El universo Drag Race levanta tantas pasiones como controversias, y esta última temporada All Stars de la versión española no ha sido para menos. Con Drag Sethlas coronada como reina de la edición, las redes se han volcado en un tormento de debates, discusiones y amor por partes iguales. Que si favoritismos del jurado, peleas entre compañeras e incluso discusiones sobre el lip sync final con Samantha Ballantines y el comentado momento en el que Sethlas se sube a la mesa del jurado.
Hemos hablado con la actual reina sobre su paso por el concurso, las polémicas que la han rodeado, el hate que la ha perseguido en redes sociales y la importancia de reivindicar el drag canario, un tipo de arte único en el mundo con el que por primera vez siente que se ha hecho justicia.
«No ha sido fácil mantener la esencia del drag canario en el concurso, al final no es un formato pensado para nuestro tipo de drag. A mí me ha costado porque jamás me había puesto una peluca, jamás me había puesto un padding o hecho un tuck, porque nuestro arte se base en un espectáculo más acrobático, más de baile y visual. No hacemos comedia ni improvisación, y ha sido todo un reto extra demostrar que puedo hacerlo sin perder de vista de dónde vengo y quién soy», nos explica la ganadora que se coronó con su look más canario.
Semana tras semanas, Sethlas se ha mantenido en lo más alto de la clasificación, algo que para mucha gente no ha sido más que favoritismo por parte del jurado: «Esto es como en cualquier concurso de televisión, el jurado le coge cariño a los concursantes porque nos ven crecer y aprender de sus comentarios. Es inevitable. Yo no me sentí favorecida para nada, estábamos todas en las mismas condiciones y trabajé mucho desde casa, me conciencié en que si iba a este concurso era para ganar e intenté hacerlo todo lo mejor posible. Estoy contento con todo lo que he hecho».
En el episodio final, Drag Sethlas y Samantha Ballantines se enfrentaron al último lip sync por la ansiada corona. La canción escogida fue Eloise del gran Tino Casal, y ambas disputaron una batalla salpicada por la polémica: Sethlas bajó del escenario y subió a la mesa del jurado para sorprender a todo el mundo, algo que para muchos fue tan solo una llamada de atención y un juego sucio para quitarle protagonismo a su compañera. «¿Se trata de robar el foco, no? Un lip sync se trata de hacer que te miren bajo cualquier cosa, si quieres ganar hay que llamar la atención. A mí me da igual porque me van a criticar haga lo que haga. Me han criticado por llevar peluca, por ponerme pendientes, porque me ponía un tanga…, hiciese lo que hiciese me iban a odiar. Así que, que dijeran eso del lip sync no me ha afectado en absoluto», explica la concursante. «Además, te voy a decir una cosa: en ningún momento nadie me dijo que eso no se podía hacer. Cuando haces un lip sync tienes que avisar de todo lo que hagas, ya sea sacar el dedo o quitarte una parte del traje… porque lo tienen que grabar. Yo avisé de que me iba a subir a la mesa y nadie me dijo que me estaba saltando ninguna norma», concluye.
Tanto ha sido el hate que ha recibido en redes que ha tenido que borrar su cuenta de X (Twitter). Aunque lo peor para ella no han sido los comentarios de los fans, sino los de otras drags: «Es lo que más me ha dolido. Duelen más las críticas de otras compañeras que las de alguien que se esconde detrás de una pantalla. Llevo doce años dedicándome a esto y me da pena que se tire todo por tierra por un concurso de televisión. Me he clavado tachas en las manos y los pies, me he caído, me he hecho esguinces. No entienden que es un programa y hay que dar contenido y espectáculo. No puedes llegar a un programa de televisión y decir ‘bueno, igual gano’… No, amor, tienes que ir a por todas y decir que vas a ganar, aunque luego no pase. Hay que ir con la mentalidad de ganadora«.
Durante la final, Supremme De Luxe aprovechó para hacer un aplaudido discurso sobre la precariedad laboral en el mundo drag, al que Sethlas también se suma: «Estamos muy mal pagadas y trabajamos las mismas horas que cualquier otra persona, con el plus del tiempo que le dedicamos a maquillarnos, vestirnos y prepararnos para un espectáculo, en el que tenemos que estar dándolo todo. Entretener a la gente es muy difícil y no todo el mundo puede entenderlo. Gracias al programa se nos está visibilizando mucho más y estamos ocupando muchos espacios que antes teníamos vetados. El drag, y cualquier tipo de arte, ayuda a muchísimas personasb y nos lo han hecho saber muchas veces. Tenemos una misión, que es hacer feliz a la gente, y la estamos cumpliendo«.