Tras un silencio largo –y forzoso–, Anier regresa con más fuerza que nunca y las cosas bien claras. Y con rotundidad. De ahí que DUSKDOWN se haya lanzado sin adelantos previos. Quiere la artista que el disco se disfrute como un todo, porque relata todo un viaje emocional para el que, jugando con la expresión inglesa «from dusk till dawn» («desde el anochecer hasta el amanecer»), ha creado un término que titula el álbum.
Han sido dos años de renacer tras tocar fondo, al sentirse traicionada por su anterior equipo, que eliminó toda su música de las plataformas e incluso se quedó con su web. Un tiempo de recomponerse, buscar ese nuevo amanecer que ya ha llegado y mostrarse como una nueva Anier, que se abre musicalmente más allá del rap, el estilo que le ayudó a darse a conocer hace una década.
Anier se ha cortado la melena –un gesto también repleto de simbolismo– y no solo no ha perdido fuerza al hacerlo, sino todo lo contrario. DUSKDOWN lo demuestra con creces.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué dices que estos últimos dos años has sufrido «un terremoto»?
ANIER ⇒ Ha sido un tiempo de mucho caos y mucha calma a la vez. Me tuve que esforzar por serenarme después de vivir situaciones muy turbias. Ahora ya, por fin, estoy tranquila. Me encontré con una situación muy complicada en mi carrera y en la industria, y me tocó encontrar fuerzas para sacar mi proyecto adelante.
SHANGAY ⇒ ¿Cambió todo de la noche a la mañana para ti?
ANIER ⇒ Fue más bien un proceso. Desde que empecé en la industria vi lo bueno y lo malo que hay en ella, y poco a poco me fui desencantado. De repente, personas que estaban trabajando conmigo, de las que no me lo podía esperar, hicieron una serie de actos, con mala intención, que sentí como una traición. Y mi carrera, de repente, se complicó. Lo llevé con mucho dolor; hasta que al somatizarlo y reprimir mis emociones me puse enferma. A partir de ahí tocó trabajar y sanar. Más daño no iba a permitir que me hicieran.
«Al final, como siempre, sacar un disco ha resultado terapéutico para mí»
SHANGAY ⇒ ¿Qué te hicieron exactamente?
ANIER ⇒ Me tumbaron la música de Spotify, todo mi catálogo. Y se quedaron con mi página web, llegando a intentar extorsionarme, pidiéndome dinero para recuperarla. Cosas de este tipo. Me fueron viniendo los golpes y no sabía cómo asimilarlos, solo supe agachar la cabeza en ciertas situaciones. No podía alzar la voz porque habría salido perdiendo. Por suerte, en el último año he conseguido centrarme en el proyecto y convertir todas esas emociones en música. ¿Sabes lo más duro? Que durante todo ese tiempo tuve que seguir subiéndome a los escenarios y seguir con mis giras, haciendo ver que no pasaba nada. Hizo falta mucho temple para ser consciente de lo que tenía que aguantar para llegar donde quería.
SHANGAY ⇒ ¿Volverá tu música a Spotify?
ANIER ⇒ Ahí estamos, en la lucha, aunque es muy complicado todo. No puedo renunciar a esos millones de reproducciones que son mi carrera, y a la gente le han quitado esa música que quiere escuchar. Se tiene que recuperar.
SHANGAY ⇒ Por verle el lado positivo a todo esto, lo que has vivido ha dado pie a DUSKDOWN…
ANIER ⇒ Exacto. He cambiado de género, apuesto más por lo melódico, he experimentado mucho con los instrumentos y las producciones… Ha sido la manera que me ha permitido reconectar con la música y recordar por qué quiero estar aquí; y acepto la condena que me ha caído a cambio de disfrutar con lo que me gusta. En un momento hice clic y me dije «si esto no lo levanto yo, no lo va a hacer nadie por mí».
SHANGAY ⇒ ¿Quién te ha acompañado en este periodo tan complicado?
ANIER ⇒ Mi equipo de directo me abrazaba emocionalmente. Que esas pocas personas confiaran en mí me ayudaba a poner el pie en el escenario segura de mí misma. En lo personal, lo he llevado muy sola. Sí me fui esforzando con el tiempo por contar más a mi gente cómo funcionan las cosas en la industria, porque si no, no habrían entendido nada. Pero es que soy muy de guardarme las cosas para mí… Al final, como siempre, sacar un disco ha resultado terapéutico para mí.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo fue la grabación del disco?
