Sonya Yoncheva, el regreso de la diva de la ópera: “Cuando estoy en un escenario, me vuelvo loca”

Temas: Auditorio Nacional, Concierto, Diva, Entrevista, Madrid, Música, Ópera

Es una enamorada de España y habla perfectamente español, idioma en el que hacemos la entrevista. Aquí se siente cómoda y, sobre todo, muy querida por el “fabuloso” público de nuestro país. Sonya Yoncheva es la portada de nuestra revista de septiembre, y está feliz por ello. “Me gusta mucho lo que hacéis, de verdad. Todo el apoyo que dais al mundo de la ópera”. La diva se sabe diva, y le gusta jugar a ello. Ella misma nos lo asegura en esta charla, en la que habla del tema sin tapujos: “Cuando estoy en el escenario, me vuelvo loca, soy un animal de escenario. Me encanta. Bueno, y puedo decir que soy a veces diva también en casa. ¡No puedo dejar este personaje muy lejos, porque está demasiado presente!”, nos dice entre risas.

Hablamos con ella con motivo del estreno de Dido y Eneas, la ópera de Purcell que inaugura la Temporada de Conciertos IMPACTA el próximo 24 de octubre en el Auditorio Nacional. La prestigiosa agencia IMPACTA da un salto más en su trayectoria con lo mejor de la música, y presenta un ciclo de seis conciertos, que tendrá lugar del 24 de octubre de 2024 al 4 de junio de 2025 en el Auditorio Nacional de Madrid. El pianista Lang Lang, el contratenor Philippe Jaroussky, la soprano Sonya Yoncheva y el pianista Arcadi Volodos son algunas de las estrellas de la música presentes en la programación, en la que, por ejemplo, también está William Christie, que se viene a celebrar con nosotros su ochenta cumpleaños junto a su maravillosa orquesta Les Arts Florissants.

La Yoncheva, una de las indiscutibles divas de la lírica actual, es la encargada de inaugurarlo con esta ópera de Purcell que viene servida en la mejor bandeja: la prestigiosa Orquesta y Coro de la Ópera Real de Versalles, fundada en 1770 por el rey Luis XVI de Francia. Hablamos con ella de esto y de muchas cosas más, como la pasión del mundo LGTBI por la ópera y el Barroco, o el ‘matrimonio indisoluble’ desde hace siglos entre las grandes divas y el colectivo gay.

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SHANGAY ⇒ De vuelta en España…
SONYA YONCHEVA ⇒ Adoro España, y siempre que vuelvo estoy súper feliz. Tengo muchísimos recuerdos de mis primeras producciones en el Teatro Real de Madrid, cuando tenía veintiséis o veintisiete años, y me parecía como una ‘isla de la felicidad’, toda la gente tan contenta, estábamos todos juntos… Todo eso marcó mi vida, porque todavía estoy buscando ese ‘lugar’, ese sitio ideal… No sé dónde encontrarlo [risas]. Y cada vez que regreso a España, a Madrid, a Barcelona o a Perelada, donde cantaré en pocos días [la entrevista se hizo en Londres, donde estaba interpretando Tosca en el Covent Garden en el mes de julio, y actuaba en el festival catalán en agosto], me vuelve esta sensación de mi juventud, de estos momentos muy felices. Todo me gusta en España, adoro [dice con acento italiano].

SHANGAY ⇒ ¿Cómo es el público español? ¿Somos receptivos, una buena audiencia?
SONYA YONCHEVA ⇒ ¡Fabuloso! Uno de los mejores [risas]. Porque tiene la cualidad de escuchar. Y lo hace con una gran intensidad, por lo que te aplaude con la misma intensidad. Cuando algo le gusta, le gusta de verdad. Y si no le gusta, no le gusta para nada [gran carcajada]. Esta sinceridad, para mí, es muy importante.

