Tras ser duramente expulsada de las cocinas de MasterChef el pasado lunes, Saray se ha mostrado más que dispuesta a hacer un una entrevista para RTVE, en la cual daba su opinión acerca de sus compañeros de edición y del jurado, a los que, como hemos podido comprobar, no les guarda especial cariño.
Saray ha sido, con diferencia, la concursante más problemática que ha pisado las cocinas de MasterChef en ocho años. Así lo aseguraba Jordi Cruz tras contemplar el vergonzoso plato que presentó en su prueba de eliminación, que consistía en un potingue de setas mal trituradas bajo una perdiz sin desplumar decorada con tomates cherry. Un gesto que, según el chef catalán, fue una gran falta de respeto hacia el programa, sus compañeros y los jueces.
Ahora, Saray responde a todas las preguntas y polémicas generadas durante su paso por el talent, y lo hace sin cortarse un pelo. Para empezar, dio su opinión acerca de su comportamiento ante el jurado: «No tengo el comportamiento de la Infanta Leonor, soy la Saray, y quien me quiera, bien, y quien no… ¡carretera y manta! Por las cosas que yo he pasado, antes, cuando alguien me atacaba, me venía abajo y lloraba, pero ahora no», aseguró.
Continuó contando cómo veía ella realmente a sus compañeros, y admitió su afecto por Alberto, Luna o Ana, pero cargó contra Jose Mari, Teresa o Andy, tres concursantes con los que, a lo largo del programa, se ha enfrentado en varias ocasiones. «Jose Mari es una mosca cojonera. Sí, tiene una vis cómica con la que te puedes reír, pero es que de verdad que no es bueno. Es mala gente. Si puede pisar a sus compañeros, lo hará. Con él tienes que ir con ochenta ojos, porque como no te la dé a la entrada, te la da a la salida».
Respecto a Teresa, Saray asegura que «tiene dos personalidades. Tiene una parte superguay que te crees que es como la mami del grupo, pero cuando te descuidas te da un cuchillazo. Teresa me animaba y luego la veo que está criticándome con Michael y hablando mal de mí». Estas declaraciones no solo las realizó una vez fuera del programa, sino que también se enfrentó a ella por el mismo motivo ante las cámaras; un encontronazo que incluso hizo llorar a otra compañera debido a la tensión que se generó durante la pelea.
Asimismo, aprovechó y dio su opinión sobre Andy, probablemente el concursante más maquiavélico de la edición, que en el último programa no tuvo reparos en jugársela a sus contrincantes con tal de salvarse. «Andy es muy estratega y tiene mucha película. Lleva un papel aprendido que se lleva estudiando desde que estaba en casa».
En relación al jurado, Saray asegura que «me querían joder», y en consecuencia, ella adoptó una actitud defensiva que terminó dejándola de irrespetuosa ante el público. «Ahora se va a cagar la perra», dijo. «¿Me queréis ver aquí quitando plumas como una perra? Yo no me voy a poner aquí a arrancar plumas para darles la satisfacción. ¿Quieren que haga el pajarraco puteada ante todos? Pues toma, pajarraco vivo pa’ ti». Además, no tiene ninguna duda de que «el jurado está esperando que hagas algo malo para pegarte tres palos en la espalda y terminarte de hundir».
Saray confiesa que «en MasterChef, la mayoría no se quieren pringar y contar la verdad. No todo es tan positivo ni tan happy flower. Yo he contado la verdad y la realidad del programa. El gran error de MasterChef 8 ha sido echar a la Saray, yo no me tendría que haber ido de allí», concluye.
Y tras estas palabras, prometía que tenía intención de presentarse a la repesca tan solo para darles en los morros a sus compañeros y al jurado. «Como me cojan le va a dar un dolorcillo a más de uno. Me encantaría volver para ver sus caras». Sin embargo, en caso de que sus deseos no se hagan realidad, Saray no piensa terminar su carrera televisiva aquí, pues, según afirma, ha descubierto que le encantan las cámaras, y le apasionaría participar en un reality o programa de televisión.