Manon es una obra musicalmente maravillosa. Y también muy difícil de cantar. Por eso, poder disfrutarla con este reparto que ahora llega al Gran Teatre del Liceu de Barcelona justifica un viaje a la capital catalana. La soprano Nadine Sierra y el tenor Michael Fabiano son dos de las estrellas más deseadas del panorama internacional, y en este montaje desatan su pasión prohibida en escena.
Esta obra de Massenet vuelve al Liceu en una producción llena de morbo (y por ello levanta ampollas en algunos sectores) en la que Manon es una femme fatal, una mujer que sale del convento y se convierte en prostituta. Una puesta en escena vibrante y llena de color y ritmo.
Desde el mismo teatro la definen como «una historia de deseo, transgresión y sed de vida». La apuesta de Oliver Py –director de escena que es también el director del Théâtre du Châtelet en París– no deja a nadie indiferente. Procedente del Grand Théâtre de Genève, ha visitado con gran éxito otros coliseos de ópera, y ahora aterriza en Barcelona.
Michael Fabiano se siente muy cómodo en este papel, que ya ha cantado varias veces, pero del que nos dice que ya se está despidiendo. «Lo he estado cantando durante cinco años. En un momento vocal como el que vivo, en el que estoy en plena transición, me viene muy bien para mi voz. Des Grieux [su rol en esta ópera] es un buen papel para mí en este momento, pero no por mucho tiempo más. Muchas personas se han sorprendido de que vuelva a cantarlo cuando estoy ya transicionando hacia otros papeles más spinto. Las cosas las hago de una manera muy meditada. En los primeros actos es un tenor más ligero, pero después de [la escena de] Saint Sulplice, es un tenor spinto. Por ello es una obra muy buena para un tenor en un momento de transición.
Con él, en escena, está nada más y nada menos que Nadine Sierra. Un reparto de auténtico lujo. La soprano, estadounidense como Fabiano, da vida a Manon. Sin duda, un primer cast de grandes estrellas, de primeras figuras de hoy, para un ópera que trata temas atemporales. “Para mí es cantar con una amiga. Ella es muy libre en la escena. Claro que sé que es una estrella muy importante en este mundo, pero no pensamos en ello cuando cantamos. No es un tema que nos importe. En este asunto, no pienso en mi posición en el mundo lírico, solo en mi voz”, nos dice él. Las chispas de esa pasión prohibida saltan en el escenario.
Como decimos, dos grandes estrellas frente a frente ante una ópera que, musicalmente, es una verdadera maravilla. Y que no es tan fácil de ver, porque no suele estar en las programaciones habituales de los teatros. “Hace un par de días hablé con Nadine precisamente sobre este tema de la visión de su personaje como una prostituta. Cuando miramos a nuestros hijos, me preocupa lo que puedan ver en las plataformas de Internet, ¡y ni siquiera soy padre! A medida que crezcan, su idea de inocencia será diferente a la nuestra. Cuando hacemos una obra en la que se muestra una sexualidad así, tengo un poco de miedo. Manon y Des Grieux son personas que están en un nivel más amplio que el de la esclavitud sexual. Es una historia muy complicada, llena de color. Esta producción tiene ese color, tiene un camino muy claro. Y puede ser que no se esté de acuerdo con ella, pero eso no significa que no me guste”, nos dice Michael Fabiano.Esta obra de de Jules Massenet es una ópera muy ligada al Liceu de Barcelona, teatro al que llegó solo diez años después de su estreno parisino en 1884. El teatro de Las Ramblas de Barcelona tiene mucha historia entre sus (maravillosas) paredes. Michael Fabiano puede presumir de formar ya parte de ella. Y de hacerlo con letras mayúsculas.
El tenor debutó en el Liceo en la gala del 175 aniversario del coliseo de Las Ramblas de Barcelona. Luego fue Cavaradossi en la Tosca de esta misma temporada, y ahora regresa como el caballero Des Grieux en esta Manon que acaba de subirse a este emblemático escenario de la lírica mundial.