Paulina Rubio: "Si fuera hombre, sería sumamente maricón"

Temas: Entrevista, Fangoria, Maspalomas, Miguel Bosé, Orgullo, Paulina Rubio

Nunca pasa desapercibida Paulina Rubio. Cada paso que da en público se convierte en noticiable, porque Paulina no es de las que intentan que no se las vea… ¿o sí?

Hemos descubierto cosas inesperadas sobre Pau en un reportaje que hubo que realizar a un ritmo frenético. El que ella impuso, claro.

 

Las incógnitas que se crean cuando vas a entrevistar a Paulina Rubio me recordaron a las que también viví en las ocasiones en que viajé para mis cara a cara con Mariah Carey.

Los planes cambian continuamente, los horarios también, incluso el sitio destinado a fotografiarla y entrevistarla. Paulina cambia todo en función de lo que siente, de lo que le apetece, de lo cansada que se encuentra…

Supuestamente, a la hora de encontrarse con Shangay, estaba agotada. Cualquier lo hubiera dicho cuando la vimos posar ante la cámara de Salva Musté o cuando se sentó para el one to one.

Pero sí, tuvimos que soportar los retrasos más o menos habituales cuando entrevistas a una diva de este calibre. ¡No iba a llegar Paulina Rubio puntual, faltaría más! Eso sí, cuando llegó, tampoco se sentía lista para hablar ni posar. Tocaban los retoques habituales, que incrementaron su retraso. Todo fuera por encontrarla estupenda.

Rubio había llegado unos días antes a Madrid de Maspalomas, donde fue cabeza de cartel de su Orgullo LGTBIQ+ el pasado 13 de mayo. Llegó dispuesta a dar una serie de entrevistas a medios muy seleccionados, y quiso que Shangay fuese uno de ellos. ¡Bien!

Brutal el contraste de la tranquilidad extrema del pasillo en el piso de su hotel a lo que nos encontramos en su suite. Con todo su equipo alrededor preparándola, ella pidiendo que sonase música –enseguida se puso en repeat su último single, No es mi culpa– y un tremendo olor a incienso en todos los rincones.

Llegó la hora de posar para las fotos y comenzó el desenfreno. Una Paulina hiperactiva sabe cómo dar el máximo de sí en el menor tiempo posible. Verla comerse la cámara es un lujo solo al alcance de los equipos que lo presencian. Y es todo un show, la verdad.

¡Hora de la entrevista! Se decide que sea en el saloncito de la suite, y hay que prepararse mentalmente en segundos, porque cuando se trabaja con Paulina –y más estando cansada– no se pierde un momento. Una vez está la grabadora lista es cuando su asistenta la trae a toda velocidad.

Pau llega con una taza en una mano y su incienso en la otra. Se cierra la puerta, nos quedamos por fin solos y se crea un espacio de intimidad para disfrutar de esa Paulina Rubio cuya espontaneidad no tiene precio.

 

SHANGAY ⇒ En tu última portada para Shangay, el titular decía: «El exceso me sale de la manera más natural». ¿Te sigues identificando con él?
PAULINA RUBIO ⇒ ¡Qué divertido suena! Es que ahora menos es más… Todo depende de la narrativa que esté dentro de tu ser en cada momento.

«Voy a sacar nuevo álbum pronto»

SHANGAY ⇒ ¿Cuál es tu narrativa actual?
PAULINA RUBIO ⇒ Hago mucho con poco [risas].

SHANGAY ⇒ ¿Por eso dura tu último single dos minutos?
PAULINA RUBIO ⇒ No, es porque ahora los formatos son cortos, es algo que dicta el propio sistema.

SHANGAY ⇒ ¿Y por qué hace tanto que no publicas un álbum?
PAULINA RUBIO ⇒ ¡Qué dices! ¡Si acabo de sacar Deseo! [editado en ¡2018!]. Voy a sacar uno pronto; tengo muchas ganas de hacer cosas este año que en el anterior no hice.

SHANGAY ⇒ ¿Qué cosas?
PAULINA RUBIO ⇒ ¡Sacar el álbum! Y ya está.

