Robbie Williams tiene muy interiorizado que sus experiencias vitales forman parte intrínseca no solo de su música, también de su leyenda como entertainer y superviviente. Que lo es, y no lo oculta. Además, celebra que su historia dé pie a obras audiovisuales tan distintas como la miniserie documental que protagonizó en Netflix y, ahora, un musical de ficción, Better Man, que ha dirigido Michael Gracey.
A partir de una serie de conversaciones que tuvieron ambos, en las que Robbie Williams relataba su vida mientras Gracey grababa el audio, al director australiano se le terminó ocurriendo que sería el material perfecto para crear un musical de ficción a partir de sus vivencias 100% verídicas. ¿El inesperado giro que descoloca a todo el mundo? Que la voz de Robbie se escucha, tanto en off como cantando, pero él no aparece, sino que le interpreta el actor Jonno Davies.
Cuya cara tampoco vemos, porque durante toda la película, gracias a unos sofisticados efectos especiales, lo que vemos es un mono. Que desde pequeño busca el amor y la validación en su familia, y que al enfrentarse siendo adolescente a masas enfervorecidas de fans, con una notable falta de autoestima, se refugia en el alcohol y las drogas para anular su falta de seguridad en sí mismo. Una historia que, vista desde fuera, es la de una persona de éxito que, en realidad, se siente totalmente fracasada.
La banda sonora está compuesta por los grandes éxitos de Williams en solitario, recontextualizados y reubicados en momentos de su vida en los que encajan como un guante. “En la película ves perfectamente cómo cuando Robbie quiso enfrentarse a standards clásicos era por la enorme influencia que su padre tuvo en él desde pequeño, como gran amante de artistas como Frank Sinatra”, apunta Michael Gracey. Quien confiesa que, tras rodar su historia, llegó a un descubrimiento inesperado: “Me di cuenta de lo gran cantante que es”.
Fue breve nuestro reciente encuentro con Robbie Williams en Madrid. (Su primera entrevista –de portada– fue publicada en el número 100 de Shangay, en octubre de 1998, que se dice pronto. Un reportaje que hicimos con él en Londres, cuando publicó su álbum I’ve Been Expecting You, y que firmó servidor). Nada más entrar, me dijo: «Me alegro de volver a verte, ¡ha pasado mucho tiempo!». ¿Realmente tiene una memoria tan prodigiosa? El caso es que empezamos con buen pie. Y terminamos igual, con Robbie firmándonos aquella revista, para atesorar en nuestro archivo.
Tuvimos una agradable charla con Williams, encantado de promocionar esta película tan especial para él, por la que ha logrado una nominación a los Globos de Oro a la mejor canción original por Forbidden Road, y que podría conseguirle también una nominación al Oscar. De momento, ya ha pasado el primer corte, y se encuentra entre las quince candidatas que optan a ser nominadas.
SHANGAY ⇒ En uno de tus primeros singles cantabas «I hope I’m old before I die». Aquí estás vivo, y más mayor…
ROBBIE WILLIAMS ⇒ Estoy viviendo mi mejor vida ahora mismo. En un determinado momento, mi objetivo era ser la persona más liada y hedonista: meterme todas las patillas, esnifar todo el polvo, bebérmelo todo… Lo conseguí. En cambio, lo que busco ahora es ser la mejor persona posible, la más centrada, la más entera, la más feliz… Ahora quiero competir en la categoría de «humildad» [risas].
«Estoy haciendo un gran esfuerzo para convertirme en una mejor versión de mí mismo»
SHANGAY ⇒ Hace décadas competías por ser el más arrogante…
ROBBIE WILLIAMS ⇒ ¡Sí! Ahora no, quiero ser lo más humilde posible.
SHANGAY ⇒ ¿Es más fácil o más difícil intentar ser buena persona?
ROBBIE WILLIAMS ⇒ Es muy fácil comprar drogas y alcohol, y consumirlos. Es muy complicado llevar una buena vida a diario. Pasa como con las mareas, suben y bajan, nunca sabes a qué te vas a enfrentar, y no sabes cuál es el lado bueno en el que estar en cada experiencia que vives. Estoy haciendo un gran esfuerzo para convertirme en una mejor versión de mí mismo.
