La semana pasada pudimos ver a Antonio Banderas caracterizado como Pedro Almodóvar rodando una secuencia de Dolor y gloria, la última película del director.
El rodaje, que hace poco dio por terminada su séptima semana, se ha desplazado desde la localidad valenciana de Paterna, donde comenzó el pasado mes de julio, a una de las zonas más céntricas de la capital: Chueca.
“Narra una serie de reencuentros, algunos físicos y otros recordados después de décadas, de un director de cine en su ocaso. Los primeros amores, los segundos amores, la madre, la mortalidad, un actor con el que el director trabajó, los sesenta, los ochenta, la actualidad y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando”.
Esto es lo poco que Almodóvar ha dicho acerca de su vigesimoprimera película pues, como hace siempre, va soltando pequeñas píldoras con detalles diversos a medida que la producción avanza.
También ha comentado que Dolor y gloria “habla de la creación, cinematográfica y teatral, y de la dificultad de separar la creación de la propia vida”.
El cineasta, como siempre, cuenta con estrellas que, en cierto modo, él mismo ha creado: Antonio Banderas, Penélope Cruz, Cecilia Roth, Raúl Arévalo, Julieta Serrano…
Mención especial a Asier Etxeandia, ya que es la primera vez que le veremos en pantalla grande de la mano del director (aunque ya participó en una escena de Los abrazos rotos que no se incluyó en el montaje final). El reparto también lo conforman Leonardo Sbaraglia, Julián López, Nora Navas y Kiti Mánver.
Una de las incorporaciones más sonadas al rodaje de Almodóvar ha sido la de la cantante Rosalía, que hace así su debut en el cine: acompaña a Penélope Cruz, Paqui Horcajo y Marisol Muriel en esas escenas de lavanderas ambientadas en los años 50 y 60 y que nos recuerdan al look de Raimunda en Volver, obra que le valió al manchego su tercer Goya a la mejor película.