María José Llergo, en Noches del Botánico: "Ejerzo mi libertad de amar"

Temas: Bullying, Entrevista, Rossy de Palma, Samuel Luiz, Zahara

María José Llergo es todo amor y sensibilidad, y lo vuelve a demostrar en Ultrabelleza, un disco en el que plasma sus ideales y también su compromiso, más visible que nunca, con la comunidad LGTBIQ+.

«Mi sensibilidad es mi superpoder», afirma nada más comenzar nuestra charla. «Me viene muy bien para ser consciente de las cosas y convertir mis experiencias vitales en canciones, que ojalá impacten a los demás de manera positiva».

SHANGAY ⇒ ¿Cuándo fuiste consciente de que tenías esos superpoderes?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ De pequeña. Recitaba poemas en clase cuando era chica, y los demás no [risas]. Estaba cantando y bailando todo el rato, y los demás no. También me daba cuenta de que me dolía mucho cuando veía el mal; me dolía como si me lo estuvieran haciendo a mí, y no era así.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo superaste el bullying que también te hicieron a ti?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Cuando comprendí que lo que yo doy es lo que de verdad importa, no lo que los demás dan. Si dan odio es su problema, y es suyo, no mío. Si doy pétalos es porque soy flor; si doy amor es porque tengo. Quienes insultan es porque lo que tienen es odio. ¿Me quieres hacer daño? Gracias, me estás mostrando cómo eres, pero eso no lo quiero en mi vida.

SHANGAY ⇒ ¿Te refuerza como persona y como artista ver que tu música llega tanto y cruza fronteras?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Eso le da mucho sentido a tanto trabajo. Sé lo que es trabajar muy duro y que no se note. Lo que estoy viviendo me da una satisfacción grande, muy grande. Veo que el reconocimiento no es solo para mí, también para el lugar de donde vengo [Pozoblanco, que siempre tiene en la boca], ¡y eso me hace infinitamente más feliz! Me encanta que Pozoblanco salga, por ejemplo, en el New York Times [que acaba de publicar una entrevista con ella] por algo bueno.

«No entiendo que en este mundo no se vea la diversidad como una riqueza»

SHANGAY ⇒ Resultó impactante el manifiesto que lanzaste para anunciar el disco, en el que quedaba muy claro tu rechazo al odio y tu mensaje tan directo de apoyo hacia la comunidad LGTBIQ+…
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Tenía muy claro que quería que fuese así. No entiendo que en este mundo moderno que nos envuelve no se vea la diversidad como una riqueza. Ante esa enfermedad, trato de ser antídoto con mis palabras. Ultrabelleza en especial me gustaría que la escuchara aquella persona que sale del armario y no encuentra comprensión en su entorno, ojalá la encuentre en mi canción.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo nació esa canción?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ De mi oración preferida. Estudié en un colegio de monjas de cuyo nombre no quiero acordarme… [risas]. Y bueno, siempre te queda un poso. Esa oración dice «Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tu graciosa belleza. A ti, celestial, princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes madre mía».

Ya de pequeña ampliaba el sentido de esa oración; no se la dedicaba a la Virgen a la que me obligaban a venerar, sino a mi abuela María y a mi madre María José. No puedo entender que la Iglesia no acepte el matrimonio entre personas del mismo sexo ni la diversidad a la hora de amar. No podemos limitar el amor, ¿no? Rechacemos lo que nos hiere, no lo que nos hace grandes. Así que decidí ampliar esa oración, y así nació Ultrabelleza.

SHANGAY ⇒ Dejas bien claro que eres toda una aliada…
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ No solo he sido siempre una aliada incondicional, también ejerzo mi libertad de amar. Tengo mi pandilla LGTBI en mi pueblo de toda la vida, y es algo que siempre hemos vivido de manera natural también en mi familia. Este es el mundo normal para mí. ¿Por qué vamos a negar lo evidente desde los tiempos de la Grecia clásica? Cuando veo asesinatos como el de Samuel en Galicia, agresiones a personas trans día sí y día también, que la bisexualidad es casi invisible… ¡No puedo!

«Tus raíces no tienen que ser una jaula, para mí lo puro es la mezcla»

SHANGAY ⇒ ¿Cómo vives tu libertad para amar?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Amo libremente y me enamoro de quien me toca el alma. Me importa una mierda su manera de habitar su cuerpo y lo que tenga entre las piernas.

SHANGAY ⇒ De nuevo traduces estos mensajes a través de una fusión de flamenco y pop electrónico…
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Para ello he trabajado con productores y productoras que me han enamorado, como Zahara y Perarnau IV. Ha sido increíble descubrir que Zahara, además de una gran artista y compositora, es una productora que se te va la olla. El proceso ha sido precioso. Y eso que tuve que descartar más de veinte canciones hasta quedarme con las que están en el disco… Estoy más feliz que una perdiz con el resultado.

Yo no hago flamenco tradicional y lo convierto en electrónico; la mía es música de autor. Pero es verdad que me gusta ver la raíz de mi Andalucía en ella, porque sube por mi pecho y por mi cuello, sale por mi voz y atraviesa todo lo que canto. Antes de querer a los demás, tienes que quererte tú misma. Para ello tienes que conocerte, y para conocerte, tienes que fijarte en tus raíces. Que no tienen que ser, ni mucho menos, una jaula. Por eso para mí lo puro es la mezcla.