SHANGAY ⇒ ¿Qué te queda por probar a nivel profesional que aún no hayas hecho?
PAULINA RUBIO ⇒ Me queda tanto por hacer, es infinito. Tanto a nivel de mi arte como en mi plan de vida, que están muy unidos. Seguiré dando mucha guerra.

SHANGAY ⇒ ¿Te consideras guerrera por naturaleza?
PAULINA RUBIO ⇒ Unos días más que otros. Escojo mis guerras: a día de no hoy no me interesan, pero cuando ha pasado, las he escogido y con dedicación. En este momento, apuesto por conciliar. No quiero karma, quiero dharma.

«No me dolieron las mofas durante la pandemia; me dolería que no se acordaran de mi nombre»

SHANGAY ⇒ La gente celebra lo bien que pareces pasártelo siempre y la imagen tan divertida que proyectas. ¿Eso te pesa?
PAULINA RUBIO ⇒ No, porque mi personalidad es así, como se me ve. Soy una persona fuerte, con la piel curtida. Ahora que el planeta se reseteó, siento que tengo muchísima luz; me siento un prisma multicolor y me voy dando.

SHANGAY ⇒ En tu single dices algo que no sorprende nada: «Esta nena está lista p’al tequila y rock and roll»…
PAULINA RUBIO ⇒ Así es. Hay sacar a esa niña que llevas dentro, y más después de ese reseteo mundial que te decía. Ya no queremos más cautiverio.

SHANGAY ⇒ Pero esa niña no bebía tequila…
PAULINA RUBIO ⇒ ¡La niña no! Pero hay que sacarla siempre para componer y para vivir.

SHANGAY ⇒ Por cierto, tus vídeos durante el cautiverio dieron mucho juego. ¿Te dolieron las mofas?
PAULINA RUBIO ⇒ Ah, bueno… Soy un ser humano, ¿no? No me dolieron nada. Me dolería que no se acordaran de mi nombre y que no supieran cómo deletrearlo [risas]. Mientras yo esté con mis cosas, mis niños y mi música, por mí puede llegar una tormenta, que ya pasará.

 

SHANGAY ⇒ ¿Te sientes especialmente libre en Miami para hacer lo que quieras?
PAULINA RUBIO ⇒ Me siento libre en cualquier parte. Me sé manejar y darme mis momentos de incógnito para ira lugares donde seguir siendo yo.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo haces para salirte con la tuya de incógnito?
PAULINA RUBIO ⇒ ¡Ay, no te lo puedo contar! [carcajadas]. Solo te diré que me busco mis maneras, y soy muy libre, gracias a Dios. Me encanta esa sensación. Mira, estuve en San Isidro en medio de la Plaza Mayor y la pasé bomba, ¡hombre! Fue divino.

«Alaska y yo somos leyendas, con muchas ganas de seguir y ofrecer cosas diferentes»

SHANGAY ⇒ ¿Sabes que en Drag Race España te imitó una drag mexicana, Visa?
PAULINA RUBIO ⇒ Ay, no sabía, ¡qué cool! ¡Qué cute! Me tendrías que enseñar el vídeo [con el poco tiempo que teníamos, era impensable en ese momento]. Si es que me imitan drags mexicanas, españolas… Eso es amor y admiración de verdad, me encanta que lo hagan; lo siento como un gran elogio hacia mi música, mi persona y mi forma de ser.

SHANGAY ⇒ ¿Te sientes a veces un poco drag?
PAULINA RUBIO ⇒ No, pero si fuera hombre, sería sumamente maricón, eso seguro.

«Me queda mucha fiesta por vivir en esta que es mi segunda patria»

SHANGAY ⇒ Como madre, y siendo como eres, imagino que querrás educar a tus hijos en el respeto por la diversidad, ¿no?
PAULINA RUBIO ⇒ Ellos ya traen esa información adquirida; vienen con un código de barras de salvadores, han llegado para sanarnos. Y hay que darles ese espacio. Obvio que yo les he dado esa educación universal, y son unos trotamundos como yo. Tienen más millas en American [Airlines] que cualquier adulto. Y eso les da mucha perspectiva para respetar a los demás. Ellos me llevan enseñando cosas desde el día en que nacieron, soy su mejor alumna.

