha suerte, y sé que esto no lo pueden decir todas las personas” .
Para terminar, le pedimos que nos diga, claramente, por qué no hay que perderse esta Manon del Liceu: “Por dos razones muy claras. La primera es ver a muchos de los cantantes más importantes de este momento. No pueden perdérselo. Y la segunda es que la música de Manon es memorable, y no es una ópera que se pueda ver con tanta facilidad en las programaciones habituales de los teatros”.
Manon, de Massenet, se estrena el el Liceu de Barcelona el 20 de abril. Más info y venta de entradas en la web del teatro, pinchando aquí