Basada en la novela de Thomas Mallon, Fellow Travelers se describe como «una historia de amor épica y un thriller político que narra el romance volátil de dos hombres muy diferentes que se encuentran a la sombra de la era McCarthy».
En este relato de ocho episodios, Jonathan Bailey interpreta a Tim Laughlin, apodado Skippy, junto a Matt Bomer como Hawkins Fuller. La serie lleva a los espectadores a través de un apasionado romance que abarca tres décadas, desde la conservadora época de 1950 hasta la crisis del VIH de 1980.
Bailey, conocido por su papel en Bridgerton, compartió con Andy Cohen cómo el equipo de producción abordó las escenas de sexo entre Hawk y Tim. El actor enfatizó la necesidad de un coordinador de intimidad en el set, y aseguró que tanto él como Bomer estaban al tanto de lo que se esperaba transmitir durante el rodaje de estas escenas “delicadas e íntimas”.
En una reciente aparición en The Jess Cagle Show, los dos actores profundizaron en el significado detrás de estas escenas.
Bomer mencionó que el pasado familiar y militar de su personaje le llevó a necesitar «tener el control». La relación entre Tim y Hawk comienza en una nota dominante-sumisa, en la cual Hawk controla al inocente Tim.
Por su parte, Jonathan describió el «increíble despertar químico» de Tim tras su primer encuentro sexual con Hawk. Este actor también subrayó la importancia de estas escenas al retratar lo que significaba para las personas queer compartir su amor de manera auténtica en los Estados Unidos de McCarthy.
«Es provocador y sí, la gente hablará de ello, pero luego, ¿qué?»
«Sí, es provocador y, sí, la gente hablará de ello, pero luego, ¿qué? Realmente muestra el nivel de supernova química de lo que significa, en ese entorno, unirse y lograr lo que la mayoría daría por sentado: un nivel de intimidad, validación y consuelo«.
Bailey, consciente de la estigmatización histórica de los hombres gais como «animalísticos» en sus encuentros íntimos, espera que la serie eduque a la audiencia. Especialmente al desmitificar acciones como el cottaging (similar al crusing) que eran, en muchos casos, las únicas opciones para estos encuentros sexuales.
Ambos actores se convirtieron en un equipo, al liderar el desarrollo de estas escenas para garantizar su autenticidad. Bailey concluyó diciendo que la serie aspira a brindar al público una explosión abrumadora, impactante y, sin duda, eufórica de intimidad y validación sexual.