Nuestro poeta de cabecera, Juan Carlos Prieto, está de celebración tras la publicación de su tercer poemario, Todavida (Editorial Club Universitario). Otra vuelta a su co-razón en 80 poemas, con los que cierra una trilogía poética que inició en 2020 con su aclamado Tontheridas y que continuó un año más tarde con Sintimiento, algo bastante inusual en cuanto a poemarios se refiere.
“Con este libro cierro una etapa llena de sudokus de emociones y sensaciones hechos con palabras para comenzar otra nueva dirigida a un tipo de público distinto, pero sin quitarme la capa sucia y roída que me encontré tirada en el suelo hace unos años donde aparecía escrita la palabra poesía, pues seguiré intentando hacerla volar un poquito con todo lo que venga y que de esta manera deje de estar de capa caída”, nos comenta el autor.
El docente y escritor alicantino cree firmemente en el poder de la poesía para cambiar el mundo y abrir mentes: “La poesía es un arma de construcción masiva y este es el único tipo de arma que se debería permitir introducir en las aulas. La poesía tiene el poder de abrir la mente del lector pues te enseña a ver más allá, a dejar volar la imaginación, a jugar a adivinar, a entender la ironía y el doble sentido y sobre todo a entender que hay un mundo diferente al que uno conoce e igual de respetable donde cualquier interpretación es válida al igual que lo es cualquier manera de sentir. Hay un uDiverso lleno de distintas cosas”, matiza Prieto.
Además de servir para cambiar el mundo, también piensa que la poesía posee poder de curación, pues en su caso le ha servido de salvavidas en muchas ocasiones: “Digamos que yo la he recitado y ella me ha resucitado. Me ha servido de terapia y me ha ayudado a conocerme mejor y a aceptarme tal y como soy. Durante mucho tiempo dudé si publicar Tontheridas, pues era una especie de diario muy personal y no tenía claro hasta qué punto quería compartir ciertas cosas. Hoy por hoy, reconozco que no tengo ningún pudor a la hora de compartir lo que siento. Escribo sobre todo, y sobre todo, escribo”.
Y tanto que escribe sobre todo. En Todavida hay poemas dedicados a sus veranos de infancia, a una macedonia, a Santa Rita, a su padre, a una mosca cojonera, a la otra mitad de su almohada, al alzheimer e incluso se puede leer una carta dirigida a un pene en el poema: Cerrado por disfunción. El poeta nos hace recalcar entre risas que no habla del suyo: «Creo que es de los más simpáticos del libro y un claro ejemplo del tipo de poesía que hago».
Pero si hay un denominador común en el resto de poemas ese es el pasar y el pesar del tiempo. “Este libro es un viaje de idas y venidas y de vidas (las que nos tocan vivir según el momento vital en el que nos encontramos) y de avenidas (los lugares por donde transitamos)”. Tiempo que muchas veces pasamos a lo nuestro sin llegar a encontrar un momento donde pararnos a observar lo que pasa a nuestro alrededor dejando pasar oportunidades”. Esto se ve claramente en el poema Tutú, yoyó, donde Prieto escribe: “Tú tan tutú girando sin parar. Yo tan yoyó que sube y baja. Así dime tú a mí cómo vamos a encontrarnos”. Además, dentro de la obra hay un sinfín de palabras inventadas, algo muy presente en toda su obra. Ejemplos son el poema exitgente, donde nos dice que le cuesta muy poco abrirle la puerta a quien no se merece quedar; mundanzas donde habla de las 16 mudanzas que lleva a cuestas entre Kentucky, Miami, Andalucía, Alicante y Murcia, o el poema donde explica que en lugar de decir “te quiero” prefiere decir te almo (te quiero con el alma). Y todo esto lo hace con juegos de palabras pues como nos confiesa el autor: “La vida es algo serio que hay que tomarse de manera alegre”.
Además, desde hace dos años puedes leer a Prieto en la web de Shangay donde firma una ‘tontherida’ semanal. Se siente afortunado no solo por poder compartir sus poemas y relatos con los lectores sino porque también ha podido escribir sobre otros temas como la última crónica de Eurovisión o entrevistar a Marta Sánchez. También está feliz por haber contado con la colaboración de la periodista Nieves Herrero, que firma el epílogo de Todavida. «Quería hacer algo especial para cerrar esta trilogía y ella antes de que supiera exactamente qué le quería proponer me dio el sí. Ha estado apoyándome desde el principio y estoy muy agradecido por esos tres folios tan emocionantes que cierran la obra. En julio podré darle las gracias en persona en su programa de radio”.
Por cierto, al final del libro hay un código QR que te lleva a una canción, pues Prieto además de mostrarnos sus sentimientos en Todavida, también se ha atrevido a ponerle voz a Si te digo, canción compuesta e interpretada por él.