Víctor Algora está de celebración, y con toda la razón del mundo. No es fácil para un artista independiente sobrevivir en la escena musical veinte años (y menos siendo una persona LGTBIQ+), pero él lo ha logrado. «Aquí sigo, contra viento y marea», dice sonriente y con orgullo.
Ha llovido desde su primer álbum, Planes de verano, y cuando está a punto de empezar a grabar el que será el noveno («el 9 es mi número favorito») –para el que ha abierto un crowdfunding al que todavía se puede contribuir–, inicia una gira especial para recordar junto a sus fans las canciones más celebradas que ha grabado a lo largo de estas dos décadas.
Asegura Algora que el camino no ha sido fácil. «Siempre he estado un poco en tierra de nadie, sin poder llegar a donde quería; demasiado indie para el público LGTBIQ+, y demasiado marica para los indies». Pero no se queja: «Sigo haciendo lo que me gusta, y eso es lo importante, me hace sentir orgulloso». Un luchador que cree en lo que hace y que nunca se planteó tirar la toalla. «La vocación siempre ha sido más fuerte que todo lo demás», dice. «No me veo haciendo otra cosa que no sea música. Además, tengo la suerte de haber mantenido un público muy fiel, al que le estoy muy agradecido, porque siempre me ha apoyado», reconoce.
En un momento clave en su carrera, invitamos a Algora a recordar los momentos más luminosos –y también los más oscuros– vividos en todo este tiempo, y estos son los que ha seleccionado.
LUCES
* Los inicios
«Publicar el primer disco fue maravilloso. Cuando escuchas por primera vez tus canciones bien producidas sientes algo que no se vuelve a repetir, es mágico. Ver plasmado en un álbum lo que has soñado es impresionante. Ahora escucho Planes de verano y lo cambiaría todo [risas], quizá se ha quedado desfasado el sonido… Y recuerdo lo bien que lo recibió el público. Siento que, en una escala muy underground, fue bastante revolucionario».
* La relación con su público
«Me han dado momentos muy guays a lo largo de los años, con todo el cariño que me ha transmitido. Nunca he hecho música reivindicativa; en mis canciones hablo de mi vida y mis circunstancias, y nunca me paraba a pensar en que lo que cuento le llega a muchas personas LGTBIQ+. Es increíble la cantidad de mensajes bonitos que he recibido de la gente disco tras disco reaccionando a mi música. ‘Me has salvado la vida’ es uno que se ha repetido mucho, y te puedes imaginar cómo me hace sentir, y la fuerza que me han dado para seguir. Claro, esas reacciones me ayudaron a entender por qué no me querían en ciertos sitios en los que me habría encantado tocar; a la gente le encanta ponerte etiquetas, que considero importantes porque dan visibilidad, pero que hacen que haya quien te considere parte de un gueto y no cuente contigo».
* La relación con La Prohibida… y Baloncesto
«Ha sido muy guay trabajar con ella durante todo este tiempo. La primera canción mía que publicó fue La colina luminosa (2015), y claro, ese mismo álbum, 100k de luz, estaba, entre otras, Baloncesto. La Prohibida [junto a la que publicó en 2023 El agua y el rayo] me ha aportado mucha seguridad. Me enseñó que debía crearme mi propio espacio, y mi propio camino. El fenómeno de Baloncesto fue algo totalmente inesperado, la compuse en quince minutos (las mejores canciones suelen salir así de rápidas). Lo más bonito fue que La Prohibida me hizo partícipe de ese éxito, me arrastró a su mundo y lo compartió conmigo. Tengo mucho que agradecerle, y tenemos una conexión artística brutal«.
* El fichaje de El Genio Equivocado
«Que una discográfica apostara por apoyarme fue muy bonito. Esa etapa, que comenzó con Verbena (2013) [y duró hasta su último álbum en solitario, Pódium (2021)] estuvo muy bien. Ahora vuelvo a ser totalmente independiente».
* Pódium (2021)
«Folclore del rascacielos (2017) siento que es el que tiene mejores canciones, pero la producción fue nefasta [risas]. Mi mejor disco considero que es Pódium. Por fin me acerqué, en cuanto a sonido, a lo que yo quería transmitir, y las letras son muy personales. Es mi álbum fetiche».
SOMBRAS
* De 2013 a 2016
«Fue un momento muy oscuro en mi vida, estaba perdido. Vivía la noche a tope, y todo fue muy complicado. No sabía por dónde tirar, e incluso llegué a plantearme si debía dejar la música. Compaginar la música con otros trabajos es agotador, porque no te deja tiempo para nada, hay que hacer malabares con los horarios, y se me hizo muy complicado. En esos años sentí mucha rabia en muchísimos momentos».
* La evolución del hombre al pájaro (2014)
«Ese disco lo borraría de mi discografía. Necesitaba sacar algo, lo grabé en mi habitación. y no me siento nada orgulloso de él. De hecho, nunca hablo de él, prefiero que no se escuche, aunque hubo gente que me dijo que le gustó [risas]».