SHANGAY ⇒ Y defiendes a muerte el feminismo…
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Claro, soy una más en este movimiento. Todos nacemos de una mujer para estar vivos y nos alimentamos de un pecho, así que no puedo entender cómo estos se censuran, cómo se maldice el cuerpo de una mujer y se nos intenta encasillar en cánones que casi te impiden respirar. También me encanta la diversidad de belleza en los cuerpos de las mujeres, y ojalá los trabajos fuesen eso, que no los hubiera considerados para hombres y para mujeres.

Ojalá el concepto de «brecha salarial» nos sonase al siglo XIII…, nos queda mucho por conseguir. Me gustaría recalcar el papel transgresor de la jugadoras de fútbol femenino de este país. Están logrando algo histórico que me emociona. Me siento muy feliz de estar aquí en este momento, porque lo estoy viviendo, y viendo cómo transforman lo feo de este mundo malo.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo has logrado mantener tu libertad creativa estando en una multinacional?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Tuve propuestas de muchos sellos grandes, y tengo mucha suerte por tener el apoyo de Sony. La primera vez que me reuní con ellos me vi sentada en una mesa muy larga rodeada de mucha gente enchaquetá. Pensé: «¿Qué voy a decirles a estos señores que se lo saben to?» [risas]. Pues les enseñé mi música y les dije que soy como un animal salvaje: me acerco cuando quiero y me alejo cuando quiero. Porque me lleva la luz de una estrellita que es la del arte; chiquitita pero firme, como diría Camarón.

«Si os gusta lo que soy podemos caminar de la mano», continué. «Pero si me veis como algo a cambiar a medio o largo plazo, tenemos un problema». Porque tenía claro que esto lo iba a hacer, sola o acompañada. Le gusté a quien a mí me gustó, y por eso les elegí. Porque me dejan ser yo misma y no me imponen nada. Ni colaboraciones, que en mi disco no hay ni una, lo contrario a lo que pasa en todos los discos ahora, que tienen doce por lo menos. Tengo la suerte de que ven mi esencia por encima de mi apariencia, ¡y me siguen el rollo! [risas]

«Ojalá haber podido conocer a Miguel Hernández»

SHANGAY ⇒ Ultrabelleza, Superpoder… ¿Por qué te llaman tanto los superlativos en este momento?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Porque me apetece celebrar lo bonito a lo grande. Por eso este disco es alegre, y tiene tintes tanto de tradición como de futurismo. Es un puente entre el momento en el que vivimos y al que llegaremos. Quiero que este sea un camino fácil y de reivindicación, pero desde el humor y la alegría, desde el desenfado, no desde el enfado. Lo bueno hay que decirlo fuerte, por eso los superlativos. Para que apreciemos lo bueno de los demás, independientemente de su condición.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué quisiste que Rossy de Palma tuviese un papel protagonista en la presentación del disco?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Porque la amo, y desde que nos conocemos personalmente estoy aún más enamorada de ella. Después de sacar Sanación me escribió por Instagram y me mandó un audio precioso. Me dijo que me estaba escuchando desde Australia, y que le estaba pasando mi música a todo el mundo, ¡me decía que no entendía cómo había tardado tanto en descubrirme! No veas la alegría que me dio ese feedback de alguien a quien admiro tanto; una musa para todas las mujeres rurales, porque fue de las primeras que nos representó en el cine, y una auténtica representación de la ultrabelleza para mí. Qué suerte tenerla cerca y que aceptara mi invitación.

SHANGAY ⇒ ¿Te imponen las personas famosas cuando las conoces?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ Lo que me impone es conocer a las personas que me importan, me da igual si tiene más o menos seguidores. Me encantaría conocer a María Sánchez, una escritora de la que tengo varios libros, como Cuaderno de campo, o a Isa Muguruza, una ilustradora que me encanta. Y ojalá haber podido conocer a Miguel Hernández. ¿Cómo no me voy a emocionar cuando recito algo de una persona que ha escrito cosas tan bellas?

SHANGAY ⇒ ¿Qué artistas te emocionan ahora mismo?
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒ ¡Mogollón! Tuve la suerte de tener en mi presentación a La Plazuela. Qué bonitos son, ¡y encima guapísimos, lo tienen todo! [risas]. También me gusta mucho Jimena Amarillo; le escribo mucho por Instagram, pero todavía no la he conocido en persona. Encima, toca el violín como yo. Ojalá hagamos música juntas pronto, me moriría.

SHANGAY ⇒ En la portada del disco te veo cual sacerdotisa…
MARÍA JOSÉ LLERGO ⇒  Agradezco esa lectura, es bastante acertada. También quería mostrar el paso del tiempo en ella, por eso aparecen personas de todas las edades. Hay un chico de apariencia andrógina, otro racializado, una chica un poco más joven que yo y una mujer mayor al fondo. Porque me gusta ver la belleza que nos recorre a todos, cómo se nos inunda el pecho de luz independientemente de nuestra condición, y cómo eso nos une. No somos un ejército, sino una somos comunidad, y eso quería mostrar… No es una comunidad encabezada por mí, ni mucho menos; formo parte de ella, y la cara que tengo en la portada es porque estoy embriagada de belleza.