SHANGAY ⇒ ¿Les pones tu música?
PAULINA RUBIO ⇒ Como tengo el estudio en casa, ellos va oyendo lo que hacemos, y de repente escuchan algo y me vienen: «¡Esa la conozco, mamá, ya la grabaste, me gusta!». A ambos les gusta la música en general, aunque a uno más que al otro.

 

SHANGAY ⇒ Recientemente publicaste un dúo con Fangoria, Mi decisión, que no habéis promocionado lo que cabía esperar, ni siquiera grabasteis vídeo… ¿Por qué?
PAULINA RUBIO ⇒ Bueno, porque está en la banda sonora de La novia de América, y se grabó especialmente para ese proyecto. Me habría encantado hacer un vídeo, pero así salieron las cosas, y hay que respetarlas.

«Mi viaje personal tiene mucho que ver con el jaleo y el amor que me da la comunidad»

SHANGAY ⇒ ¿Tú también entiendes el tema, como le pasa a tantos fans, como un himno a la resiliencia de las personas trans?
PAULINA RUBIO ⇒ La veo como una canción que puede salvar vidas, porque hay que liberarse. Y la música es la mejor medicina para el alma.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo surgió la colaboración?
PAULINA RUBIO ⇒ Estando en pandemia, me contactó Mario [Vaquerizo]. Fue bonito sentir que en esos momentos podía meterme en el estudio para ir trabajando en distintos proyectos. En este caso, estuvimos un tiempo en contacto a la hora de ir trabajando las voces Alaska y yo, cediendo y colaborando.

SHANGAY ⇒ ¿Celebraste colaborar con una artista como Alaska, a la que conoces desde hace tanto tiempo?
PAULINA RUBIO ⇒ La amo, porque la conozco desde los 80. Yo me vestía de amarillo en Timbiriche y ella ya estaba en una banda. Igual que en esa época fui conociendo a Enrique y Ana, Parchís, José María Cano, Nacho Cano, Ana Torroja, Miguel [Bosé]… En toda esa movida yo era la más chica, pero siempre quería estar con todos, era la más fan.

Que ahora Alaska se acordara de mí para esta canción ha sido muy bonito. Somos leyendas, pero con muchas ganas de seguir y ofrecer cosas diferentes. Me siento una recording artist multigénero que quiere grabar continuamente canciones que suenen nuevas. La música es música, como love is love, así que no quiero que me limiten.

SHANGAY ⇒ Me encanta que te autodenomines «leyenda»…
PAULINA RUBIO ⇒ Bueno, Alaska me lo ha llamado a mí y yo a ella. Y Demi Lovato también me lo decía cuando estuvimos juntas en X Factor. Me hacía sentir mayor, pero al mismo tiempo siento que era muy bonito que me lo dijera alguien como ella.

SHANGAY ⇒ ¿Te lo pasaste bien juzgando a artistas jóvenes?
PAULINA RUBIO ⇒ No juzgándoles; a mí lo que me gusta es dar la mano a las nuevas generaciones.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo fue la experiencia de actuar en el Orgullo de Maspalomas?
PAULINA RUBIO ⇒ Increíble. Mucha ‘paloma’ había [risas]. Fue muy divertido e intenso. Mi journey personal tiene mucho que ver con ese jaleo, esa espontaneidad y todo el amor que te da la comunidad, que me hace sentir tan como ellos. ¿Qué les podría decir? Que se disfruten, que gocen… y que vuelen alto. Porque a mí también me gusta mucho volar, que me dejen ser.

SHANGAY ⇒ En breve confirmarás algún otro Orgullo en España, ¿no?
PAULINA RUBIO ⇒ Sí señor. Están saliendo cosas muy divertidas. Este verano quiero seguir siendo la reina de la pista en España, y me queda mucha fiesta por vivir en esta que es mi segunda patria; también la siento mi hogar.