 SHANGAY ⇒ Vienes de la mano de IMPACTA, una agencia que ahora crea su propio ciclo, y que es un poco como la ‘sección gourmet’ de la música, siempre con los mejores artistas, siempre sinónimo de alta calidad…
SONYA YONCHEVA ⇒ Claro, claro. Es muy importante la organización [que hay detrás de cada concierto o espectáculo]. Todos tenemos que hacer música en las mejores condiciones posible. Ser parte de un ciclo así es fabuloso, admiro mucho a quienes lo hacen. Personas que insisten en la música clásica al máximo nivel, y que lo organizan de una manera perfecta. Después también tenemos la posibilidad de cantar música antigua, algo que no ocurre siempre.

«En las óperas en versión concierto, los cantantes interpretamos lo que sentimos, somos nosotros»

 SHANGAY ⇒ Esta ópera inaugura esta nueva temporada de conciertos, que es amplia, ambiciosa y grandísima calidad, y nuestra portada de Shangay para contarlo es… ¡la Yoncheva!
SONYA YONCHEVA ⇒ ¡Oh, me gusta mucho, de verdad! Y más con este repertorio que adoro desde mi infancia, aunque la verdad es que fue en mi juventud cuando descubrí la música antigua. Y precisamente con esta ópera, Dido y Eneas. Para mí, poder volver a cantarla –lo hago mucho– es maravilloso.

SHANGAY ⇒ Dido y Eneas, una ópera de 1688 que hoy sigue siendo extremadamente moderna…
SONYA YONCHEVA ⇒ Esta ópera cuenta una historia, la de Dido [reina de Cartago, enamorada del héroe troyano Eneas], que es increíblemente actual. Cualquier mujer, o mejor aún, cualquier persona, se puede encontrar en la situación de ella. Enamorada y abandonada. Lo que me impresiona es que en toda la ópera no se habla nunca de su situación [estado civil]. Se cuenta su historia de amor. Y eso es algo increíblemente actual. Todos nosotros tenemos amores así, que nos están matando. Y por eso se puede interpretar de mil maneras. La mía ha sido siempre la de una mujer con el corazón roto. Y procuro dar mucha importancia, mucho color, a su drama. La partitura es música que llega directamente al corazón; no hay filtros. No hay una gran orquesta, pomposa. No funciona con una gran producción con grandísimos decorados o vestuario. No, no… Es una historia muy simple, porque habla del corazón de una mujer y la música es increíblemente sensible, profunda. Para mí, esta unión entre la música de Purcell y la historia de Dido es impresionante. Muy fuerte. La he cantado muchísimas veces, y siempre me hace llorar.

SHANGAY ⇒ Las óperas en versión concierto tienen el aliciente de poder disfrutar de las voces de una manera más pura, más limpia…
SONYA YONCHEVA ⇒ Sí, es cierto. Eso es porque cuando hacemos una ópera en versión concierto interpretamos nosotros. No hay una puesta en escena, no hay un director que nos diga lo que tenemos que hacer. El cantante está, prácticamente, interpretando lo que siente. Es una exposición directa de cómo siente ese papel. Muchísimas veces, en las producciones de ópera no es así, aunque obviamente siempre busco ser yo misma, e insisto sobre los detalles de lo que yo pienso. Soy afortunada porque puedo hablar y exponerlo, me entienden, y podemos crear algo juntos; eso es muy importante. Pero cuando estoy en un concierto o cuando canto solita [lo dice así, en perfecto español], me llevo directamente por mi instinto. Canto como yo veo a Dido, a Tosca (que últimamente la he estado haciendo también en versión de concierto) con mi cuerpo, mis gestos. Lo haces como actriz, con tu voz, con tus ojos… Puedes sentir directamente lo que la historia dice.

