Es de esas artistas cuyo éxito proviene, en gran medida, de la viralidad. A sus 23 años, la puertorriqueña De La Rose acumula numerosas colabos que la han ayudado a darse a conocer globalmente de una manera que ni ella misma asimila aún. La más reciente, en el segundo álbum de Quevedo, con el que canta Amaneció. Además, en los últimos meses ha publicado dos singles como solista, Los Fin De y Cobro.
Recientemente vino por primera vez de promoción a España, y se le veía en la cara que es otra cosa que aún tenía que asimilar. «Antes de ser artista ya soñaba de chiquita con venir a España. Hacerlo ahora para cantar y hablar de mi música es increíble. Se siente bien unreal«, dice sonriendo. Porque tiene claro que las reacciones que provoca su música en las redes, y sus números de infarto en plataformas, no los siente del todo reales todavía. «Lo importante es encontrarte con el público, no saber que te has hecho viral», dice. «La vibra es distinta. En cualquier caso, todavía no me he mirado al espejo y me he dicho ‘oye, tú eres De La Rose’, creételo ya«.
«Lo importante es encontrarte con el público, no saber que te has hecho viral»
En persona es bien distinta a lo que proyecta en sus vídeos. Tranquila y tímida, no quiere renunciar a su normalidad, a pesar del huracán en que está envuelta desde que, en 2023, Kyoto (que grabó con Omar Courtz y Haze) la convirtió en estrella en Puerto Rico de la noche a la mañana. «Me dio una exposición increíble en mi país», recuerda. «Y ya con el Remix Red de WYA [con J Abdiel, Yan Block, iZaak y Jay Wheeler, publicado en mayo de 2024] fue cuando la viralidad me hizo darme a conocer a nivel mundial».
Allá por 2016, cuando todavía estudiaba, se empapaba de la generación del trap emergente y de artistas como Bad Bunny. «Ahí empecé a hacer freestyle, y también a componer letras en español». De primeras, sin mayor ambición. «Ni me planteaba grabar mis canciones; las tenía en el teléfono y ya. Hasta que en 2019 me animé a meterme en un estudio», recuerda. Se enfrentó a muchos obstáculos, pero no siente que el machismo fuese el principal. «Y hay celebrar que ahora mismo las artistas femeninas nos estemos quedando con todo«, afirma orgullosa. «Es brutal que en un género que siempre ha estado dominado por hombres ahora les plantemos cara de igual a igual».
Cita a compañeras puertorriqueñas como Young Miko y Villano Antillano, a las que admira y a las que celebra, como hace con españolas como Lia Kali y Aleesha –con la que comparte otro de remix de WYA, aunque todavía no se han conocido en persona. De sus compatriotas destaca el hecho de que den gran visibilidad con su música al colectivo LGTBIQ+. «Estoy muy orgullosa de ellas. Lo que han logrado ambas es algo histórico, porque los artistas de la comunidad no habían tenido casi visibilidad hasta que llegaron ellas. Que nunca hayan tenido miedo al qué dirán es muy importante».
La colaboración con Quevedo surgió vía DM de Instagram, y espera que no sea la última. «Cuando me escribió, ya tenía un mensaje mío en el que le decía que me gustaba mucho su voz y lo que hace», recuerda. «A los artistas que más me gustan les escribo siempre», confiesa, «me da igual si me contestan o no». ¿Quién más tiene DM suyos? «De Bad Bunny a Romeo Santos, y de Eladio Carrión a Karol G«. La esperanza de sus respuestas es lo último que pierde. «Me encanta escribir a la gente de la que soy fanática, y lo voy a seguir haciendo. Porque la vida da muchas vueltas».