SHANGAY ⇒ Tras tu documental, has tenido que volver a hacer memoria y recordar tantos momentos complicados que has vivido… ¿No resulta doloroso volver una y otra vez a ellos?
ROBBIE WILLIAMS ⇒ Cada vez que hago promo para un álbum, una película o un pódcast ocasional, se me pide que hable de mi pasado, y que explique esas experiencias que viví. Es algo normal para mí.
«Conocemos muchas historias trágicas que el éxito ha traído consigo»
SHANGAY ⇒ ¿Cómo haces para que no te afecte?
ROBBIE WILLIAMS ⇒ Puede parecer que no tiene sentido decirlo, pero sí: una gran parte de mi historia está en el pasado. Entiendo por qué era como era; entender a las personas ayuda a perdonarlas. Ahora puedo perdonarme por no haberme comprendido, y también puedo perdonar a personas a mi alrededor que tampoco entendían lo que pasaba. Es mejor estar en un lugar de perdón que de venganza.
SHANGAY ⇒ Habrá quien te descubra, en estos tiempos de redes sociales, gracias a la película y vea que la popularidad no necesariamente te hace feliz…
ROBBIE WILLIAMS ⇒ Sí… Hay dos elementos que coexisten de manera separada. Uno, que hay oportunidades con una pinta estupenda, y de manera subconsciente compramos que nos van a hacer felices. Por otro lado, conocemos muchas historias trágicas que el éxito ha traído consigo. Según lo digo, estoy teniendo una revelación: ambos hechos son ciertos. «Esto me viene bien», «esto no»… Tienes que descubrirlo por ti mismo.
SHANGAY ⇒ El hecho de que en la ficción aparezcas representado como un mono da pie a una lectura interesante. Cualquier persona que se sienta diferente puede identificarse con ese dolor que has experimentado en muchos momentos, ¿no crees?
ROBBIE WILLIAMS ⇒ Sí, la figura del «otro». Como individuos, seamos famosos o no, sentimos a veces que no encajamos. Seas gay o hetero, sea cual sea tu sexualidad, te parece que no hay sitio para ti, te sientes solitario y extraño. Algunas personas lo exteriorizan, otras ni se dan cuenta. Todos, en algún momento, nos sentimos excluidos. No hay nada como lograr una fama masiva a los dieciséis años para sentirte extraño. Porque no sabes quién eres. Sobre todo lo sientes con quienes te rodean; no sabes si las cosas han cambiado, y confías en que no. Ves cómo se te representa, y lo que se dice de ti es que eres malo, así se me mostraba en los medios. Eso duele, y tiene efectos psicológicos que pueden durar mucho tiempo; te pasas el resto de tu vida trabajándolos. Un día se convierte en una semana; esta, en un mes; este, en un año, este; en una década… o dos. Pero siempre llega el final a ese malestar y aparece el consuelo. Lo he comprobado, lo siento en mí y en quienes me rodean. Ese duro camino no es vano, porque llegas a reconciliarte contigo mismo. Lo veo en otros adictos, en otros alcohólicos… En Alcohólicos Anónimos dicen: «No lo dejes antes de que pase el milagro». Y antes pensaba: «A la mierda eso». Bueno…, pues sí hay un milagro que lograr, en el que vivir. Y aquí estoy.
«Existe ese cliché manido de ‘tengo muchos amigos gais’, lo sé, pero es la puta verdad en mi caso»
SHANGAY ⇒ Se agradece cómo se celebra en la película el apoyo queer en los inicios de Take That…
ROBBIE WILLIAMS ⇒ Me siento extremadamente agradecido a la comunidad queer por todo lo que me ha dado: me ofreció un lugar seguro en que aterrizar y en que estar. Además de amistades auténticas. Existe ese cliché manido de «tengo muchos amigos gais», lo sé, pero es la puta verdad en mi caso. Me siento cómodo con mujeres y hombres gais alrededor, son mi tribu; en ellos es donde encuentro más honestidad, sentido del humor y compasión. Vuestra gente ha tenido que buscarse la vida para encontrar compasión, y habéis tenido que soportar mucho dolor. Esa resiliencia te enseña muchísimo. Son cosas a las que mucha gente de fuera de la comunidad no tiene necesariamente que enfrentarse, sentir o dar. ¡Namasté!