SHANGAY ⇒ En este caso, vienes con la Orquesta y Coro de la Ópera Real de Versalles, dos formaciones con siglos de historia, de leyenda…
SONYA YONCHEVA ⇒ ¡Y tanto! Para mí siempre es un gran placer trabajar con ellos. Es nuestro tercer proyecto. Hemos hecho conciertos muy, muy bonitos juntos. Como un recital solo con obras de Händel, o un delicioso concierto de Navidad, en Versalles. Cada vez que estoy con ellos es un acontecimiento… ¡Me encanta! Son muy sensibles, profesionales, increíblemente humanos. Puedo decir, sin duda, que estamos creando algo único. Estos son los ingredientes para hacer un proyecto bien.

SHANGAY ⇒ El Barroco es un mundo apasionante y siempre ha despertado cierta fascinación en la comunidad gay, quiza por el mito, casi un icono de leyenda, de Farinelli.
SONYA YONCHEVA ⇒ No solo en el mundo gay, creo que todos estamos fascinados por esta música. La razón está en esa manera tan directa en la que los compositores escribieron en esa época. Es un periodo de la historia de la música, anterior a lo que sucedió luego con Puccini, Verdi, Bellini, que escriben, como se dice en italiano, «le fioriture», esas arias larguísimas, que necesitan de muchísima técnica… En el Barroco la música es muy difícil de interpretar, pero es también increíblemente sensible. Las armonías son muy simples, pero a la vez muy ricas. Llegan directamente al corazón. Händel, por ejemplo, estuvo buscando durante años los colores para interpretar cada palabra de sus óperas, cómo acompañarlas con la orquesta. Esos son pequeños detalles que hacen que cuando uno escucha una ópera entera la pueda disfrutar de una manera muy directa. Hablamos de sentimientos muy profundos. Luego, y no sé si desde la época de Farinelli, pero también está la fascinación de las voces. Es verdad que en ese periodo la voz tenía un protagonismo muy importante. El momento de las divas, los divos, como el mencionado Farinelli u otros divos que había en la época. Ese periodo de esas divas es fascinante, sí.

SHANGAY ⇒ Las grandes estrellas de la ópera, las divas, ¿por qué nos fascinan tanto?
SONYA YONCHEVA ⇒ Yo creo que las divas, en los ojos de los espectadores, somos, de verdad una divinidad. Unas personas intocables, inaccesibles, casi irreales. No se pueden comprender… Pero a la diva la adoras, la quieres ver.  Eso es lo que provoca el personaje. A mí también me fascina porque yo, en mi vida, obviamente soy una mujer normal, una madre que cocina o tiene los problemas de las chicas, de las mujeres de hoy. Soy una señora muy normal. Pero, al mismo tiempo, ese contraste con mi personaje de diva me da muchísimas posibilidades de verme a mí misma en distintos colores. Y me impresiona la manera en la que el público responde cuando ve ese personaje. Y cuando, por ejemplo, mis fans, después de una actuación, vienen y quieren verme, abrazarme y hablar conmigo. Y me miran con los ojos todavía de guauuu… Eso me emociona, de verdad. Soy una chica muy tímida, y no me gusta mostrar mucho mi vida privada. Pero, cuando estoy en el escenario, me vuelvo loca, soy un animal de escenario. Me encanta. Y para mí todo eso es un ejercicio sorprendente, mezclar esas dos vidas en una persona. Creo que es una cosa especial tener esa posibilidad.

Las divas y el mundo gay, una unión de siglos: «¡Totalmente!, y es algo que me encanta»

SHANGAY ⇒ Entonces, ¿en casa aparcas siempre el papel de diva?
SONYA YONCHEVA ⇒ Bueno, puedo decir que a veces soy diva también en casa [risas].  No puedo dejar este personaje muy lejos, porque está demasiado presente [más risas]. A veces, cuando en mi familia tengo que poner las cosas en el lugar justo, me sale este carácter, ¡claro que sí! Lo tengo dentro de mí [carcajada]. Es imposible. Pero, sabes, soy muy discreta. No me gusta ir por la calle y que me mire todo el mundo. Prefiero ir vestida de una forma muy simple, casi cubierta, y que nadie me vea. Me gusta disfrutar la vida desde otra esquina.

