La directora canadiense Sophie Dupuis vuelve a reunirse en Solo, que llega a los cines el 12 de julio, con su actor fetiche, Théodore Pellerin (de plena actualidad por la serie Becoming Karl Lagerfeld), y trabaja por primera vez con Félix Maritaud, inolvidable protagonista de Sauvage (2019), de Camille Vidal-Naquet.
En esta ocasión, aunque vuelve a interpretar un personaje LGTBIQ+ en Solo, el registro de Félix Maritaud no puede ser más distinto. «Para empezar, porque hago de drag queen«, dice entre risas. Así es, da vida a Olivier, que llega a Montreal y se enamora nada más llegar de uno de sus compañeros del club en que trabaja, Simon (Pellerin), una drag emergente que se engancha por completo de Simon y que, aunque a primera vista parece tener una vida ideal, reconocido además en su profesión, pronto se ve inmerso en una relación tóxica que hace que afloren todas sus inseguridades, que son muchas, y su realidad se tambalea. «Es una película hecha con mucho amor y compasión. Sophie estudió profundamente la psicología de los personajes, y confió desde el primer momento que se convirtiese en una herramienta que pueda ayudar a espectadores que se hayan visto situaciones parecidas por culpa de relaciones tóxicas. Nació con un objetivo digno de alabar».
Hay en Solo [Mejor película canadiense en el último Festival de Toronto] momentos que recuerdan al mejor Xavier Dolan y al Almodóvar de Tacones lejanos, aunque también puede venir a la mente un clásico como Las aventuras de Priscilla, reina del desierto, de Stephan Elliot, al disfrutar con los estupendos números musicales que brindan las drags que la protagonizan. Olivier, el personaje de Félix Maritaud, es muy poderosa como drag, pero como persona, su narcisismo inevitablemente hace sufrir, y mucho, a Simon. «Sé que puede resultar antipático por la manera en que provoca mecanismos de toxicidad con su manera de ser, pero yo procuré conectar internamente con él, porque reflexioné mucho sobre momentos en que puedo haber resultado tóxico, y haberme visto envuelto en relaciones parecidas«, explica. «Su narcisismo permite ver en el fondo que él es quien más sufre, a pesar de que su manera de actuar no lo justifique».
«Somos muchas las personas queer que miramos más allá de lo que nos beneficia a nivel individual»
Meritaud se confiesa un gran fan de la cultura drag, pero nunca antes se había travestido. «Ya era consciente de que es una profesión muy dura, pero ahora que he tenido que hacer tanto trabajo para la película lo tengo mucho más claro». Y es que la preparación del personaje requirió de un gran trabajo previo. «¡Fue como entrenar para los Juegos Olímpicos!«, bromea. «Fueron muchísimas horas de baile en tacones, de maquillaje, talleres para incorporar la feminidad en mi manera de moverme… Claro, tuve que preparar el personaje cuando está en drag y cuando no».
Conectar con su feminidad no les costó en absoluto. «La tengo muy presente en mi intimidad, pero nunca la había compartido públicamente, hacia fuera. Y lo he disfrutado mucho». El actor cuenta que ha creado un fuerte vínculo de amistad con la directora de la película, y se muestra muy agradecido por su manera de trabajar. «Los egos se quedaron fuera del rodaje, y ella evitó crear una jerarquía en que ella estuviese en el puesto más alto».
Porque asegura que en ocasiones ha vivido lo contrario, y no es tan agradable. «Algunos directores cis hetero con los que he trabajado dejaban muy claro desde el principio «hago esta película para que mi visión se refleje lo mejor posible». Sophie dijo «esta es nuestra película, y la hacemos juntos. Además, con la intención de mostrar una masculinidad que nada tiene que ver con la heteronormatividad, y apostando por actores queer para mostrar la realidad del colectivo. Es muy distinto». También disfrutó enormemente el trabajo mano a mano con su partenaire. «Théodore es como un ángel, y yos nos retroalimentábamos continuamente. Ambos aportamos cosas para que el trabajo fuese jodidamente disfrutable».
«Es fundamental utilizar el arte como instrumento de liberación LGTBIQ+»
Que el drag es política lo sabemos –casi– todes, y Félix, entregado al activismo incluso antes que a la interpretación, también lo ve así. «Para mí es fundamental utilizar el arte, en sus distintas formas, como instrumento de liberación LGTBIQ+», explica. «En la película se muestras las distintas facetas del drag: la performance, la belleza, la familia elegida… Y todo es igual de importante como parte de la lucha«.
Hay momentos realmente emotivos en que queda claro que todo lo que pasa sobre el escenario del club tiene sentido como elemento de reivindicación de los derechos de la comunidad y de lucha contra las injusticias que sufren a diario. «Es que el drag es revolucionario en sí mismo. Solo el hecho de que un hombre actúe con peluca, maquillaje y uñas postizas lo es, porque rompe con lo que el patriarcado considera correcto para ellos«. De interpretar a una travesti a hacerlo en Un mond violent, que se estrenará próximamente, y en la que interpreta a un ladrón hay un mundo. O no del todo, «porque vuelvo a dar vida a una persona tóxica», cuenta riendo.
Como activista queer que es, el actor francés confiesa que, cuando se lo puede permitir, rechaza personajes escritos por guionistas y directores cis hetero que considera que no contribuyen al avance social. «No siempre puede ser, porque hay que comer», dice. Lo que tiene claro es que en cada uno de sus trabajos interpretativos procura que haya una esencia que contribuya al cambio para mejor.
Más ahora, que Francia vive un momento complicado. «Imagínate cómo vive un anarquista como yo el brutal avance de la extrema derecha en mi país», continúa. Aunque explica que no se va a dejar amedrentar. «Estuve hace poco hablando de eso con varios amigos artistas y todos coincidimos en que lo importante es seguir utilizando nuestros trabajos como herramientas para el cambio. Seguirá habiendo gais de una cierta edad que no voten a la izquierda porque quieren mantener sus privilegios, pero somos muchas las personas queer que miramos más allá de lo que nos beneficia a nivel individual. Y me muestro optimista de cara al futuro si seguimos en la lucha».