Si es que las hay que van provocando. ¿Cómo es posible que una pareja de lesbianas tenga la terrible osadía de besarse a la luz del día? Claro, si encima te atreves a hacerlo en un café de Viena, lo normal es que ocurra lo siguiente. Más allá de la ironía, lo cierto es que una vez más, una pareja homosexual es discriminada por mostrar cariño en público.
“Pertenecéis a un burdel” fue lo más romántico que pronunció el camarero al ver la escena entre Eva y Anastasia, de 26 y 19 años respectivamente. Poco después, este se negó a servirles, con lo que decidieron acudir al encargado, que fue aún más tajante: “No quiero toqueteos aquí, no me importa quién sea, este es un lugar tradicional y ese comportamiento no está permitido”, declaraba al periódico Kurier. Como respuesta, varios grupos LGTB de Austria planean una besada el próximo 16 de enero en la puerta del establecimiento. Todo movimiento es poco para acabar con esta clase de actuaciones.
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