'Juan José', (neo) verismo castizo en el Teatro de La Zarzuela

Saioa Hernández (Rosa) y Juan Jesús Rodríguez (Juan José) triunfan en los papeles principales en el regreso de la única ópera de Pablo Sorozábal.

Saioa Hernández y Juan Jesús Rodríguez en 'Juan José', que se acaba de estrenar en el Teatro de La Zarzuela. Foto: Javier del Real.
Saioa Hernández y Juan Jesús Rodríguez en 'Juan José', que se acaba de estrenar en el Teatro de La Zarzuela. Foto: Javier del Real.
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

3 abril, 2024
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El compositor vasco nunca pudo estrenar su ‘drama lírico popular’ Juan José en el Teatro de La Zarzuela. La terminó de componer en 1968 y, distanciado de la vida musical ‘oficial’ del momento, su enfrentamiento con los entonces responsables del coliseo impidió que viera la luz en ese escenario. En 2016, el teatro de la plazuela de Teresa Berganza cumplió con esa asignatura pendiente, y ahora esa misma producción de José Carlos Plaza –que pone en escena la realidad de esa España rural y analfabeta del siglo XIX– regresa con un reparto de antología. Verismo patrio, castizo-madrileño, para reflejar la terrible sociedad de esa España de finales de un siglo, con música de mediados del siguiente.

La soprano madrileña Saioa Hernández da vida a Rosa, esa mujer maltratada por Juan José, a quien el barítono Juan Jesús Rodríguez saca todos los matices de esta inquietante y rica partitura, que se mueve entre las vanguardias propias de esos años de mediados del siglo XX y las obras cumbres del verismo italiano de finales del XIX y principios del XX. Son dos papeles complicadísimos que ambos bordan. Saioa Hernández, una de nuestras cantantes con mayor proyección internacional, se ha metido de lleno en este papel en el teatro de la Zarzuela (donde ya arrasó el año pasado en La Dolores ) mientras se prepara para debutar en la Santuzza de Cavalleria rusticana –uno de los máximos exponentes del verismo italiano– en La Scala de Milán. Casualidades de la vida. Estrena el 30 de abril, sustituyendo a Ekaterina Semenchuk y alternándose en el papel con Elina Garança. Nada más y nada menos.

Una obra como Juan José no se puede montar si no es con primeras espadas. En este caso, en La Zarzuela, las tenemos. Todo el reparto de estreno lo es. Junto a los dos espléndidos protagonistas están la magnífica Isidra (la alcahueta) de María Luisa Corbacho; la Toñuela de Vanessa Goikotxea; el Andrés de Simón Orfila o el Paco de Alejandro del Cerro. Así como ese ‘ballet estático’ con ocho bailarines que, nota a nota, con una estudiada coreografía mimada al milímetro por Denise Perdikidis, ‘danza’ como perfecto complemento a la escenografía. En el foso, la orquesta titular del Teatro de la Zarzuela (Orquesta de la Comunidad de Madrid) tiene a la batuta a Miguel Ángel Gómez-Martínez, un lujo, pues el propio Sorozábal compartió confidencias con él sobre esta obra, y su intención era que fuese él quien dirigiera el estreno que nunca se produjo.

Juan José teatro de la zarzuela

Alejandro del Cerro, Saioa Hernández y María Luisa Corbacho en un momento de la ópera de Sorozábal. Foto: Javier del Real.

A nivel escénico, José Carlos Plaza sabe cómo reflejar ese mundo gris de esa España que refleja la obra del mismo título de 1895 de Joaquín Dicenta, en la que se basó Sorozábal para escribir el libreto en tres actos. La apuesta de Plaza (aquí capitaneada por Jorge Torres, director de la reposición) es representarla sin descanso –un acierto– y con una escenografía sobria que combina de forma magistral el realismo más brutal de la taberna, la buhardilla, la cárcel o la casa en la que se comete el crimen, con la magia de  irrealidad de determinados elementos escénicos, así como con el ya mencionado ‘ballet estático’ que llena la escena.

Sorozábal no pudo ver cómo su obra de madurez subía a escena. Revolucionó la vida musical española con obras tan poco convencionales como Adiós a la bohemia, Black el payaso, Don Manolito, La eterna canción o La tabernera del puerto. Fue una rara avis en la vida musical española del siglo XX, y eso lo reflejó en su biografía Mi vida y mi obra, publicada en 1986, en la que expresó su decepción no solo por no poder estrenar Juan José, sino también por el trato que su música había recibido.

Tras dos estrenos fallidos en 1979 y 1989, la obra vio la luz en versión concierto en 2006 en el Kursaal de San Sebastián en 2006. Hasta que en 2016 el Teatro de La Zarzuela aprobó con gran nota esa asignatura pendiente con el compositor donostiarra. Ahora esta misma producción regresa a su escenario. Disfrutar de la Rosa de Saioa Hernández antes de que vuelva a triunfar en la Scala de Milán es uno de esos regalazos que nos da la vida musical de Madrid. De la dura realidad de la España del XIX con una partitura que podría definirse como neoverismo patrio, a una obra cumbre del verismo italiano como es la Cavalleria rusticana en la catedral lírica del país donde nació ese género. Así es nuestra Saioa.

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