Se agradece que grandes leyendas del cine continúen en activo y arriesgando. Fanny Ardant interpreta a una mujer trans con importantes asuntos familiares que solucionar en Lola Pater, la nueva película de Nadir Moknèche. Y nos asegura que le hace feliz que su personaje contribuya a hacer más visible al colectivo LGTBI.
Foto: Miguel Ángel Fernández
Fanny Ardant sabe de sobra lo que es contar con el apoyo y la admiración del colectivo LGTBI. No solo por la admiración que despierta su extraordinaria trayectoria, en la que ha trabajado con grandísimos del cine europeo como François Truffaut, Ettore Scola o Michelangelo Antonioni. También porque papeles concretos han calado hondo en el público homosexual, dadas las historias que se cuentan. Por Todos están locos (1996) ganó su primer César como mejor actriz, y en ella interpretaba a la propietaria de un local de ambiente. Recuerda a propósito de aquel rodaje: “Conocí a muchos travestis que participaron en ella. Me tenían fascinada. Llegaban tan discretos, y cuando estaban preparados para rodar, eran mujeres bellísimas…”.
En Lola Pater, dirigida por Nadir Moknèche, interpreta a una mujer trans que se tiene que enfrentar a una situación compleja. Muere la que era su esposa antes de transicionar, y a la que abandonó, junto a su hijo, cuando todavía era Farid, para iniciar su vida como Lola. Zino, su hijo (Tewfik Jallab), que lo desconoce, recibe una dirección en la que cree que podrá encontrar a su padre para comunicarle la triste noticia. Su shock es máximo cuando descubre a Lola, y la película cuenta cómo intentan crear de nuevo un vínculo, siendo la situación tan distinta y complicada, porque Zino no acepta que Lola sea el padre que recuerda vagamente.
«Conocer la realidad de esta mujer trans te hace sentir que ya no estás ante un universo desconocido»
En ningún caso preparó Ardant este personaje de un modo especial por el hecho de que fuese una mujer trans. “Comencé trabajando con el director la apariencia del personaje. Una vez vestida como Lola, yo incorporé todos mis sentimientos, los mismos que manejo en cada trabajo”, explica. “Nadie está definido por su sexo, igual que tampoco lo está por su trabajo, clase social o nacionalidad. Es maravilloso que la vida te dé la posibilidad de ir descubriendo distintas posibilidades”.
Ardant no sintió la necesidad de conocer a personas trans que la ayudaran a componer el personaje. “Hay una gran diferencia entre la realidad y la verdad”, afirma. “La realidad es diversa, y la verdad de un personaje es un bloque compacto. Mi manera de afrontar un personaje es distinta a la que predomina en la escuela estadounidense; veo el cine y el teatro de una manera pragmática”. Afirma que las emociones surgen en el set, y ella se deja llevar por su instinto. “Nunca le he dado una colleja a nadie, pero cuando Lola se la da a su hijo, se la da, salió así”. Y Lola, que es profesora de danza del vientre, tiene poco que ver en ese sentido con la gran dama del cine y el teatro europeo. “Nunca bailo”, asegura. “Y cuando rodé las secuencias en las que bailo danzas orientales, se producía un clic y acto seguido me salían”.
Inevitable pensar en ciertas películas de Pedro Almodóvar al ver Lola Pater. Porque en Todo sobre mi madre Toni Cantó interpreta a otra Lola, con no poco en común con el personaje de Fanny Ardant. Y está la Tina de Carmen Maura en La ley del deseo también. La actriz francesa siempre vio complicado que nuestro genio contase con ella para una película. “Como todos los grandes directores, busca actores que hablen la lengua en la que rueda, porque te sale de las entrañas. Solo me lo imagino dándome un papel de muda”, dice riendo. “Amo el lirismo y la fantasía de su cine, que combina con dolor”, añade. “No puedes ver una película de Almodóvar sin llorar. Nunca olvidaré la primera vez que vi La ley del deseo. Y el personaje de Rosario Flores en Hable con ella… Todas me han tocado mucho”.
La actriz se muestra orgullosa de que películas como esta vean la luz y contribuyan a la visibilidad trans en el cine. “El arte hace más para que la gente se abra de mente que los discursos políticos. Cuando estás solo en una sala de cine y te cuentan una historia como esta, te ves obligado a olvidarte de los clichés que surgen por culpa de la ignorancia”.
“El arte hace más para que la gente se abra de mente que los discursos políticos»
Ardant cree que hay conocer cuantas más realidades mejor, para intentar entender a las personas como tales. “Conocer la realidad de esta mujer trans te hace sentir que ya no estás ante un universo desconocido. La noche del estreno en París, una mujer trans, muy guapa, vestida muy clásica, más baja que yo, me abrazó llorando al salir del cine. Fue algo especial, porque sentí que mi Lola tenía mucho que ver con ella, con una fuerza y un corazón que no negaba su parte masculina”. Porque está muy a favor de que todo el mundo celebre tanto su parte femenina como la masculina. “Me viene a la cabeza Gérard Depardieu, un actor que aparenta ser muy bruto, y que tiene un lado femenino increíble, del que jamás se ha avergonzado, sino todo lo contrario. Por eso le admiro tanto”.
Cuenta que en su círculo más cercano hay muchos homosexuales, aunque es algo en lo que no repara, porque no hace diferencias entre sus amistades en base a la sexualidad. Aunque sorprende lo que afirma: “Nunca me he enamorado de un homosexual, aunque hubiese podido pasar… Me he reído más con algunos de esos amigos que con ciertas parejas. Y cuando me he sentido desesperada, siempre han sido amigos gays son los que me han tendido la mano”. Y asegura que jamás podrá olvidar ese apoyo ni agradecerlo lo suficiente. “Son personas con una vulnerabilidad similar a la mía”, continúa. “Que de la misma manera que luchan por salir adelante, me han ayudado a mí a hacerlo cuando lo he necesitado. Nada me llena más”.
LA PELÍCULA LOLA PATER SE PROYECTA YA EN CINES.