El pasado viernes de madrugada, un chico de 23 años fue agredido brutalmente por defender a una pareja gay que estaba siendo acosada con burlas en la puerta de una discoteca de Granada.
La víctima cuenta que se había ido de fiesta a una conocida discoteca granadina y, sobre las cuatro de la madrugada, decidió salir a coger un poco de aire. Fue en ese momento cuando vio a dos chicos que estaban molestando a una pareja gay que se estaba besando, y decidió actuar. “Intenté hacer algo bien y me dieron de hostias”, explicaba Carlos al diario Ideal, una vez que fue dado de alta en el hospital.
El joven, natural de Albacete, cuenta que cuando se metió en la conversación para defender a la pareja, comenzaron a pelearse con él: “Reconozco que a mí se me calienta el pico. Por eso cuando empezaron a increparme por haberme metido, no me quedé callado y les respondí”.
Carlos no recuerda los hechos con exactitud debido a su estado de embriaguez, por lo que no sabría identificar a los agresores. Una vez finalizada la disputa y tras recibir un sinfín de puñetazos por los dos agresores, Carlos decidió emprender su camino hacia casa con la cara llena de sangre. Afortunadamente, se encontró con un grupo de personas que lo convencieron para acudir al centro de salud.
Según el diagnóstico, presenta una rotura en un hueso de la cavidad ocular derecha y tiene el párpado muy inflamado. El joven, que ha presentado una denuncia ante la Policía, confiesa que no tiene miedo, pero sí mucha impotencia, porque cree que su buena acción solo ha servido para acabar en el hospital: “La pareja a la que molestaban se fue, y la verdad es que nunca intervine con la intención de pelearme, solo para tratar de que no hubiera problemas”.