¡Basta ya! Hay que frenar la gran estafa de la diversidad sexual en las grandes producciones de Hollywood. Si por algo ha destacado la última entrega de los premios Oscar es por la aparente presencia –cada vez mayor– de personajes LGTB en las superproducciones que optan a la estatuilla. Esto es novedad, ya que tradicionalmente los directores, guionistas y productores no tenían en mente la diversidad sexual a la hora de crear historias que se trasladasen a la gran pantalla.
Parece que con el paso de los años la presencia de una sexualidad no hegemónica en estas producciones ha sido cada vez más notable, pero hay que tener cuidado con afirmaciones de este tipo, ya que pueden tratarse de un ‘caramelo envenenado’. Desde el año 2012, la ONG GLAAD (Alianza Antidifamación de Gays y Lesbianas, por sus siglas en inglés) se encarga de elaborar un informe anual sobre representatividad del colectivo LGTB en el universo del cine y la televisión. A cualquiera puede parecerle obvio que la inclusión de personajes de este colectivo va in crescendo, pero nada más lejos de la realidad: la representación LGTB en Hollywood cae a niveles mínimos. Esta ‘falsa integración’ del gran coloso se ve reflejada en que, según el nuevo informe de la GLAAD, solo un 12,8% de las producciones de la industria norteamericana han incluido a personas LGTB. La senda que parecía iniciarse con una de las condecoradas, Call Me By Your Name, no ha quedado más que en ilusiones y en escasos proyectos con el mismo enfoque.
De las 109 películas que la GLAAD ha analizado (de grandes productoras como Disney, Universal, Sony, Paramount, Warner, Fox y Lionsgate), únicamente 14 incluían algún personaje LGTB, lo que supone un retroceso respecto al año anterior (donde el porcentaje era de 18,4% y no de 12,8%, como en la actualidad). Es una lamentable noticia, ya que es el resultado más bajo desde que la ONG empezase a elaborar estos informes en el año 2012.
Call Me By Your Name fue revolucionaria porque rompió todos los cánones de representatividad LGTB, ya que, según se afirma desde la GLAAD, el tiempo medio de aparición de estos personajes en pantalla es de 3 minutos, lo que imposibilita generar un marco dramático de los mismos.
En definitiva, ninguno de los estudios cinematográficos analizados ha conseguido aprobar este año el informe anual de representatividad, si bien también cabe decir que, aunque siguen suspendiendo, Fox y Universal son las únicas que logran ‘salvarse’. Pero no todo es tan gris, si tuviésemos que destacar algo positivo del último informe sería que nos encontramos ante el pico más alto de variedad racial dentro de la aparición de personajes LGTB en la gran pantalla.