Karen Hernández (Tenerife, 1964) es una de las actrices secundarias de la exitosa serie Veneno, en la que vida a una de las compañeras de Cristina Ortiz en el Parque del Oeste llamada Carolina de Vigo. En esta entrevista, la hemos podido conocer mejor, descubrir cómo fue trabajar con Javier Calvo y Javier Ambrossi, y también junto a Daniela Santiago, Paca la Piraña y el resto del elenco.
Karen, a sus 56 años, lleva un largo recorrido de formación actoral que comenzó en París de la mano de Fanny Vallon, y posteriormente continuó su formación en Madrid en instituciones como la Escuela Metrópolis, Cinemaroom y otras más. Fue aquí donde empezó a escribir sus propios guiones y producir obras para microteatro. Pero su mayor salto en el mundo de la actuación fue, sin duda, con la llegada de Los Javis y Veneno.
Para conocerla un poco mejor, le hemos preguntado cuál es su diva favorita, y si se ha inspirado en ella a la hora de actuar. «Yo no sé si es una diva, pero mi inspiración como actriz es Cate Blanchett. Me quito el sombrero con todas sus interpretaciones porque en todas está de reclinatorio, como diría Concha Velasco. Me parece una actriz completa, grandiosa. Me encanta. Pero no, no me puedo inspirar en una persona tan brillante como ella porque, primero, no me parezco físicamente; segundo, me falta mucho por aprender todavía; y tercero, porque yo tengo mi propia personalidad. Si algún día llego a tener una carrera más extensa, sí me gustaría realizar papeles como los de ella».
SHANGAY ⇒ Hablando de inspiraciones, llegamos a la gran Cristina Ortiz… ¿Cómo fue para ti formar parte del elenco de Veneno?
KAREN HERNÁNDEZ ⇒ Fue un cambio muy grande en mi carrera. Yo estaba acostumbrada a moverme por el undergound, en la Sala Off de Madrid, en teatro alternativo… Ahí trabajaba mucho con Benja de la Rosa, un gran amigo mío y hermano de Secun. Y cuando llegó esto, intuí que le iba a dar a mi carrera un tirón bastante grande. Pensé que, por fin, iba a trabajar en un proyecto grande.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo conseguiste el papel?
KAREN HERNÁNDEZ ⇒ Fue por un casting que hice. Primero opté por el papel de La Manuela, pero no les resultaba tan mayor como para hacer ese papel. Entonces me propusieron hacer de Cristina Onassis, por quien se puso el nombre La Veneno… Pero tampoco les encajaba, y finalmente me dieron a Carolina de Vigo, y yo tan feliz. Con lo que me dieran, yo estaba encantada, incluso si hacía de árbol en la Casa de Campo [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Qué tal es trabajar con Los Javis?
KAREN HERNÁNDEZ ⇒ En una sola palabra: mágico. Pero no solo por trabajar con ellos, sino, por ejemplo, cuando yo llegaba a maquillaje, ya se notaba un ambiente mágico. Aunque tuviésemos una jornada de doce horas de rodaje, se nos pasaba volando. Notabas que la magia estaba a tu alrededor porque había mucha figuración de chicas trans que nunca habían hecho nada a nivel interpretativo, y estaban involucradas al 100%, respetando al equipo, a los Javis… Ahí te das cuenta de que el rodaje tiene magia, porque sabían controlar a tantísima gente con tan poca experiencia como actrices.
SHANGAY ⇒ ¿Tienes alguna anécdota que ocurriese durante el rodaje?
KAREN HERNÁNDEZ ⇒ Hubo muchas, pero que pueda contar ahora… Me acuerdo de que pasaba tanto tiempo esperando entre escena y escena, que no me separaba del catering. Entre el frío, y que no teníamos más qué hacer, yo me iba de un catering a otro.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo reaccionaste al saber que Veneno iba a cumplir y acabaría siendo ‘conocía mundiá’ tras su salto a HBO Max?
KAREN HERNÁNDEZ ⇒ ¡Buf! Flipas. Pero al mismo tiempo, es algo que te esperas, porque una vez que vimos los capítulos y la repercusión que tuvo aquí en España, lo bien dirigida que está y lo bien interpretada que está por las protagonistas, te das cuenta de que eso no se puede quedar solo en este país. Y es sorprendente saber la repercusión que ha tenido fuera, cuando es una serie tan española, con frases dificilísimas de doblar y matices que a los extranjeros se les ha podido escapar. Me ha escrito gente de Chile, de Brasil, de un montón de sitios diciéndome que han llorado, que han reído, y a pesar de esos obstáculos del doblaje, piensas: «Para que la gente sienta esto, es que está muy bien hecha la serie». Además, sirvió de lección a los medios porque es una serie que no presenta a una protagonista trans como “la víctima”, sino como una mujer empoderada, con sus amigas empoderadas, que sufre altibajos como todo el mundo, y retrata a un personaje muy deslenguado y salvaje como fue La Veneno. Y aun así, ha triunfado en una cadena.
SHANGAY ⇒ ¿En qué otros proyectos has trabajado?
KAREN HERNÁNDEZ ⇒ Después de Veneno me fui a otra serie llamada Paraíso, que se estrenará en Movistar+. Y de repente, un día mi representante me dijo que me quería para un doblaje de un talent show. Yo nunca había hecho doblaje, pero al final fui. Querían que doblara a una concursante trans y no querían ni a una chica ni a un chico cis, sino a una trans. Lo hicimos y me lo pasé muy bien. Después, me llamaron para otro talent show, que no fue emitido. Y finalmente, llegué a doblar a un personaje de la cuarta temporada de Big Mouth. Entonces, pensé «Dios mío, mi carrera de actriz va a quedar aparcada y me voy a dedicar al doblaje» [risas]. La verdad es que aprendí mucho con ello, y eso es lo que cuenta.
SHANGAY ⇒ ¿Cuáles van a ser tus siguientes pasos?
KAREN HERNÁNDEZ ⇒ La verdad es que me da lo mismo lo que me den, sea cine, televisión, teatro, incluso coescribir algo con alguien. Yo lo que quiero es crear, quiero trabajar. No aspiro a ser protagonista de nada, estaría eternamente agradecida si fuera una eterna secundaria. No quiero ser famosa, yo quiero trabajar porque lo mío es por vocación.
SHANGAY ⇒ ¿Qué te gustaría transmitir a los que creen que su orientación sexual y/o identidad de género les crea inseguridades en el mundo laboral?
KAREN HERNÁNDEZ ⇒ Yo tengo 56 años, y las inseguridades de “soy trans, no me van a coger en un papel…” también las he vivido. Pero todo eso hoy en día no tiene razón de ser. Cuando tenía 20 años sí, porque casi teníamos que pedir perdón por existir. Pero hoy en día no. Nosotras, las que tenemos una cierta edad, nos hemos partido tanto la cara, que las jóvenes generaciones, no voy a decir que tienen todo el camino allanado, pero buena parte de él sí. Hemos dado pasos de gigante, y si yo tuviera ahora 20 años no tendría esas dudas ni inseguridades.
Hace unos años, sería impensable imaginar que estaríamos representadas en puestos de gobierno, en universidades, en la ciencia… Yo no voy de abanderada, y nosotras no tenemos que volver a pedir perdón. Somos válidas para hacer de todo, no tenemos que demostrar nada, solo tienen que abrirnos la puerta. Todo es posible.