Muere el Papa Francisco, el jesuita que quiso cambiar todo en la Iglesia (¿para que todo siga igual?)

Quiso revolucionarlo todo, y fue un auténtico vendaval desde que llegó a la silla de san Pedro en 2013Su intento de 'abrir' la Iglesia a la realidad del colectivo LGTBIQ+ se encontró de frente con la oposición del sector más reaccionario. ¿Qué ocurrirá ahora?

Fotomontaje del Papa Francisco, el hombre que rompió moldes al intentar integrar la realidad de las personas LGTBIQ+ en la Iglesia católica.
Fotomontaje del Papa Francisco, el hombre que rompió moldes al intentar integrar la realidad de las personas LGTBIQ+ en la Iglesia católica.
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

21 abril, 2025
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A sus 88 años, después de unos meses muy delicado de salud, el Papa Francisco murió a las 7:35h de la mañana de hoy, tras aparecer por sorpresa ayer, Domingo de Resurrección, en la plaza de San Pedro del Vaticano para realizar la tradicional bendición ‘urbi et orbe’. Luego, se reunió con J.D. Vance, vicepresidente de Estados Unidos, para mostrarle su oposición pública a las políticas de Donald Trump tras criticar su «desprecio a los migrantes». Es decir, este jesuita que quiso cambiar todo en la Iglesia, entre otras cosas, la realidad de las personas católicas LGTBIQ+, murió con las botas puestas.

Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, llegó a la silla de San Pedro con la intención de cambiarlo todo. Y lo que está claro es que, aunque muchos pretendan que todo siga igual, nada seguirá siendo igual. O, al menos, será difícil. Entramos ahora en periodo de ‘sede vacante’, y empiezan las apuestas, las tertulias, con adivinos que se van a atrever a aventurar lo que va a ocurrir en el próximo cónclave. Entramos en periodo de conjeturas en el que todos los periodistas –que rulan de plató en plató– pasan de ser especialistas en economía, tras la guerra de los aranceles, para convertirse en vaticanistas.

Muere el Papa Francisco, el jesuita que quiso cambiar todo en la Iglesia (¿para que todo siga igual?)

 

El papado de Francisco ha sido muy cuestionado en estos años. Incluso desde dentro, por ejemplo, del propio colegio cardenalicio, donde un sector no ha dudado en hacer notorias sus críticas, algo muy poco habitual en una institución monolítica como es la Iglesia católica. Consciente de ello, Bergoglio nunca quiso vivir aislado el los apartamentos pontificios, sino en la Casa Santa Marta, a pie de calle, donde se podía enterar directamente de lo que se cocía en los pasillos, y no de la información filtrada que, de manera interesada, le llegaría tras los vetustos muros vaticanos.

El Vaticano junto a varias banderas del colectivo LGTBIQ+.

Rompió muchos moldes y ahora, quien le suceda, tendrá dificultades para volver a ellos. No estaría bien visto. Francisco cambió la línea del colegio cardenalicio creando a muchos cardenales (todos ellos con derecho a voto, que son los que van a elegir a su sucesor) que son más acordes con su forma de ver a la Iglesia. Empiezan las apuestas cuando ni siquiera han comenzado los funerales.

Pero, ocurra lo que ocurra en el próximo cónclave, Francisco abrió las ventanas de la Iglesia para que entrase ese vendaval que ha levantado las alfombras que tapaban la pudredumbre. Jorge Mario Bergoglio intentó cambiarlo todo, su papado está lleno de mensajes contradictorios, pero su legado queda ahí. Su sensibilidad con el colectivo LGTBIQ+, especialmente al colectivo trans, fue muchas veces corregida y cuestionada hasta por el propio Vaticano, que consideraba que esa forma campechana de hablar del pontífice en sus múltiples entrevistas –algo inédito hasta este papado– estaba fuera de lugar, había que corregirla o, al menos, matizarla.

«Si una persona es gay y busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarlo?», dijo en julio de 2013, por sorpresa, a los periodistas en un avión cuando regresaban de un viaje. En 2018, cuando se reunió con hombre chileno en una audiencia privada, trascendió esta conversación con él: “Juan Carlos, que tú seas gay no importa. Dios te hizo así y te quiere así, y a mí no me importa. El Papa te quiere así, y tú tienes que estar feliz con quien tú eres. Debes amarte y no preocuparte de lo que dice la gente”. Bergoglio hacía así suyo el mensaje ignaciano, tan propio de los jesuitas desde que San Ignacio revolucionara la Iglesia en el siglo XVI.

El Papa Francisco, el hombre que quiso cambiarlo todo en la Iglesia, no logró llevar a cabo su objetivo hasta el final. Pero parece que dejó todo bien preparado para que su sucesor, sea quien sea, no pueda deshacer el camino. Al menos, se lo ha dejado difícil. Y eso ya es mucho y muy importante.

Descanse en paz.

 

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