BRESH nació con un concepto: «la fiesta más linda del mundo». Cada vez más gente se enganchó a la idea, y a día de hoy, la Bresh, toda una experiencia se celebra en más de 90 cuidades de 13 países.
Mucho ha llovido desde la primera BRESH, que tuvo lugar en Buenos Aires un 24 de junio de 2016. Siete años después, llega a congregar a millones de personas cada año, muchas de las cuales son las principales estrellas del pop y el deporte del mundo.
Alejandro Saporiti, su DJ estrella (cuyo nombre artístico es Bröder) y director artístico de las fiestas, nos cuenta cómo viven a día de doy que BRESH se haya convertido en un auténtico fenómeno global.
Para empezar, viajando mucho, y no solo para pinchar. «Es importante estar en contacto con todos los lugares en que se hace, para que no se nos vaya de las manos». Su niña mimada es la BRESH, está claro, y a día de hoy se enfocan en que se siga haciendo aún más conocida y global.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo habéis digerido el enorme éxito global de la fiesta?
BRÖDER ⇒ Desde que nació tuvimos claro que queríamos llevarla a todas partes, sentíamos que había potencial para que fuese patrimonio de la humanidad [risas]. Ese espíritu estaba ahí, soñábamos a lo grande. Por algo la llamamos «la fiesta más linda del mundo» desde el primer momento, cuando empezamos en un antro cutre para 300 personas. Si Napoleón creó un gran imperio fue porque se enfocaba en cada victoria, no se regodeaba en sus éxitos, siempre miraba hacia adelante. Nosotros estamos en ese mood; no nos paramos a pensar «qué loco lo que estamos consiguiendo», sino que siempre estamos pendientes de hacer más BRESH y mejor.
«La verdadera inclusión tiene que ver con que en la fiesta conecten personas completamente diferentes»
SHANGAY ⇒ ¿Ha crecido mucho el equipo en estos años?
BRÖDER ⇒ Un montón. Eso es lo más lindo, que es una empresa colaborativa, con un montón de jóvenes (y algunos no tanto) que llevan adelante la fiesta por todo el mundo. Lo fundamental ha sido ir formando equipos en distintos sitios. Contar con diferentes visiones hace que sea cada vez más rico lo que construimos. Empezamos siendo pocos, y todos hacíamos de todo: yo era el DJ, pero también colaboraba en la ambientación, me ponía en puerta a recibir a la gente… Poco a poco tuvimos que ir buscando nuevos aliados para seguir sumando. En mi caso, claro, llegó el punto en que no podía pinchar en dos BRESH al mismo tiempo, y tuve que empezar a enseñar a gente a ser DJ para nuestras fiestas.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo se hace esa formación?
BRÖDER ⇒ Es que nosotros no contratamos DJs al uso, sino personas que tienen un brillo especial. Con un poco de actor, un poco de músico, gente con carisma que no solo pone música, también baila… Es que el DJ en la BRESH es muchas cosas a la vez, y no necesariamente responde a lo que tienes en mente. No es un tipo que está en el rincón más oscuro de la sala poniendo la música que le gusta en plan masturbatorio [risas]. Tiene un punto chamánico pinchar en la BRESH. Y es lindo ver cuando un alumno incluso te supera con su visión.
SHANGAY ⇒ La BRESH siempre se ha considerado un espacio seguro para las personas LGTBIQ+. ¿Es algo que tuvisteis en cuenta desde el principio?
BRÖDER ⇒ Mi generación ha sido más libre en ese sentido, ya teníamos referentes de la comunidad que hacían fiestas, y nos parecía normal que fuese así. Mi mejor amigo desde la primaria es gay, tenemos familiares del colectivo… Lo que tuvimos claro desde el principio es que queríamos que todo el mundo se sintiera bienvenido en nuestras fiestas. La verdadera inclusión tiene que ver con eso, con que en la fiesta se encuentren personas que piensan de formas completamente diferentes, pero que comparten un lugar, la música, el baile y la alegría, y se dan cuenta de que no son tan distintas.
En Argentina, que es donde somos más masivos, lo vemos: viene gente en autobús desde un pequeño pueblo a las afueras de Buenos Aires, pero también quienes tienen coches carísimos; hay locas divinas, pero también tipos súper rectos y serios… Y todos esos perfiles se terminan abrazando y coreando una canción de Bad Bunny juntos. Damos muchísimo valor a la inclusión y al respeto. Y, obviamente, rechazamos las actitudes violentas. Por eso, al entrar, no se cachea a la gente, sino que se le da un caramelo [risas]. Estamos en un momento en que, ante todo, tenemos que ser valientes, y también transmitir valentía.
«La energía del público es lo fundamental»
SHANGAY ⇒ ¿Cómo lográis atraer a tanto VIP a vuestras fiestas?
BRÖDER ⇒ Buscamos que absolutamente todo el mundo se sienta cómodo y bienvenido. Muchas veces eso eso complicado para las celebridades, porque en la letra pequeña de sus contratos viene que son medio propiedad del mundo. Y cuando quieren desconectar de sus vidas tan estresantes, muchas veces salen a tomar algo y se encuentran con que es complicado relajarse siendo el centro de atención de tanta gente. Detectamos eso desde el principio con amigos artistas que fueron creciendo a la vez que la fiesta, y así nació el reservado que tenemos para la comunidad artística. Que se ha convertido en un lugar de encuentro, y donde están todos con las defensas bajas [risas].
Es lindo ver cómo en la BRESH han surgido conexiones muy honestas. Te pongo un ejemplo muy loco: en una en Miami coincidieron Tiago PZK, que es muy amigo, y Ozuna. Hablaron, al día siguiente se metieron en el estudio y a la semana sacaron una canción juntos [Nos comemos]. Era la primera vez que Tiago sacaba un tema con otro artista urbano de notoriedad global. Y en la letra, además, nombran la fiesta. Siento que antes era más raro que los artistas tuviesen puntos de encuentro así a nivel global: ahora lo mismo se ven en una BRESH en Madrid que en Miami o en Buenos Aires.
SHANGAY ⇒ De repente, estás allí de fiesta y lo mismo sale a cantar un tema Tiago PZK que Lali o Lola Índigo. ¿Todo eso lo cerráis previamente con los artistas?
BRÖDER ⇒ No, surge de manera espontánea. Para nosotros, los verdaderos protagonistas de la fiesta son las personas que vienen. La energía del público es lo fundamental; muchas veces sientes que estás en un concierto solo de verlo disfrutar. Los artistas, que son muy perceptivos, lo sienten y se vuelven locos, y les dan ganas de compartir esa energía con la gente. Es un regalo para ellos tener un contacto tan directo con la gente que les sigue.
SHANGAY ⇒ ¿Algún objetivo a corto plazo?
BRÖDER ⇒ Queremos ser la empresa de entretenimiento número 1 en el mundo. Pretendemos asentar un standard para la noche, y que todo el mundo pueda disfrutar de una BRESH, esté donde esté, sabiendo que siempre lo vas pasar igual de bien. Sé que puede sonar utópico o tonto, pero también buscamos contribuir a crear un mundo mejor. ¿Se puede con una fiesta? ¡Sí!
En espacios como estos, donde se encuentra gente tan distinta entre sí, es donde se pueden crear puentes para lograr una sociedad donde la gente se entienda mejor y aprenda a compartir. Obviamente, somos una empresa que busca que a todos los trabajadores les vaya lo mejor posible, pero tras eso también hay una sensibilidad humanista.
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