ANIER ⇒ Lo escribí entero sola en casa, con arreglos míos e utilizando instrumentales de Internet. Tuve la suerte de dar con Pau Aymi, que produjo todo el disco mano a mano conmigo. Le llevé todo el material al estudio y le dije «vamos a hacer algo con esto». Le dije que quería llevar mi música a otro nivel, salirme del rap y hacer algo nuevo. Supo leerme y me permitió divertirme.
«Mis letras siempre han reflejado mi movida personal, por eso la gente empatiza»
SHANGAY ⇒ ¿Se te quedaba el rap corto a nivel expresivo?
ANIER ⇒ A nivel expresivo no, porque la lírica que sale con el rap cuesta conseguirla con otro género. Porque no es lo mismo tirarte cuatro minutos hilando frases y conceptos que conceptualizar una idea sin esa densidad lírica y jugar con melodías, que es lo que he buscado esta vez. Al final, siento que hay un equilibro. Pero se nota que vengo del rap, y voy a rapear toda mi vida.
SHANGAY ⇒ ¿Han aparecido nuevos referentes musicales a la hora de crear este proyecto?
ANIER ⇒ Sí. Es que ha cambiado mucho la música que he escuchado. Antes no tragaba el rock y el post punk, porque siempre he sido muy nerviosa y no despertaba nada bueno en mí, pero de repente conecté con eso. Y 070 Shake creo que es una referencia clara si escuchas el disco. También me han inspirado artistas españoles como Samuraï y el primer Oddliquor. 070 Shake, The Blaze o Mr.Kitty han sido referencias claras.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué has querido crear un álbum conceptual?
ANIER ⇒ Porque es mi historia y decidí contarla, por eso creo que se tiene que escuchar de principio a fin entero. Al final, mis letras siempre han reflejado mis vivencias, mi movida personal, por eso la gente empatiza conmigo.
«Sé que me pegaré más hostias, pero estoy preparada para dármelas»
SHANGAY ⇒ También has querido mostrar un cambio de radical en cuanto a imagen…
ANIER ⇒ Me apetecía, el personaje tenía que evolucionar también. Necesitaba romper también a ese nivel con lo anterior, y lo he disfrutado. La ropa de antes ya no me representaba, así que va toda fuera [risas]. De hecho, vendo en Vinted a los seguidores.
SHANGAY ⇒ Se te ve un gesto mucho más relajado…
ANIER ⇒ Por la experiencia, supongo. Al final, llevo diez años en esto. Cuando lo peté en la música era muy joven, tuve que procesar todo lo que pasaba y vivía en una montaña rusa. Ahora me controlo y me cuido mucho más. Está bien experimentar las bajadas, que si no, las subidas no molan tanto. Sé que me pegaré más hostias, pero estoy preparada para dármelas.
SHANGAY ⇒ Comentabas que a raíz de tu primera entrevista en Shangay, comenzaste a abrirte más sobre tu sexualidad. ¿Cambió algo en ti a partir de ese momento?
ANIER ⇒ No, porque hablé contigo con mucha naturalidad. Hace poco la releí y vi cómo dije «no me escondo, me gustan los chicos, las chicas…». Sí fui consciente de que en ese momento confirmé algo de lo que se hablaba muchísimo en redes. Fue como «buah, ya que estamos lo suelto, y ya está». Fue guay hacerlo. De hecho, más tarde hice una campaña del Pride en Barcelona. La entrevista y el bolo del Orgullo de Madrid me sirvieron para romper con esa sensación de que nunca había hablado de ello abiertamente, y no pasó nada por hacerlo. Igual sí me cambió mínimamente la cabeza aunque, como hablamos en ese momento, nunca he sido abanderada de nada, pero lo he llevado con naturalidad.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llevas la etiqueta de «artista bisexual«?
ANIER ⇒ No siento que se haya utilizado mucho conmigo, quizá porque antes no abanderaba esa lucha… hasta que lo dije. Entonces sí sentí que empezaba a hacerlo. Igual yo no lo necesitaba, pero soy consciente de que hay gente que necesita que estemos ahí, y hay que estar por ellos.