¡Amores LGTBI prohibidos en pleno siglo XVII en una ópera encargada por los jesuitas! Un romance entre dos hombres que no podían decir si eran o no gais. Este podría ser el resumen de la obra que llega ahora al Teatro Real en una función única el viernes 27 de septiembre. Se trata de una oportunidad inmejorable para descubrir David et Jonathas, y hacerlo de la mano de los mejores intérpretes posibles. Esta obra es una grandiosa tragédie biblique en cinco actos, estrenada en París en 1688, con la estructura de una ópera y la temática de un oratorio.
David et Jonathas, obra maestra de Charpentier, se estrena en el Real junto al grupo instrumental y vocal Ensemble Correspondances, liderado por Sébastien Daucé. Una obra que cautiva el corazón y el alma a través de la fascinante historia bíblica de la amistad entre el rey David y Jonathas, hijo de Saúl, dos hombres que se aman desde que se conocieron, se juran amistad eterna provocando los celos y la furia de Saúl, que intenta matar a David, pero finalmente se reconcilian. Sin embargo, el dolor vuelve a interponerse entre los dos amigos cuando Jonathas es vilmente asesinado por los filisteos, provocando el inconsolable sufrimiento de David: “Tu amor fue para mí más maravilloso que el amor de las mujeres”.
Esta ópera es el segundo título de la nueva temporada del Teatro Real, que llega días después del sonado estreno de Adriana Lecouvreur, que ha cautivado a toda la crítica gracias a su altísimo nivel musical, que en este caso está también garantizado gracias a Ensemble Correspondances, uno de los más exquisitos grupos franceses especializados en el Barroco.
El libreto, del padre jesuita François de Paule Bretonneau (1660-1741), está inspirado en el conmovedor pasaje del Antiguo Testamento que narra la amistad entre estos dos adolescentes. La música de Charpentier, de gran expresividad, refleja la grandiosidad de los conflictos políticos y también el intimismo, complejidad y profundidad psicológica de los personajes, sobre todo del dúo protagonista, cuya relación emocional es el núcleo de la partitura.
A través de arias, coros y escenas dramáticas, Charpentier crea un paisaje sonoro con una música ricamente ornamentada, incluyendo distintas danzas, ritornelos y motivos melódicos de gran belleza, que enriquecen la narrativa musical.
El reparto de esta función estará formado por el contratenor Petr Nekoranec (David), la soprano Gwendoline Blondeel (Jonathas, hijo de Saúl), el barítono Jean-Christophe Lanièce (Saül, rey de los israelitas), la mezzosoprano Lucile Richardot (La Pythonisse), el tenor Etienne Bazola (Joabel) y el bajo Lysandre Châlon (Achis / sombra de Samuel).
¿Una ópera? ¿Una ópera bíblica? El género de esta obra no encaja en nuestras categorías. Compuesta para el espectáculo de fin de año del Gran Colegio Jesuita Louis-le-Grand en 1688, Charpentier moviliza tanto a profesionales de la Academia Real como a los propios estudiantes en el marco de una producción importante digna de la ópera. Los actos que la componen se alternaban con los actos de una tragedia teatral sobre el mismo tema, representada en latín. Esta obra se aleja de los cánones de la tragedia inventada por Lully en su forma, pero también en su estilo musical: se dan en ella una intensidad y una interioridad singulares, un cuidado especial en la escritura vocal y en la riqueza de su acompañamiento, así como evocaciones descriptivas muy notables.
Lo que da todo su sabor a David et Jonathas hoy en día es su punto de vista. Vemos el mundo, la guerra, las tensiones familiares, la locura, el ejercicio del poder, la paranoia, el valor de la palabra, todo con la mirada de la juventud. Así, las guías de lectura del mundo de los adultos se vuelven obsoletas.