Maria Loboda presenta su exposición 'Vexare' en Madrid (y nos recuerda que el infierno está en todas partes)

La artista polaca Maria Loboda remata en Madrid con 'Vexare', su cuarta muestra en solitario en nuestro país, una de las más sutiles, bellas y perversas exposiciones de la temporada.

Maria Loboda presenta su exposición 'Vexare' en Madrid (y nos recuerda que el infierno está en todas partes)

Guillermo Espinosa

A mí lo que me tira es el underground.

10 julio, 2023
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Mezclando distintos elementos simbólicos y sus lenguajes, Maria Loboda crea una invitación a descubrir que sí: el apocalipsis está a la vuelta de la esquina.

Vexare, el título de la exposición de Loboda, puede contemplarse en la Galería Maisterravalbuena de Madrid hasta el 2 de septiembre.

Maria Loboda Madrid Shangay

Esta exposición de Maria Loboda consta de muchos elementos atractivos de por sí: puertas ciegas que no conducen a ningún sitio, cerradas por acertijos metálicos; muebles de diseño setentero en madera, aluminio, plástico y piel; libros iluminados (que incluyen hasta un cómic) y copas de cócteles con los brebajes más sofisticados y clásicos del mundo de las mixturas alcohólicas.

Qué relación tienen entre ellos es el perverso y sutil juego que plantea Maria Loboda (Cracovia, 1979), una artista que trabaja con ideas complejas e intelectualmente estimulantes, a partir de la yuxtaposición de elementos cargados de sentido y estéticamente atractivos. Con ellos va creando asociaciones nuevas, enigmáticas y poéticas, todas cargadas de un particular sentido del humor y planteadas como juegos o enigmas.

Maria Loboda Madrid Shangay

Sumergiéndose en la arqueología de los objetos, frecuentemente elegidos por su historia, simbolismo, e intencionalidad original, Loboda crea nuevas sintaxis utilizándolos en conjunto, y el resultado es siempre sutilmente inquietante, apelando a sinsentidos contemporáneos y la absurdidad de ciertos códigos sociales, mientras establece una crítica moral que subyace al uso de los objetos y su relación con el resto, y las conclusiones que podemos extraer.

Sabemos que esta definición puede resultar difícil de comprender, pero lo entenderemos si, por ejemplo, recordamos una de sus primeras exposiciones, muy aclaradora: hace ya dos décadas, Loboda realizó una exposición donde exhibía jarrones con flores naturales. Aprovechando el lenguaje floral en código del siglo XIX (el que servía para enviar mensajes de amor camuflados de ramos entre amantes), lo manipulaba para transmitir, también en código, mensajes de odio, rencor, venganza y mal rollo. Estos, lógicamente, eran imperceptibles, o no: sutilmente se absorbía una inapreciable sensación de incomodidad y malestar en todas esas naturalezas muertas.

Maria Loboda Madrid Shangay

En Vexare, que en latín significa ‘vejar’ (según la RAE, “maltratar, molestar, perseguir a alguien, perjudicarle o hacerle padecer”), presenta dos tipos de series, Vexier y The Vexer, que apelan ambas directamente a la presencia de lo perturbado, lo incómodo, lo secreto, lo inestable y, por supuesto, lo apocalíptico y lo demoníaco como realidades comunes en nuestro entorno social.

Vexier es una serie de puertas cegadas: son a tamaño real, contra muro, de doble hoja y no tienen cerraduras, sino que están cerradas con unos artilugios metálicos que parecen acertijos que descifrar manualmente. Hasta aquí la versión oficial. Porque los símbolos añadidos son muchos. En principio: las puertas no llevan a ninguna parte. O si llevan a alguna, será a un mundo inconcreto de lo pensado o lo imaginado. Un mundo “más allá”.

Maria Loboda Madrid Shangay

El color de estas puertas, magníficamente escogido, se corresponde con los códigos de vestimenta de los kimonos japoneses tradicionales: es decir, su elección y disposición en relación unos a otros habla de viejos códigos culturales del oriente lejano, difícilmente traducibles para un occidental. En cierta medida, hablan de una dignidad de la vestimenta femenina asociada a su control y sometimiento: la japonesa es una de las culturas más patriarcales del planeta hoy, pese a su inalterada apariencia de tranquilidad, belleza natural, bondad y gusto exquisito.

No es esta la única trampa sutilmente malévola: una observación detallada de cómo ha realizado los acertijos que sirven de candado a las puertas nos lleva directamente al satanismo. Efectivamente, la estructura de líneas y esferas utilizada parte de los diagramas de los diferentes nombres del demonio –de Belcebú a Bahmoteph y varias decenas más– que durante siglos han usado los satanistas para nombrarlos en secreto, o invocarlos en público.

¿Qué ocultan estas puertas? Pues un más allá del que, sabiendo esto, podemos tener cierto miedo: puede ser el infierno, puede ser la puerta de comunicación con el mal, puede ser una invocación a un nuevo credo anticatólico.

Maria Loboda Madrid Shangay

No se queda ahí Maria Loboda, sino que la reposada y sutil belleza aparentemente inocua de estas puertas se relaciona con las piezas de The Vexer: utilizando muebles de diseño francamente bellos a modo de peana, coloca sobre ellos libros abiertos. Libros perfectamente escogidos: hay dos iluminaciones de la llegada del apocalipsis, una de ellas con una hidra o demonio de siete cabezas.

También un volumen de Watchmen, el cómic ochentero de Alan Moore sobre una especie de detective privado condenado a vivir entre dos mundos por una maldición, o el Manuscrito Voynich: el libro más misterioso del mundo, puesto que plantea un mundo irreal que se describe en una lengua de código desconocido hasta nuestros días. Sobre estos, se encuentran copas de cócteles llenas. Cócteles clásicos y sofisticados.

Maria Loboda Madrid Shangay

Aquí la vejación es múltiple: por principio, las copas impiden pasar las páginas de los libros, que quedan como objetos clavados en sus peanas de diseño de la cotidianidad. Pero más aún: cualquier amante de los libros, y más de los libros antiguos, sabe lo sacrílego que es poner un vaso con líquido sobre algo tan precioso, porque irremediablemente se estropeará, se manchará, quedará una marca sobre ello.

El uso de estos atractivos cócteles –porque dan ganas de bebérselos, cosa que tampoco se puede hacer: otra vejación añadida– es también otra invocación: a la pérdida del control individual a través del alcohol, algo tan común en nuestra sociedad y que de siempre ha sido condenado por los puritanos como la llave que permite al demonio entrar dentro del cuerpo de las personas.

Maria Loboda Madrid Shangay

La disposición serena, milimetrada, ultracompuesta con sus espacios diáfanos, totalmente antidramática o anticlimática pero naturalmente escénica de ambas series, en relación una con otra, apenas advierte al espectador de lo que realmente está observando. Que no es otra cosa que la constatación de que lo demoníaco nos rodea, y el apocalipsis puede aparecer en cualquier momento. De ahí toda esa perversa y sutil maldad que se le achaca, con toda la razón, a una Maria Loboda que nunca ha estado tan bellamente cerca de lo dionisíaco como en esta magnífica, complejísima exposición.

Vexare, de Maria Loboda, puede visitarse en la Galería Maisterravalbuena (C/Hospital, 8) de Madrid hasta el 2 de septiembre. Más info AQUÍ

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