De Encarna Sánchez se han escrito ríos de tinta. Una vida con muchas luces y también muchas sombras (acaso más sombras que luces) que ha llamado la atención del mismísimo Pedro Almodóvar. “Me encantaría hacer una película de Encarna. Se la merece, pero yo no la haré”, explicaba el director manchego. Pero si hay algo de lo que realmente se ha hablado mucho en la vida de Encarna, ha sido de su relación con las mujeres.
Carmen Jara (amiga íntima de Encarna Sánchez, colaboradora de su programa y hoy conocida tertuliana) revelaba hace poco un episodio vivido con la locutora, al poco de llegar esta a Madrid. “No te confundas Encarna”, fue la frase con la que la cantante le paró los pies a su amiga. Las salidas de tono –por decirlo de una manera amable– de la periodista estaban muy ligadas a su situación sentimental. A modo de ejemplo está el archiconocido sketch de Martes y 13 donde parodiaban su relación con Isabel Pantoja, y que provocó uno de los peores momentos en la vida de la periodista. “Lo pasó fatal. Se volvió loca. Lo de las empanadillas le hizo gracia, pero no quería que nadie supiera de su vida personal”.
Pese a que ganó mucho dinero –se dice que legó a su heredera un patrimonio valorado en más de diez millones de euros–, no murió tan rica como contaban los medios de la época. Gente cercana a ella ha reconocido que gastaba mucho dinero, sobre todo cuando se enamoraba. Cuentan que llegó a alquilar por 200 millones de pesetas (1,2 millones de euros) un teatro para Isabel Pantoja. Una actitud que, según Carmen Jara, tenía con algunas de sus amigas: “Un día, pasando por el jardín de una me dijo: mira, hasta las palmeras las he pagado yo”, confesaba la tertuliana, que defiende que a pesar de esos comentarios velados, siempre trataba de ocultar que se enamoraba (y mucho) de las mujeres.
A día de hoy, la vida de Encarna Sánchez (sobre todo en lo que atañe a sus relaciones) sigue siendo un misterio, y pasto de programas de televisión y de la prensa rosa. Actualmente se prepara un documental sobre su vida… ¿Se contarán cosas aún inéditas? ¿Sabremos qué otros regalos les hacía a sus amantes? Lo que nos queda claro es que esta historia no ha hecho más que empezar.