No paran de llegar malas noticias, ahora es la muerte de Jose Barbarroja, el que fuera dueño del histórico Black & White, uno de los bares pioneros en la noche gay madrileña y local mítico del travestismo.
La última vez que hablamos con él fue en 2017, cuando el local tuvo que cerrar sus puertas, antes de que fuera reabierto poco después por La Plexy, que se hizo cargo de la sala –en la que había crecido profesionalmente– para evitar su desaparición. Entonces nos dijo: “Tengo 70 años, ¿qué hago yo ya? Lo único que quiero es descansar. Estoy muy orgulloso de haber formado parte de la historia de Chueca y haber contribuido a que el Orgullo de Madrid sea lo que es hoy en día”, apenado tras echar el cierre del que había sido su segundo hogar durante las últimas tres décadas.
“Han sido años gloriosos”, nos recordaba entonces Jose. “Allí se juntaba lo mejor de Madrid: Alaska, Mario Vaquerizo, Massiel, Norma Duval… y muchísimas más. Me quedo con los recuerdos buenos, que son muchos, y con la satisfacción personal de haber convertido a las transformistas en una pieza clave de la noche madrileña”.
Hoy, tristemente, tenemos que hacernos eco de su muerte. Sin él, Chueca no sería lo que es. Sin personas como Jose Barbarroja, la vida LGTBI de Madrid habría sido mucho más triste en unos años en los que las cosas eran mucho más complicadas para todo.
Descanse en paz.