Decimos adiós a la actriz Verónica Echegui recordando su paso por 'Shangay'

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El mundo del cine está de luto tras la triste noticia de la muerte de Verónica Echegui. La actriz, que saltó a la fama por Yo soy la Juani de Bigas Luna, nos ha dejado a los 42 años a causa de una enfermedad. Sus papeles en películas como El patio de mi cárcel o Explota Explota se valieron cuatro nominaciones al premio Goya, pero fue con el cortometraje Tótem loba, en el que debutó como directora, con el que se lo pudo llevar a casa.

Por nuestra revista ha pasado en varias ocasiones, siempre mostrando su mejor sonrisa, naturalidad y alegría que tanto la caracterizaba. De hecho, en 2016 protagonizó una de nuestras portadas gracias a la película No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, que compartió con el resto de su elenco Álex García, Alba Galocha y David Verdaguer.

En ella, la actriz confesaba mostrarse muy feliz de poder enseñar su lado más cómico, algo que siempre quiso destacar y que demostró con creces en el musical Explota, Explota, que le valió una nominación al Goya. «Me lo he pasado muy bien. No sabía qué me iba a salir, porque cada película es un viaje, y es la segunda comedia que hago. Llevaba mucho tiempo con ganas de explotar mi vis cómica, que creo que la tengo», reconocía.

Un año más tarde, pudimos volver a hablar con ella por el estreno de El amante, una obra de teatro que protagonizó junto al actor Dani Pérez Prada, que hablaba así de su compañera: «Verónica Echegui es un animal salvaje que lo hace todo más fácil». Para Echegui, el teatro siempre fue un lugar de encuentro: «Por eso es importante que se actualicen las propuestas para generar ese acercamiento al público, porque el teatro es de todos«.

Como la Carrá

Y fue en 2020 cuando mostró su lado más divertido en la gran pantalla con el musical que homenajeaba a la gran Raffaella Carrá, Explota Explota de Nacho Álvarez, donde formaba una pareja de lujo junto a Ingrid García-Jonsson. En ella interpretaba a la mejor amiga de la protagonista, con acento murciano y enamorada de un hombre que aún no había salido del armario. “Me imponía, porque no había cantado nunca, pero lo disfruté mucho. Y descubrí que la Carrà tiene un rango mayor de lo que pensamos de primeras. ¡Y qué capacidad pulmonar!”, nos contó.

“Su música puede que la hayamos escuchado tanto que nos haya llegado a saturar en algún momento, pero de lo que soy muy fan es de su espíritu. Las anécdotas que corren sobre ella, las arengas que les daba a sus compañeras en los 70 para que no dejaran que nadie les pasara por encima, todo lo que hizo por el movimiento LGTBIQ, lo inteligente que es… Encima tiene un tipazo, viste que te cagas… ¿Cómo no admirarla?”.

Con todo ello, con su cercanía, alegría, profesionalidad, compromiso y talento, queremos recordarla.