SHANGAY ⇒ ¿Las redes sociales son una manera de acercar la ópera a nuevos públicos?
SONYA YONCHEVA ⇒ Sin duda. Creo que sí, pero también creo que no tenemos que confundir las redes sociales con la verdad. Siempre parecen todos muy felices, pero cada uno tiene su drama, sus problemas en la vida. Y ese es el peligro de las redes sociales, que pensamos que todo es perfecto. Vemos a alguien y decimos guauuu. Y de verdad que la vida es distinta. Lo que me gusta pensar es que se pueden utilizar para mostrar el esfuerzo que nosotros hacemos como cantantes. Porque es una vida muy difícil. Se pueden usar desde una manera educativa para enseñar, por ejemplo, a los jóvenes que quieran meterse en este mundo. Muchos colegas míos lo hacen, incluso dan master classes. También nos valen para decir, mira, hoy estoy en Londres, cantando Tosca, todo fue muy bien. Igual que antes [los aficionados] se informaban por los periódicos y las revistas, ahora tenemos todo eso en un teléfono, y creo que es muy bueno. No me gusta cantar en Instagram, y no lo voy a hacer nunca, porque me parece muy pobre la experiencia de cantar en un micrófono de iPhone que no tiene la acústica maravillosa de mis teatros preferidos [risas]. Y además, creo que le ópera hay que disfrutarla en vivo. Tenemos que ir, escuchar, en esos lugares fabulosos con la acústica más bella del mundo, que están construidos para ello. Hace poco estuve pasando el día con Roger Federer y me preguntó lo mismo, si cantaba en mis redes sociales. Y le contesté con esta pregunta: «¿Tú juegas en las redes sociales? ¿Te grabas en un teléfono haciendo ejercicios?». Y le dije: «Tú necesitas tu cancha, y yo necesito mi teatro» [risas]. Y así es, la ópera no puede existir a través del micrófono de iPhone, es imposible.

SHANGAY ⇒ ¿Llevas tú tus redes o te las gestiona alguien?
SONYA YONCHEVA ⇒ Tengo las dos opciones. Muchas veces soy yo, cuando quiero decir algo más personal. Pero tengo también a mi asistente, que está en Berlín, y que se ocupa de todo. Porque a veces, de verdad, no se puede hacer todo. Ten en cuenta que un teatro lleno pueden ser dos mil personas, y si canto en el MET son casi cuatro mil. Muchas personas nos escriben. Contestar a todos, ver por qué a alguien no le gustó algo… resulta imposible. Yo cierro la puerta y descanso con una botella de champagne. Como una diva de verdad [risas].

SHANGAY ⇒ Las grandes divas y la comunidad LGTBIQ+, un matrimonio, indestructible, de siglos…
SONYA YONCHEVA ⇒ ¡Totalmente! Y es una unión que a mí me encanta. Te puedo decir que  el 95% de mi equipo es gay. Adoro la admiración y el respeto, no solo para la música, sino también para el personaje de la diva. Esa fascinación que veo después de mis conciertos. En mi familia también tengo muchos gais. Y te puedo decir las mejores ideas que salen para temas profesionales, en mi carrera, vienen siempre de esas personas. Desde cómo me debo vestir a las causas que defiendo, como ser embajadora de UNICEF. Con mi equipo tenemos muchísimas ideas de cómo mejorar, por ejemplo, la presencia de la música clásica en las escuelas. Todo ese tipo de cosas las estamos construyendo siempre juntos. Estoy muy orgullosa de que el 95 % de mi equipo y casi todos mis amigos sean gais, y de que nos entendamos tan bien.

SHANGAY ⇒ Pues España es el sitio perfecto para las divas.
SONYA YONCHEVA ⇒ ¡Totalmente! Y yo adoro España.